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i *fc GACETA iP iS¡ Ui 3 (!) ID 3 (D <D (!) 3' 3 <© 3ilLL IDffiJL B DÜJ jlDIÜÜ D, N. 1.» ^Miércoles 1. ° de Enero de 1851—La Circunsicion del Señor.—Gire. en ti Sto. Angel. P. 1. ENERO 1.” DE 1851. razón español la memoria de aquellos diasen sar de lo dispendioso y difícil que se hace aun jque Cuba dio al mundo testimonio de su lealtad y de su valor, de su riqueza y bienestar, ¡pues solo donde el sentimiento de nacionalidad Hemos dicho en mas de una ocasión que ¡tiene hondas raices y solo donde un gobierno si alguna vez la divina Providencia ponia ái ilustrado y bienhechor ha sabido hacerla leu-prueba la situación de esta venturosa Isla, no | cjdad publica, pueden concebirse tanta deci-era sino con el objeto de que mas se cimenta-1sion. y entusiasmo contra el espíritu de discor-se el hermoso edificio de su prosperidad y con quisiera inocular entre nosotros el r nuevo brillo se ostentaran la sensatéz y la leal-: demonio de la ambición y de la envidia. tad que en todos tiempos han distinguido á sus } 1eru?ira en todo corazón leal la siempre Heles habitantes. Y por cierto que aun-imernoi%Aa ue aquellos batallones de Nobles ve-que una larga experiencia no justificase la emi- \cinos armados en pocas horas, organizados en a los mas poderosos imperios preparar una expedición marítima de seis n\íl hombres á tan larga distancia, antes de transcurridos cinco meses están entre nosotros formando parte del búllante ejt'i cito de Cuba. propalados por la envidia en algunos mercados oxtran- Poi* Ultimo, 8. JVl. no contenta con babel lpi.na ,|ñ nnn AH nuparma mppnin, se pmnlpnlin nnnp.lla mandado aquí á principios del año una Comi- Ocupáudotios primero de las que por su importancia y generalidad influyen en toda la Isla mencionaremos en primer lugar la disposición superior del 10 de Marzo suspendiendo los efectos de una Real Ce-dula que concedía privilegio á D. Jorge William para la elaboración de azúcar en esta Isla con procedimientos en que entraba el acetato de plomo. Los rumores sion de esa idea consoladora, el año de 1850 que acaba de pasar ofrece vastos é indestructibles argumentos que prueban la exactitud de nuestro aserto y llenan de regocijo nuestra alma. En efecto ¿quién puede detener la memoria en ese período preñado de zozobras y de males sin que la imaginación se horrorice representándose ante si el triste cuadro de nuestras ciudades y nuestros campos asolados por la mas terrible de las epidemias y próximas á reproducirse las lúgubres escenas del memorable año de 1833? ¿Ni cómo sirecordar queremos los sucesos del próximo pasado, de jaríamos de traer á la memoria aquellos dias en que la mas infame canalla de bandidos, de piratas extrangeros aparecía ante los ojos escandalizados de la humanidad y la Re ligion amenazando invadir nuestras costas, donde si bien fuera imposible el triunfo pudieran al menos cometer depredaciones por lugares indefensos? Mas en pos de estos recuerdos á la verdad bien tristes vienen inmediatamente otros consoladores y halagüeños que borran con rosados tintes las huellas del sufrimiento, y no ofrecen á la contemplación sino imágenes en que el alma se recrea con orgullo y enternecimiento. Sí, recrease el alma orgullosa y enternecida recordando el paternal desvelo de nuestras Autoridades superiores por minorar los extragos de la peste y socorrer á la humanidad afligida; abrirse como por ensalmo hospitales de caridad donde la indigencia de muchos pudo burlar á la muerte miéntras multitud de familias infelices hallaban auxilios que su pobreza les negara; debiéndose indudablemente á esto y á las medidas de policía tomadas en beneficio de la higiene pública que el mal asiático no se desarrollara esta vez como en su primera invasión á pesar de su dilatada permanencia y carácter intenso. También con ternura y con orgullo recréase el alma en la contemplación de los sucesos que acompañaron y siguieron á la invasión de los piratas del Norte. Si inopinadamente y á favor de las sombras de la noche lograron penetrar en la indefensa población de Cárdenas quinientos de aquellos facinero sos, un centenar de españoles en que se mezclan soldados de infantería y caballería, paisanos y hasta los mismos presidiarios libertados por los invasores, basta para ponerlos en vergonzosa fuga, después de haberlos hecho regar con su bastarda sangre la tierra española que habían osado profanar. ¡Y qué espectáculo ofreció entonces toda la Isla! No solo los valientes cuerpos del Ejército se movían y replegaban por todas partes con tanta veloci dad como entusiasmo: no solo nuestras milicias rurales con desatención de los propios intereses volaban á la voz de sus gefes ansiosos to dos de participar con sus hermanos del ejército la honra de distinguirse en defensa de la Nación y de la Reina; sino que las clases todas de la población en los pueblos y en los campos corrian expontáneamente á ofrecer las Autoridades sus vidas y haciendas para ayudarlas si preciso fuese, á sostener los fueros de España en esta provincia ultramarina. Sí, orgullo y ternura producirá siempre en todo co- un dia, uniformados y disciplinados en dos semanas, que brotaron simultáneamente de todas las clases de la sociedad asi en la Habana, como en las ciudades mas distantes, y que en ausencia de las tropas veteranas dieron mucha parte del servicio de la plaza. Sus brillantes revistas, su admirable subordinación á los Gefes y á la Autoridad Superior y el orden que observaron, asi en su armamento y en los actos del servicio como en su desarme cuando por haber cesado el estado de sitio fueron di-sueltos los batallones, hechos son altamente honrosos que nunca olvidaremos ni nunca olvidará la Patria. Y aun hay otros muchos y tan señalados hechos cuyo recuerdo también nos llena de orgullo y entusiasmo. La nueva del atentado contra Cárdenas que respecto al pais solo sirvió para darle ocasión de patentizar sus sentimientos de acrisolada lealtad, dióla también á la Madre Patria y á los españoles todos de ámbos mundos, ora se hallasen en territorio nacional, ora en países extrangeros, para de mostrar á la faz de las naciones todo el amor que los une á los habitantes de esta Antilla A la santa indignación que en ellos produjo la noticia del inaudito atentado, se mezcló el mas saludable interés por la suerte del pais y el deseo de ponerle á cubierto de nuevas invasiones, y prepararse para vengar en caso necesario cualquiera ofensa á la dignidad nacional. La Europa entera aplaudió esa firme resolución, y nosotros tuvimos la doble satisfacción de recibir con tales pruebas de fraternidad de nuestros hermanos de la Península, otras dadas en parlamentos extrangeros y en los periódicos mas autorizados de todo el mundo, del aprecio y consideración en que se tiene á España y de las nobles simpatía» que uo quiera despertara la lealtad de Cuba. De entonces acá ¡cuántos motivos de ju— bilo y gratitud ha tenido el pais! Su adorada, nuestra adorada Reina doña Isabel II, cuyo corazón maternal late sin cesar por la felicidad de las Españas, esa tierna joven que heredara de su inmortal abuela y de su augusto Padre aquella amorosa predi lección que tuvieron por la América y de la cual hay mas de un testimonio en la siempre fidelísima Habana, nuestra Reina y Señora, que tras una lucha destructora y duradera ha sabido cimentar el trono, arraigar la paz y rodearse de ministros sabios que han abierto á la nación las vias del engrandecimiento, tendió desde luego su amorosa mirada hácia esta distante provincia de sus dominios, la tendió hácia el Ejército, hácia la Armada, y hácia la Administración pública en estas regiones. Seis mil hombres del Ejército peninsular son destinados á reforzar el de esta Isla, empréndense en los Arsenales todos contracciones navales, las fuerzas de este Apostadero son aumentadas, cómpranse Vapores para estrechar las distancias, créase con ellos una línea de correos marítimos, y lxé aquí enlazada la memoria de la invasión extrangera con el anhelado rena cimiento de la Marina nacional. Para todo halla recursos el Gobierno de S. M.; el estado próspero de la Monarquía los proporciona, el orden y la paz que disfruta los facilitan, y ape- sion Regia presidida por el Exorno. Sr. teniente general conde de Mirasol para que la informase ue las necesidades del pais, quiere darnos otra prueba de su maternal solicitud encomendando el Gobierno de la Isla á uno de los mas dignos defensores de su Trono: por nosotros aparta de su lado á este y otros Generales ilustres; y los nombres de Concha, Ena, Limerich y Manzano, resuenan con júbilo del lado acá del Atlántico. La llegada del Excmo. Sr. Teniente genera' D. José de la Concha que hoy ejerce el gobierno y Oapi-pitanía general de la Isla, reanima el espíritu público é inaugura una nueva época de me joras y adelantos, a! paso que garantiza la seguridad pública, el orden, el respeto interior y exterior á la integridad nacional y la consolidación del poder soberano en estos dominios. Tales son los sucesos culminantes del año que acaba de pasar, tristes en su principio, pero en alto grado satisfactorios desde muy luego, y que lian venido á corroborar lo que al principio decimos sobre los designios adorables de la Divina Providencia, cuando permite momentáneamente la tribulación de esta tierra venturosa. Nosotros no podíamos olvidarlos al escribir la reseña de 1850 que ofrecemos hoy á nuestros lectores, tanto menos, cuanto que en el curso de este trabajo tendremos que ocuparnos de muchos particulares íntimamente enlazados con aquellos acontecimientos. Hecha pues su narración que sentimos no haber acertado á escribir en estilo mas digno del asunto, empecemos la tarea anual dividiéndola en capítulos para la mejor clasi -ficacion de las várias materias que han de ocuparnos. GOBIERNO POLITICO. I,a ailmÍHÍsti'acion política propiamente dicha del pais, ha teuido por nocesidad que resentirse en gran parte de' año de los sucesos que ir/ ."ionamos en la introducción. No es posible figurarse que en épocas anormales de epidemias é invasiones, en que la salud pública y la seguridad del territorio, ó por decirlo en términos mas breves y expresivos, en que el instinto de conservación individual y colectiva absorbe los primeros cuidados del Gobierno, pueda este consagrar todo el tiempo y la reflexión necesarios íi expedientes de interes siempre secundario, por grande que sea, en presencia de peligros sociales; de manera que este capítulo que el año pasado ocupaba muchas columnas tendrá que encerrarse hoy en límites mas estrechos. Verdad es que esto no arguye menos trabajo ni actividad en las Autoridades' y oficinas, antes bien el entorpecimiento que naturalmente sufren los negocios, ya porque se dilatan los informes, se ausentan muchos interesados, y se retraen los capitales, hace se presenten nuevos inconvenientes que duplican el trabajo gubernativo, al paso que su acción saludable lucha sin cesar por abrir las vías entorpecidas de la iudustria y por hacer menores los males inherentes á las calamidades públicas. Esta consideraciou nos conduce á creer que no porque figuran en esta reseña menos monumentos de la buena administración del pais ha decrecido en lo mas mínimo su actividad bienhechora; pues el haber sido casi imperceptibles los perjuicios sufridos, el haberse restablecido tan pronto la confianza y el resentirse apenas la Isla de lo que ha pasado, es un monumento grandioso de mas Valor que cuantos pudieran ofrecerse á la admiración pública. Mas uo por lo que decimos se crea que ha permanecido sin movimiento en el pasado año la poderosa máquina administrativa que hace muchos conduce al pais por el carril del progreso material. Trabajos importantes anteriormente emprendidos han seguido su curso natural; algunos han llegado á su feliz término, y uo pocas providencias encaminadas al bienestar y al fomento del comercio y de la industria, tenemos que mencionar en este artículo. El tiempo ha dado uu paso mas, queridas lectoras, la mitad del siglo ha terminado, la aurora de un nuevo año acaba de aparecer, y la cadena de los dias que hemos dejado atrás se ha aumentado con un eslabón reciente. Estamos en el primero de Enero de 1851; el vetusto 50 se enterró ayer como un cadáver que ha perdido el alma, y aunque según os he dicho ya, intentó borrar con las galas de sus postreros meses, las aciagas vicisitudes de su traus curso, queda acompañada su memoria de penosos recuerdos, y desean todos que su sucesor no se le asemeje en nada. Al ocuparme de él, en efecto, no puedo pre sentaros solamente esas flores graciosas que tanto os gustan, y que os retratan la imágen de la pasada alegría por medio Je las rosas fragantes, de las cándidas azucenas, ó de las siemprevivas elocuentes. Nuestra hermosa naturaleza no ha dejado de producirlas sin embargo; los lirios hau nacido en el fondo de los valles, las ninfas han jugueteado á orillas de los cristalinos arroyos, pero las amargas adelfas se mezclaron con los primeros, y las últimas se refugiaron asustadas en sus pintorescos asilos, al eco de Tos rumores de guerra y enfermedad que llegaron á alterar nuestra dicha!....... Una epidemia célebre y temida, un azote que ha inspirado al mundo entero casi fabuloso terror, atravesó por segunda vez nuestra atmósfera como un meteoro funesto, aunque sin el rigor con que aqueles que retroceden con exactitud hasta entóneos, nos •«presentan sus primitivos ataques. Todos los ros-ros palidecieron de susto; los mas animosos se aco-ardaron, y el miedo general á esa señora de la guadaña, á quien tan fea nos pintan, contribuyó á ‘lúe marcharan algunos á reclinarse en sus descargados brazos. Gracias, empero, á las sabias medidas ‘e nuestro Gobierno, á los acertados sistemas precautorios que se adoptaron, la salud pública recobró pionto favorable aspecto, y los gastrónomos pudie-on volver á pensar en su pasión dominante, las be-as a soñar con sus diversiones preferidas, y la Ha-ana entera renació á su habitual animación. Una leva zozobra sucedió no obstante á la desvanecida; puñado de atrevidos piratas, una cuadrilla de jeros do que en nuestros ingenios so empleaba aquella sustancia venenosa, habían alarmado justamente á nuestros hacendados, y el Gobierno al tomar las providencias convenientes para que tan infundada y calumniosa especie tuviese un enérgico mentís, uo podia permitir sin contradecirse y dar armas ¡i los enemigos de la industria cubana, la introducción de un método que cualesquiera que fuesen sus ventajas y seguridades, empleaba el específico venenoso que suponiau nuestros detractores usarse eu esta Isla. El público vió con aplauso aquella prudentísima prohibición, como asimismo los trabajos de la Real Junta de Fomento, y los informes y experimentos cometidos al Sr. Casaseca acerca del empleo del bisulfito de cal en la clarificación del guarapo, y de los procedimientos de Mr. Melsens y varios químicos de esta ciudad para mejorarla elaboración sacarina. Concluidas las torres fanales de Colon en punta de Martinillos y de Roncali en el calió de San Antonio, y extrenados eu 1. ° de Mayo y 3. ° de Julio, se hacia necesario alterar el presupuesto con que se contaba hasta entonces para el sosten de esos Utilísimos establecimientos. El Excmo. Sr. Gobernador Capitán general convocó al efecto la Junta de Autoridades superiores del 10 de Junio, y en ella se regularizaron y fundieron en uu solo impuesto los derechos y subsidios establecidos por fanal y linterna en los puertos habilitados de esta Isla. Todos ellos fueron subrogados eu el módico derecho fijo de \ rl. por tonelada los buques nacionales y -i rl. los extranjeros siempre que no entrasen en lastre; módica compensación de los inmensos beneficios que la navegación y el comercio universal reciben de aquellos faros convenientemente situados en puntos muy frecuentados y peligrosos. Beneficiosa es también para el comercio la orden superior de 15 de Febrero, facultando á las juntas subalternas de sanidad para que en el caso de quedar un buque sujeto á cuarentena se permita el desembarco de los víveres y otros efectos susceptibles de corrupción. Miéntras la ciencia no pueda declarar innecesarias esas barreras impuestas al comercio por la salud pública, es de la mayor importancia cuanto tienda á minorar los perjuicios que por ellas sufren las transacciones, en cuauto no se oponga á la ley humanitaria que ha dictado las cuarentenas. Como uno de los inodios de favorecer el aumento de población, es expeditar las comunicaciones, nuestro Gobierno no ha perdido de vista I03 entorpecimientos que solían experimentarse por consecuencia do algunas medidas precautorias. A evitarlo han ido dirigidas várias aclaraciones hechas en quince de Marzo á la Instrucción Reglamentaria de 1849, y la muy loable providencia tomada en 27 de Junio con el voto con sultb'o do 1« R.oil Audiencia Pi'emr.Ml. declarando caducados ai año los entredichos puestos por los juzgados para impedir la expedición de pasaportes. Por último, el Excmo. Sr. D. José déla Concha, apénas encargado de este Gobierno y Capitanía Geueral ha tomado una providencia de la mayor importancia en el particular que nos ocupa. Nos referimos á la comisión nombrada por S. E. para que entienda en los negros emancipados, clase algo numerosa, á cuya existencia se ligan no pocos intereses, la fé de los tratados y razones atendibles de policía. La ilustración de las personas uombradas para esta comisión promete desde luego que sabrán cumplir los deseos de nuestro dignísimo Gefe, eu todo dirigidos á conciliar los intereses generales de la Nación con los locales de esta provincia. La industria fábril ha merecido también la atención del Superior Gobierno. Eu beneficio de ella facultó á la sección de apreudizage de ártes y oficios para expedir títulos de maestros á los artesanos; y mi rando también por el engrandecimiento industrial del pais, se ha ocupado várias veces en secundar los deseos de S. M. de que esta rica Antilla coutribuya con muestras de sus adelantos á la gran exposición que ha de verificarse en Londres en Octubre próximo veui-dero. Por la Secretaría Politica se han despachado varios expedientes promovidos por solicitudes de paten tes do privilegio, habiéndose concedido las siguientes: Eu 2G de Enero á D. Pedro Larronde y D. Jorge Coard por la propiedad y uso de un tubo inventado para dar punto al azúcar. En id. id. otra á D. Luis Ortega por la de un artefacto inventado para formar cal hidraúlica do primera clase con materiales del pais. En 2 de Marzo, otra, por quince años, á D. Ephraim Murcie y D. Heseteiah Bradford por la propiedad uso de una máquina iuventada con objeto de desme- nuzar sustancias sólidas y separadas según su tamaño y gravedad del específico. En 9 de id. otra á D. Antonio Toraati y D. José do la Torro para una máquina que hau inventado con objeto de triturar azúcar con armadura de hierro ó madera. En 7 de Mayo otra á D. Pedro Eugenio Lefranc como apoderado do los Srss. Derosue y Cail para un proceder inventado con destino á la elaboración de azúcar sin el empleo del carbón animal. En 24 de id. á D. Pedro Vaurigaud apoderado de D. Enrique Oliveiro Robiuson para una máquina de vapor y trapiche inventados con notable economía de trabajo y tiempo. En 31 de id. á D. Vitrubio Steeger por la invención do unos trenes de reprosa para elaborar azúcar con ventajas considerables sobre los usados á fuego desnudo. En 25 de Julio á D. Hiran H. Ilavens por la invención de un aparato para trasegar el líquido contenido en las pailas de Carrón siu disminuir el fuego ni perder tiempo ni calórico, y con ahorro de brazos y combustible. En 26 de Agosto, á D. Juan Ramos por la invención de un tren para elaborar azúcar moscabado y do purga con economía de tiempo, brazos y combustibles. En 9 de Setiembre á D. Roberto Morison á nombre de 11. Abraham Gessner por la invención de un proceder para obtener gas, de un betún compacto y fluido de asfalto, chapapote ó brea mineral eu vez de las resinas y aceites, con aplicación al alumbrado. En 2 de Octubre á D. Ramón Guillot por la invención de unos féretros que evitan las emanaciones perjudiciales á la salud. En 3 de id. á D. Marcial Dupierris y D. Daniel S. Gaos por la invención de un jabón maravilloso para el lavado de ropas de toda clases. A D. Manuel Arriazi á nombre de D. Eduardo Beatles por la invención de uu aparato para elaborar azúcar sin mas agua que la que produce el vapor del guarapo. En 22 de Noviembre, á la Sociedad Mercantil do Harmony, l’esant y Comp. por la introduccioude una máquina para apagar incendios por medio del vapor. En 17 de Diciembre á D? Teresa Diaz de Raiz y D. Pedro García Cartaya por la invención de una teja nueva en su tamaño, y con notorias ventajas sobre las comunes, para el uso de los edificios. Otros particulares de público interes, aparto de los ramos que con la conveniente clasificación van á ocuparnos, han llamado la atención del Gobierno Superior Político. Citaremos eutre ellos la disposición do 8 de Marzo en que se modúca el artículo 39 del Bando do Gobernación y Policía, para evitar perjuicios á los propietarios y encargados de fincas rurales, respecto á los partes que deben dar á los pedáneos. Otra de 30 del mismo mes para que no se mate ninguna res sin ser reconocida por los regidores ó pedáneos. Otra de 29 do Abril imponieudo la multa de 50 ps. á los facultativos omisos en advertir á los enfermos ó sus Luidas ivirá que reciban los auxilios espirituales y hagan sus disposiciones testamentarias; y ¡a preveneiou do j de Setiembre de que los profesores extrangeros que revaliden sus títulos eu esta Universidad y antes solian servirse de intérpretes en su exáineu, no hagan uso do otro idioma que el castellano, quedando eu consecuencia abolida aquella fea práctica. Sanidad.—El 3ü de Marzo so observaron eu el hospital militar de esta ciudad algunos caso3 de cólera morbo asiático, siende los individuos atacados enfermos que se hallabau en aquel establecimiento adoleciendo de otros males. Incomunicóse el hospital y se tomaron cuantas medidas podían tender á evitar que el cólera se propagase: ¡poro vaua esperanza! después de haber tomado notable incremento en aquel recinto, aparecieron á los pocos dias algunos casos en el público, siendo los barrios de Jesús Muría y Ch ivez los primeros en rendir tributo á la voracidad ¿le esa hidra salida do las márgenes del Ganges para terror y espanto del género humano. El 19 de Abril se publicó oficialmente la noticia de la terrible invasión, y el mal si bien cedió su primitiva violencia á mediados do Mayo, continuó entre nosotros hasta fines de Setiembre, bulliéndose cantado el Te-Deum en 4 da Octubre, á los seis meses y seis dias de su aparecimiento eu el hospital. Forzoso nos ha sido principiar por tan triste y reciente recuerdo las liueas que consagramos á este negociado del Gobierno político, del que inmediatamente depende la Excina. Juuta Superior de Sanidad, pues ya se deja entender que sus principales trabajos han sido de preferencia reclamados por esa situación anómala del estado sanitario del pais. Eu efecto desde luego esta celosa corporación aconsejó al gobierno multitud de medidas acertadísimas y eficaces en cuanto pueden serlo las fuerzas humanas, que ejecutadas perentoriamente evitarou sin duda á la población muchos horrores y desgracias. Trece hospitales de caridad se establecieron iutra aventureros, sin patria ni religión, una banda de hombres resueltos á todo, porque nada tenían que perder, se dirije á nuestra hermosa Cuba, á nuestra Isla tan pacífica y risueña, determinada á imponer nos su yugo, á cambiar nuestras costumbres y nuestras ideas, á entregarlo todo al piltage para aprove charse del desorden, y á privarnos de nuestra nacionalidad para subyugarnos á la fuerza!...........Un grito de indignación común, se levantó en nuestro suelo contra la audaz empresa que nada era capaz de disculpar; nuestra juventud masculina corrió á las armas al momento; el amor á la Patria y á la Reina encendió su santa llama en todos los corazones; el deseo sublime de defeuder los derechos de estas dos madres, aleutó los mas débiles brazos, y el Gobierno siempre activo y previsor, unió á sus fuer zas estables, el recurso de una milicia dispuesta morir ántes que aceptar el dominio extrangero. Felizmente no tardaron en disiparse también, semejantes sobresaltos; restablecióse la tranquilidad eu la Isla, y los invasores acobardados, renunciaron á su infame proyecto. La milicia nacional depuso entonces las armas, volviendo á sus habituales ocupaciones; la pública paz renació por segunda vez; p6ro el comercio había sufrido cou tales alternativas, y el año 50 dejaba un rastro fatal en la fortuna de muchos!_____ Por fin todo se olvida, todo se calma; cesan de ocuparse de los piratas y de su crimi tal empresa; los establecimientos se proveen á porfia de objetos ricos; los elegantes de ambos sexos preparan sus galas de antemano, y comienza á hablarse de fuegos artificiales, bailes y espectáculos eu perspectiva, cua n-do llegue el fausto anuncio de que la augusta Soberana que nos proteje desde iéjoscnn su cetro benigno, dé á la nación un vástago de su dinastía, al trono un heredero de su. gloria y de sus virtudes. No se preocupan todos sino de ese acontecimiento que debe colmar de gozo á sus leales súbditos: se forman votos fervientes por el nacimiento de uu príncipe; se pide á Dios que bendiga la ilustre descendencia de los Reyes católicos por quienes D. Fernando el Santo abogará en el cielo, y á cada buque que entra eu nuestro puerto, se aguarda la ansiada noticia. Por último arriba esta; la Reina ha dado á luz un hermoso niño, pero el año 50 ejerce su influencia aciaga en el régio infante, y el príncipe de Astutas expira al uacer, trocando en luto las pompas de su cuna, y en dolor y lágrimas el gozo de su Madre excelsa, el entusiasmo de 'sus pueblos de ambos hemisferios que se disponían á saludarle con acentos de júbilo!............. Las fiestas reales se desvanecieron pues, como el humo: los establecimientos se quedaron con sus costosas galas; los amigos de la alegría suspiraron con a-margura, y los que habían levantado en el aire tan bellos castillos anticipadamente, les vieron desplomarse murmurando anatemas contra la estrella triste que al destiuo del año presidia. A despeeho no obstante de la epidemia, de los piratas y del acontecimiento que según acabo de expresar frustró tantas esperanzas, algunas flores aparecieron aquí y allá, para templar la rudeza de tamaños contratiempos. Hubo bailes campestres ó de témpora da, en Jesús del Monte, Marianao y Guauabacoa; se festejó á Tersípcore en las glorietas sencillas bajo las pintorescas enramadas y se sacó en una palabra todo el posible partido de lo que el año daba de sí. Autes también el carnaval y las funciones de Se m ana- Sauta que sucedieron á los espectáculos líricos, habían despertado bastante animación. El público de la Habana no se queda en casa, cuando puede divertirse fuera de ella; y la máxima de Epicuro—Gozad siempre del hoy, que el mañana osuna duda!—pare ce armonizar con sus inclinaciones. Pasó después la época del verauo en que tantas contrariedades nos asaltaron á porfia, y con Octubre y su firmamento sereno, y sus poéticas brisas, y sus deliciosos horizontes, y sus pálidas hojas, y su atmósfera templada, lodo se reanimó como por encanto. Ya uo se hablaba de invasiones ni de enfermedades; ya no se creía casi en la maléfica influencia que señalara con una raya negra la mitad del siglo, y en lugar de acordarse de tan melancólicas materias, comenzó á genio divino del autor de la Favorita y la Lucía-, nuu ca los tres principales cantantes que houran nuestra escena lírica consiguieron tan brillantes laureles, co mo al interpretar esa dramática obra de un talento fecundo y malogrado. El dolor, la pasión y la poesía, esos tres sublimes resortes de la música, esos tres talismanes de la multitud llenaron de inspirados acentos el recinto del vasto local, y proporcionaron una ocasión completa, á los tres hábiles artistas que de tal manera sabían comprender y repetir las melodías celestes del Cisne de Bergamo. Auuque délas tres óperas nuevas que nos ha prometido la empresa, solo hemos oido una todavía, no ha faltado variedad en los espectáculos líricos, pues desde el diez de Octubre hasta el último de Diciembre, se hau ejecutado Lucía de Lammermoor, l Puritani, Hernani, Macbeth, Lucrecia Borgia, Norma, Favorita, María di Rohan, Semíramis, Elixir de amor y Hugonotes, acogidas la mayor parte con buen éxito. La compañía coreográfica de los esposos Mont-plaisir, alternaba ademas últimamente con la compañía italiana, presentando lindas pantomimas, que áno ser por lo subido de los precios de la entrada hubieran conseguido á la aérea Adela y al elegante Hipólito, aplausos infinitos y sonante metálico. Pero como no nos hallamos aquí eu la California, en donde para reu uir el oro solo cuesta el trabajo de cojerle, esa síl-fide de Occeánica delicadeza yeseí.héroe de las piruetas maravillosas, han lucido sus habilidades ante una concurrencia escasa. Aviso anticipado para cuando el ruiseñor Sueco quo ha ido á posarse momentáneamente eu los Estados-Unidos, abra sus alas, atraviese el espacio de mar quo nos separa, y dejan- soñar la foule elegante con las soirées privadas, con do escapar el melodioso torrente de sus gorgoritos, los bailes públicos, con los espectáculos líricos, y con los pasatiempos variados qne se encargaban de alter- los bailes de máscaras en el Circo y en Escauriza, y las soirées en el seno de las familias particulares, siu que cesaran de resonar por eso las armonías de Euterpe en el teatro de Tacón. Interin unos suspirabau sentimentalmente con Edgardo y Lucía, otros brinca • ban al son de la ruidosa orquesta, y de las joviales exclamaciones de Momo. Tal es el mundo! una mezcla de contento y de lágrimas, un instrumento quo toca en diversos tonos, una voz que rie y se queja, un panorama en donde pasan sombras de todos colores, una veleta que á todos los vientos gira, un campo en que nacen ospinas y rosas, un lugar por último donde hay mas locos que cuerdos; donde cada uuo se figura tener la razón, y donde todos queriendo gozar sufrimos, hallar la dicha nos equivocamos, y vivir siempre, desperdiciamos los escasos dias que las Pascuas nos conceden de limosna!__________ Sí, tal es el mundo y por eso lo amamos quizás; como aman los hombres á la coqueta que les maltrata y acaricia alternativamente, que los sonríe y les vuelvo la espalda, que les llama y les rechaza, quo les a-nimacon la incertidumbre y les aguijonea con el misterio de su conducta. La copa de oro del festín del rico perdería su prestijio sino hubiera copas do tosco barro en la mesa del pobre; la belleza no so admiraría sino existiera la 'fealdad; la sonrisa careceria de precio si los ojos carecieran de lágrimas; la felicidad se ignoraría si se desconociera la desventura, y la picau-te salsa que constituye el aliciente de todas las cosas no poseería sabor, siu el efecto del contraste!..... Tal como hoy, queridas lectoras, están los aguinaldos en toda su fuerza, y no aludo á las floreeillas de la Pascua que esmaltan durante la presente época las cercas campestres, sino á las décimas extrava" corra á refujiarse en nuestro forun musical, que ya ha j tes, á lasCoplas caprichosas con que os piden el rega-cobijado tantas celebridades artísticas. j lo de año nuevo las clases domésticas, y todos aque- Miéntras los círculos de buen tono se reunían cua- líos que pertenecen al rango de la servidumbre. Vues - tro veces á la semana en ese templo de las Musas, la tros criados, y los criados de vuestros amigos, y los gente alegre se divertia en el Circo, convertido en la amigos de vuestros criados, no se cansan de clamar arena ecuestre, donde la tropa acaudillada por Seo- por el aguinaldo hasta que logran se abra el bolsillo pelletti trabajaba, haciendo suertes y equilibrios diñei- menos partidario de las teorías de pecuaria igual- íes sobre diestros corceles. Al propio tiempo tos ca- dad. Los niños persiguen al par á sus l'apág, 6xigieu- narios y gorriones del Sr. Spinetto venidos ni mas ni do algún lindo cartucho de dulces déla Dominica, 6 Salvi, C. Badiali, y Marini sacó con felicidad de entre menos que del Asia, osteutabau su primorosas gargau- algún juguete bullicioso como las inclinaciones de su los escollos que abundaban, la nave de la empresa, tas eu presencia de los curiosos, patentizando la asom- edad; y hasta las fúña» que han pasado do la infancia Una nueva partitura que no conocíamos, una perla; brosa paciencia del hombre, que logra trasmitir sus y la adolescencia aprovechan la ocasión p ira obtener bellísima de Donizetti, la celebrada María di Rohan, enseñanzas y reglas, hasta á criaturas sin raciocinio. que su Mamá les compre una eh gante mantaleta en la excitó hasta el entusiasmo la satisfacción de los filar-1 Llegó por fin la Pascua de Navidad, y con ella Piñadc Oro, ó algún aderecito de precio moderado eu mónicos. Pocas veces se elevara á tamaña altura er las romerías al campo, los paseos por el ferro-carril, h platería del Rubí. nar con el Liceo, el cual había continuado eu medio de tantas vicisitudes su activa y segura marcha. La ópera atrajo su acostumbrado y numeroso auditorio, al templo de Euterpe. Las obras de los grandes compositores italianos se saludaron con los aplausos ruidosos que eu justicia merecían. El talento de artistas de tanto precio como la Stteffenoue, la Bossio,
Object Description
Title | Gaceta de La Habana, Num. 1-25, Enero de 1851 |
Variant Title | Gaceta de La Habana: Periodico Oficial Del Gobierno |
Subject | Cuba -- Politics and government |
Genre | Periodicals |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Publication Date | 1851-01 |
Coverage Temporal | 1850-1859 |
Coverage Spatial | Cuba |
Physical Description | 1 volume (108 pages) |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
OCLC No. | 20802831 |
Rights | This material is in the public domain in the United States. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Object ID | chc9998000470 |
Type | Text |
Format | image/tiff |
Description
Title | Page 1 |
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Digital ID | chc99980004700001001 |
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GACETA
iP iS¡ Ui 3 (!) ID 3 (D |
Format | Image |
Archive | chc99980004700001001.tif |
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