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NUM. 1. AÑO V. Domingo 4 de Octubre de 1863. ESTE PERIODICO SE PUBLICA LOS DOMINGOS. PRECIOS DE LA SUSCRIOION. UN PESO AL MES IÍN LA HABANA y 10 rs. fies. K X EL INTERIOR franco de porte. EL NUMERO SUELTO SE VENDE á 3 rs. fies LA REDACCION CALLE DEL SOL NUMERO S95!! A DONDE SE DIRIGIRAN TODAS LAS COMUNICACIONES y- reclamaciones. LA ADMINISTRACION está KN LA MISMA OASA DE LA Redacción. PERIODICO SATIRICO» ECONOMICO Y LITERARIO DIRIGIDO POR J. M. V1LLERGAS. EL NUMERO UNO. no es sinónimo de primero, en ciertos casos, cuyos ciertos casos no son muy frecuen-tes;pero sin ser frecuentes suelen ocurrir alguna vez, y siendo esto positivo hago la distinción debida, para que no se crea que voy á ocuparme de mi persona, cuando solo quiero hablar de mi periódico. Ya estamos en el número primero de la cuarta série, y puesto que estamos en el número primero, sea de la série que se quiera, tendremos que hacer lo que se acostumbra en todos los números primeros de todas las séries imaginables. Regularmente, todo primer número de un periódico suele ser la reproducción mas ó ménos literal de su prospecto, lo cual ofrece la ventaja de llenar papel, sirviendo de nuevo anuncio*. | Y si no, ¿qué hice yo el año pasado? El año pasado hice reimprimir el cartel, | con caricatura y todo, en el primer número, y estaba por hacer ahora lo mis-1 mo; pero, para salir de la rutina, voy á ¡ introducir alguna variación en mi siste- j ma de reimpresiones, consistiendo esta I en insertar aquí la parte literaria del cartel que anda este año por las esqui- I ñas, dejando la parte artística, que por cierto es una obra digna del ilustre Ba yaceto, para darla gratis á los señores suscritores el año que viene, en la cubierta que se les regalará para la encuadernación de este cuarto volúmen. Según mis lectores habrán visto, esa parte artística del cartel es un grupo de moros á caballo, lo que indica un gran progreso en el periodismo, pues antiguamente paseaban los escritores por lo común un ratito á pié y otro andando; pero alguna vez habia de llegar la nuestra, y, para no pecar en nada de rezagado, el Moro Muza ha sido el primero en sentar plaza de redactor de caballería. Basta, pues, de conversación, y allá va la segunda parte del cartel, para que salga verdad lo que decia Fr. Gerundio de los vice-versas, pues, en efecto, voy á dar el cartel á mis suscritores en dos partes, la primera al fin del tomo, y la segunda al principio. Ahora, entiéndase que aunque digo allá va, no es aquí, sino en la cuarta plana donde vá el cartel anuncio. el moro muza. ---- i M ■ ■■ LA PARTIDA DE LA CARTERA. Al hablar de mis bolsillos en uno de los últimos números de este periódico,.hice mención, aunque ligeramente, de la Partida de la Cartera, y como no han.faltado personas de I las que, me honran con su apoyo que me hayan escrito manifestando deseos de saber I algunos otrosporm enores relativos á esa Partida, voy á darlos, creyendo de este modo complacer tal vez á todos mis estimables lectores. He dicho ya como se formó la Partida, y el heroísmo con que venció las dificultades de la campaña en el nuevo paso de las Terrnópilas; pero todavia no he contado su verdadero origen, su buena organización y los triunfos y derrotas que alcanzó en sus expediciones nocturnas. La Partida de la Cartera puede decirse que nació de un fósforo, y vean ustedes si tiéne razón el autor de El Vaso de Agua en aquello de que las cosas mas pequeñas suelen producir grandes efectos. ¡Un fósforo! dirán ustedes, añadiendo: ¿cómo de un diablo de un fósforo pudo resultar la formación de esa ilustre Partida que, entre otras hazañas, vino á parodiar una de aquellas en que mas se inmortalizáronlos hijos de Lacedemonia y los soldados de Jerjes? A lo cual contesto yo diciendo: «Pues ahí verán ustedes lo que son las cosas: esa Partida tan formidable fué producida por un fósforo.» En aquel tiempo, precisamente, se descubrieron los fósforos. Hasta entonces se habia conservado para las casas el uso de la antigua pajuela, tan cargada de azufre que para encender una vela lloraba uno tanto como si se le hubiera muerto su padre, y los fumadores usaban el eslabón que todavia no se ha desterrado. ¡Qué asombro tan natural produjo la aparición de los fósforos! A mí, puedo decir que me valió un susto de los mas grandes que he tenido en mi vida, y diré cómo. Entre mis condiscípulos de dibujo habia uno que era de la piel del diablo, y á quien de mote llamábamos Canelo, el cual dió en tomarla
Object Description
Title | El moro muza, Año 5, Num. 1-4, Octubre de 1863 |
Variant Title | El moro muza. Periódico satirico, economico y literario, dirigido por J. M. Villergas |
Subject |
Cuban periodicals Cuban literature -- 19th Century -- Periodicals Cuban wit and humor, Pictorial -- Periodicals |
Genre | Periodicals |
Publication Date | 1863-10 |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Coverage Temporal | 1860-1869 |
Coverage Spatial | Havana (Cuba) |
Physical Description | v. : ill. ; 35-39 cm |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
Call Number | Periodicals a.3-5 (Oct 5 1862-Jan 31 1864) (Inc) |
OCLC No. | 47782860 |
Rights | This material is in the public domain in the United States. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Object ID | chc9998000179 |
Type | Text |
Format | image/tiff |
Description
Title | Page 1 |
Object ID | chc9998000179 |
Digital ID | chc99980001790001001 |
Full Text | NUM. 1. AÑO V. Domingo 4 de Octubre de 1863. ESTE PERIODICO SE PUBLICA LOS DOMINGOS. PRECIOS DE LA SUSCRIOION. UN PESO AL MES IÍN LA HABANA y 10 rs. fies. K X EL INTERIOR franco de porte. EL NUMERO SUELTO SE VENDE á 3 rs. fies LA REDACCION CALLE DEL SOL NUMERO S95!! A DONDE SE DIRIGIRAN TODAS LAS COMUNICACIONES y- reclamaciones. LA ADMINISTRACION está KN LA MISMA OASA DE LA Redacción. PERIODICO SATIRICO» ECONOMICO Y LITERARIO DIRIGIDO POR J. M. V1LLERGAS. EL NUMERO UNO. no es sinónimo de primero, en ciertos casos, cuyos ciertos casos no son muy frecuen-tes;pero sin ser frecuentes suelen ocurrir alguna vez, y siendo esto positivo hago la distinción debida, para que no se crea que voy á ocuparme de mi persona, cuando solo quiero hablar de mi periódico. Ya estamos en el número primero de la cuarta série, y puesto que estamos en el número primero, sea de la série que se quiera, tendremos que hacer lo que se acostumbra en todos los números primeros de todas las séries imaginables. Regularmente, todo primer número de un periódico suele ser la reproducción mas ó ménos literal de su prospecto, lo cual ofrece la ventaja de llenar papel, sirviendo de nuevo anuncio*. | Y si no, ¿qué hice yo el año pasado? El año pasado hice reimprimir el cartel, | con caricatura y todo, en el primer número, y estaba por hacer ahora lo mis-1 mo; pero, para salir de la rutina, voy á ¡ introducir alguna variación en mi siste- j ma de reimpresiones, consistiendo esta I en insertar aquí la parte literaria del cartel que anda este año por las esqui- I ñas, dejando la parte artística, que por cierto es una obra digna del ilustre Ba yaceto, para darla gratis á los señores suscritores el año que viene, en la cubierta que se les regalará para la encuadernación de este cuarto volúmen. Según mis lectores habrán visto, esa parte artística del cartel es un grupo de moros á caballo, lo que indica un gran progreso en el periodismo, pues antiguamente paseaban los escritores por lo común un ratito á pié y otro andando; pero alguna vez habia de llegar la nuestra, y, para no pecar en nada de rezagado, el Moro Muza ha sido el primero en sentar plaza de redactor de caballería. Basta, pues, de conversación, y allá va la segunda parte del cartel, para que salga verdad lo que decia Fr. Gerundio de los vice-versas, pues, en efecto, voy á dar el cartel á mis suscritores en dos partes, la primera al fin del tomo, y la segunda al principio. Ahora, entiéndase que aunque digo allá va, no es aquí, sino en la cuarta plana donde vá el cartel anuncio. el moro muza. ---- i M ■ ■■ LA PARTIDA DE LA CARTERA. Al hablar de mis bolsillos en uno de los últimos números de este periódico,.hice mención, aunque ligeramente, de la Partida de la Cartera, y como no han.faltado personas de I las que, me honran con su apoyo que me hayan escrito manifestando deseos de saber I algunos otrosporm enores relativos á esa Partida, voy á darlos, creyendo de este modo complacer tal vez á todos mis estimables lectores. He dicho ya como se formó la Partida, y el heroísmo con que venció las dificultades de la campaña en el nuevo paso de las Terrnópilas; pero todavia no he contado su verdadero origen, su buena organización y los triunfos y derrotas que alcanzó en sus expediciones nocturnas. La Partida de la Cartera puede decirse que nació de un fósforo, y vean ustedes si tiéne razón el autor de El Vaso de Agua en aquello de que las cosas mas pequeñas suelen producir grandes efectos. ¡Un fósforo! dirán ustedes, añadiendo: ¿cómo de un diablo de un fósforo pudo resultar la formación de esa ilustre Partida que, entre otras hazañas, vino á parodiar una de aquellas en que mas se inmortalizáronlos hijos de Lacedemonia y los soldados de Jerjes? A lo cual contesto yo diciendo: «Pues ahí verán ustedes lo que son las cosas: esa Partida tan formidable fué producida por un fósforo.» En aquel tiempo, precisamente, se descubrieron los fósforos. Hasta entonces se habia conservado para las casas el uso de la antigua pajuela, tan cargada de azufre que para encender una vela lloraba uno tanto como si se le hubiera muerto su padre, y los fumadores usaban el eslabón que todavia no se ha desterrado. ¡Qué asombro tan natural produjo la aparición de los fósforos! A mí, puedo decir que me valió un susto de los mas grandes que he tenido en mi vida, y diré cómo. Entre mis condiscípulos de dibujo habia uno que era de la piel del diablo, y á quien de mote llamábamos Canelo, el cual dió en tomarla |
Archive | chc99980001790001001.tif |
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