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Año III Habana, 6 de Septiembre de 1888, Núm. 43. SEMANARIO DE SPORTS, ARTE Y LITERATURA. Organo Oficial del Club de Ajedrez de la Habana, del Habana Yacbt Club, del Club de Esgrima, del Jockey Club de Colón y de la Sociedad de Caza de la Habana. REDACTOR EN JEFE: l DIRECTOR PROPIETARIO: ) Red acción: REINA 5. pZEC^UIEL pARCIA. \ RELIO j3r JE\A NADOS. C ADMINISTRACIÓN: CAMPANARIO 18. SUMARIO. Sección oficial. — Piessa inesperada, por Eduardo G. Lebredo.—Ajedrez; Partidas.—Base-Ball: “Azules” y “Rojos”; “Campos Elíseos” y “Oliyette”; Noticias; Estado del Champion de Verano.—Championship de los E. Unidos; Noticias.—Náutica: Noticias; Excursión al Mariel; El Ciclón y el Habana Yacht Club; A última hora,—Notas de Sport.—La Esgrima en la Habana.—Turf.—Sección Artística: Contestación; Crónicaa Teatral, por LuccaDolci; Aclaración; Notas; Gran baile.—Teléfono. _________gBdCllOjI QFlte, Habana Yacht Club. Nos participa el Secretario de esta Sociedad, que á la tina de la tarde del próximo domingo nueve, tendrá lugar en la casa del Club, [Playa de Marianao] Junta General de Socios. FIESTA INESPERADA. Amigo lector, si como cronista te sucede que llegue una tarde en que aún no has escrito tu primera cuartilla para la imprenta, no te des al demonio, ni te desesperes: el Dios de los revisteros no abandona un solo instante á sus protegidos y les proporciona en último caso pasto ó materia con que emborronar unas cuantas hojas. Ayer tarde estaba yo en el caso ante dicho: no había de qué hablar, porque, después del asalto del “Círculo Militar”, no se ha escuchado más que el monótono afondo de un principiante, ó el tic—tac de algún aventajado tirador que se hace la malio, todo esto en la reserva de la sala. Ya me disponía á valerme del Barón de Vaux para cumplir la promesa hecha al Director de este semanario, cuando al entrar en la Sala de Granados tuvo la amabilidad Miguel Andux de presentarme al Sr. Juan Rodríguez amateur de las Salas de España y conocedor de la esgrima. Un nuevo .tirador es siempre recibido con júbilo en las salas de armas, y más cuando es amable y viene de alguna capital europea. En honor del Sr. Rodríguez se improvisaron varios asaltos que tuvieron el atractivo de lo inesperado, y sobre todo la fortuna de encontrarse en la sala una de las personalidades, es decir una de las dos personalidades que en la Habana manejan el florete con más gallardía;*el segundo según unos, ó el primero, según otros, de nuestros tiradores: me refiero á Gregorio P. Piquero. La salita de Granados presentaba un aspecto alegre y distinguido; jóvenes apreciables alternaban en el puente y los floretes movíanse como caprichosas neurósicas, manejados por las manos hábiles de sus poseedores. En derredor de los tiradores agrupánbase los aficionados y alguna que otra sonrisa satisfactoria, ó palabra dejada escapar, premiaban el buen éxito de las estocadas decisivas. El primer turno fué agotado por los Sres. Granados y Piquero; bonito asalto, cuidado y tirado con toda la buena voluntad que es de desearse. El amor propio, cuando no jueg^ un principal papel en estos torneos, permite que sea satisfactorio el resultado. Gregorio Piquero es siempre el mismo; amable hasta la exajeración, no es posible saber á todo lo que llega su fuerza de tirador, porque me hace el efecto de que tira siempre reservando todo el mayor vigor y sus mejores conocimientos. Esta es una prueba de su carácter complaciente y todos reconocemos en él la superioridad; pero más provechoso resultaría tenerle por contrario, si se determinara, á hacer su juego completo y procurara hacerse más difícil de tocar. Entre las estocadas que decidió recuerdo perfectamente una riposta en coupé después de parar con el contra de tercera retrógrado, movimiento éste muy de su agrado y que si alguna vez no le resulta se debe á la distancia. ‘ Granados engañó perfectamente un contra de tercera. Miguel Andux, el correcto y fuerte discípulo de Granados, estuvo como siempre al tirar con el principiante Sr. Manrique. Estos asaltos en que toman parte dos condiscípulos tienen que salir forzosamente interesantes, mucho más cuando uno de ellos se presta, por su corrección y adelanto relativo, á lucir permitiendo hacer juego fino á su adelantado adversario, como sucede con los jóvenes nombrados. Martínez Oliva, el entusiasta esgrimista que tanto interés demuestra por la Sala Granados ayudando á este profesor con sus notables conocimientos, me hizo el honor de cruzar su acero con el mió. Coincidencia rara: á pesar de ser él uno de los jóvenes á quienes aprecio y más distingo, es la primera vez que tiramos. El asalto fué............................................... Ustedes dirán, señores espectadores. Enrique Diago, uno de los representantes de la época pasada,—no se crea por esto que es de avanzada edad,—hizo con A. Martínez un asalto de fioriture. Martínez es un novel entusiasta del arte, y Diago es un partidario enragé de la escuela antigua. Pablo Mendoza y Alfredo Lebredo.........de este asalto no hablo,—y.Fernando Freyre y R. Mendoza se encargaron de finalizar la improvisada fiesta. Freyre, tirando, es lo mismo quo Freyre Secretario del Club de Esgrima, y que abogado y que hombre social. Su juego es idéntico para manejar la pluma, las cuentas, el florete, y la lengua, es decir, académico* Habrá quedado satisfecho el Sr. Rodríguez de lo que observó ayer? Lamentamos verdaderamente no haberle visto en guardia, v habernos privado por lo tanto de presenciar un asalto, que á juzgar por lo que nos dice un amigo sobre sus conocimientos del arma, hubiera resultado interesante. Me halaga la idea, de que en estos días complacerá á los que desean tenerle de contrario en el pacífico asalto. Por mi parte reclamo, y espero de su amable condescendencia, que me ceda un par de afondos. Si le doy un mal rato en cambio él me lo proporcionará agradable. Es necesario ser egoísta ¿no lo creen ustedes? Al finalizar la fiesta apareció Federico Mora. ¡Que falta nos hace en el movimiento de nuestra esgrima! No podría dejar reposar en un rincón de la sala, media hora siquiera, el bastón de juez y reemplazarlo por el florete? Todos ganaríamos. Es necesario, Sr. Mora, sacrificarse un, poco por los amigos, y de V. lo son todos los que visitan las salas, desde el principiante que estropea el -arte hasta el privilegiado que lo honra. A las cinco y media me retiré, y mientras recorría las calles no pude menos de pensar en los que creen que nuestra juventud en su mayor parte pasa las horas en el café, la mesa de juego ó el salón de baile. Nó; visítese la Universidad, véanse las reuniones en las Salas de Armas, los Gimnasios, el Yacht Club y demás centros de sport y se notará que si es cierto que algunos desacreditan á nuestra clase entregándose á la holganza y desprestigio moral, en cambio hay muchos que nos hacen repetir la frase, tal vez cursi, pero aquí oportuna: “Aún hay patria”. EDUARDO G. LEBREDO.
Object Description
Title | Sport, Año 3, Num. 43, 47 [44?], 49 [45?], Septiembre de 1888 |
Variant Title | El sport. Semanario de sports, arte y literatura. Órgano oficial del Club de Ajedrez de la Habana, del Habana Yacht Club, del Club de Esgrima, del Jockey Club de Colón, del Hipódromo del Almendares y de la Sociedad de Caza de la Habana |
Subject | Cuban periodicals |
Genre | Periodicals |
Publication Date | 1888-09 |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Coverage Temporal | 1880-1889 |
Coverage Spatial | Havana (Cuba) |
Physical Description | 1 volume (26 pages); 40 cm |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
Call Number | Periodicals v.3:1-49 (Oct 1887-Sep 1888) |
Rights | This material is in the public domain in the United States. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Object ID | chc9998000146 |
Type | Text |
Description
Title | Page 1 |
Object ID | chc9998000146 |
Digital ID | chc99980001460001001 |
Full Text | Año III Habana, 6 de Septiembre de 1888, Núm. 43. SEMANARIO DE SPORTS, ARTE Y LITERATURA. Organo Oficial del Club de Ajedrez de la Habana, del Habana Yacbt Club, del Club de Esgrima, del Jockey Club de Colón y de la Sociedad de Caza de la Habana. REDACTOR EN JEFE: l DIRECTOR PROPIETARIO: ) Red acción: REINA 5. pZEC^UIEL pARCIA. \ RELIO j3r JE\A NADOS. C ADMINISTRACIÓN: CAMPANARIO 18. SUMARIO. Sección oficial. — Piessa inesperada, por Eduardo G. Lebredo.—Ajedrez; Partidas.—Base-Ball: “Azules” y “Rojos”; “Campos Elíseos” y “Oliyette”; Noticias; Estado del Champion de Verano.—Championship de los E. Unidos; Noticias.—Náutica: Noticias; Excursión al Mariel; El Ciclón y el Habana Yacht Club; A última hora,—Notas de Sport.—La Esgrima en la Habana.—Turf.—Sección Artística: Contestación; Crónicaa Teatral, por LuccaDolci; Aclaración; Notas; Gran baile.—Teléfono. _________gBdCllOjI QFlte, Habana Yacht Club. Nos participa el Secretario de esta Sociedad, que á la tina de la tarde del próximo domingo nueve, tendrá lugar en la casa del Club, [Playa de Marianao] Junta General de Socios. FIESTA INESPERADA. Amigo lector, si como cronista te sucede que llegue una tarde en que aún no has escrito tu primera cuartilla para la imprenta, no te des al demonio, ni te desesperes: el Dios de los revisteros no abandona un solo instante á sus protegidos y les proporciona en último caso pasto ó materia con que emborronar unas cuantas hojas. Ayer tarde estaba yo en el caso ante dicho: no había de qué hablar, porque, después del asalto del “Círculo Militar”, no se ha escuchado más que el monótono afondo de un principiante, ó el tic—tac de algún aventajado tirador que se hace la malio, todo esto en la reserva de la sala. Ya me disponía á valerme del Barón de Vaux para cumplir la promesa hecha al Director de este semanario, cuando al entrar en la Sala de Granados tuvo la amabilidad Miguel Andux de presentarme al Sr. Juan Rodríguez amateur de las Salas de España y conocedor de la esgrima. Un nuevo .tirador es siempre recibido con júbilo en las salas de armas, y más cuando es amable y viene de alguna capital europea. En honor del Sr. Rodríguez se improvisaron varios asaltos que tuvieron el atractivo de lo inesperado, y sobre todo la fortuna de encontrarse en la sala una de las personalidades, es decir una de las dos personalidades que en la Habana manejan el florete con más gallardía;*el segundo según unos, ó el primero, según otros, de nuestros tiradores: me refiero á Gregorio P. Piquero. La salita de Granados presentaba un aspecto alegre y distinguido; jóvenes apreciables alternaban en el puente y los floretes movíanse como caprichosas neurósicas, manejados por las manos hábiles de sus poseedores. En derredor de los tiradores agrupánbase los aficionados y alguna que otra sonrisa satisfactoria, ó palabra dejada escapar, premiaban el buen éxito de las estocadas decisivas. El primer turno fué agotado por los Sres. Granados y Piquero; bonito asalto, cuidado y tirado con toda la buena voluntad que es de desearse. El amor propio, cuando no jueg^ un principal papel en estos torneos, permite que sea satisfactorio el resultado. Gregorio Piquero es siempre el mismo; amable hasta la exajeración, no es posible saber á todo lo que llega su fuerza de tirador, porque me hace el efecto de que tira siempre reservando todo el mayor vigor y sus mejores conocimientos. Esta es una prueba de su carácter complaciente y todos reconocemos en él la superioridad; pero más provechoso resultaría tenerle por contrario, si se determinara, á hacer su juego completo y procurara hacerse más difícil de tocar. Entre las estocadas que decidió recuerdo perfectamente una riposta en coupé después de parar con el contra de tercera retrógrado, movimiento éste muy de su agrado y que si alguna vez no le resulta se debe á la distancia. ‘ Granados engañó perfectamente un contra de tercera. Miguel Andux, el correcto y fuerte discípulo de Granados, estuvo como siempre al tirar con el principiante Sr. Manrique. Estos asaltos en que toman parte dos condiscípulos tienen que salir forzosamente interesantes, mucho más cuando uno de ellos se presta, por su corrección y adelanto relativo, á lucir permitiendo hacer juego fino á su adelantado adversario, como sucede con los jóvenes nombrados. Martínez Oliva, el entusiasta esgrimista que tanto interés demuestra por la Sala Granados ayudando á este profesor con sus notables conocimientos, me hizo el honor de cruzar su acero con el mió. Coincidencia rara: á pesar de ser él uno de los jóvenes á quienes aprecio y más distingo, es la primera vez que tiramos. El asalto fué............................................... Ustedes dirán, señores espectadores. Enrique Diago, uno de los representantes de la época pasada,—no se crea por esto que es de avanzada edad,—hizo con A. Martínez un asalto de fioriture. Martínez es un novel entusiasta del arte, y Diago es un partidario enragé de la escuela antigua. Pablo Mendoza y Alfredo Lebredo.........de este asalto no hablo,—y.Fernando Freyre y R. Mendoza se encargaron de finalizar la improvisada fiesta. Freyre, tirando, es lo mismo quo Freyre Secretario del Club de Esgrima, y que abogado y que hombre social. Su juego es idéntico para manejar la pluma, las cuentas, el florete, y la lengua, es decir, académico* Habrá quedado satisfecho el Sr. Rodríguez de lo que observó ayer? Lamentamos verdaderamente no haberle visto en guardia, v habernos privado por lo tanto de presenciar un asalto, que á juzgar por lo que nos dice un amigo sobre sus conocimientos del arma, hubiera resultado interesante. Me halaga la idea, de que en estos días complacerá á los que desean tenerle de contrario en el pacífico asalto. Por mi parte reclamo, y espero de su amable condescendencia, que me ceda un par de afondos. Si le doy un mal rato en cambio él me lo proporcionará agradable. Es necesario ser egoísta ¿no lo creen ustedes? Al finalizar la fiesta apareció Federico Mora. ¡Que falta nos hace en el movimiento de nuestra esgrima! No podría dejar reposar en un rincón de la sala, media hora siquiera, el bastón de juez y reemplazarlo por el florete? Todos ganaríamos. Es necesario, Sr. Mora, sacrificarse un, poco por los amigos, y de V. lo son todos los que visitan las salas, desde el principiante que estropea el -arte hasta el privilegiado que lo honra. A las cinco y media me retiré, y mientras recorría las calles no pude menos de pensar en los que creen que nuestra juventud en su mayor parte pasa las horas en el café, la mesa de juego ó el salón de baile. Nó; visítese la Universidad, véanse las reuniones en las Salas de Armas, los Gimnasios, el Yacht Club y demás centros de sport y se notará que si es cierto que algunos desacreditan á nuestra clase entregándose á la holganza y desprestigio moral, en cambio hay muchos que nos hacen repetir la frase, tal vez cursi, pero aquí oportuna: “Aún hay patria”. EDUARDO G. LEBREDO. |
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