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. Ano l.°—Núm. 8.° PRECIOS bE 8USCRICION, ux PESO MENSUAL EN LA HABANA. Y 10 RS. FTS. EN EL INTERIOR. REDACCION. CALLE DEL AGUACATE, NUJI- 58. á donde se dirigirán lás comunicaciones Y RitCLEMACIONES, PERIODICO LITERARIOS JOCO-SERIO Y GAS! SENTIMENTAL, MUY PRODIGO DE BROMAS PERO NO PESADAS, Y DE CUENTOS, PERO NO DE CHISMES, MUY ABUNDANTE DE SATIRAS, CARICATURAS Y OTRAS COSAS CAPACES DE ARRANCAR LAGRIMAS A ÜÑA VIDRIERA; DMIIIDO 1*011 D. J. M.VJLLERGAS. Tanda de rigodones sobre un téma del diablo, RIGODON QUINTO, Figúrense Veis, que tripas pondría mi padre al oir el discurso de un hombre que para recomendarse como preceptor, confesaba estar dominado por todos los vicios imaginables. —¿Le parece á V., dijo, que tengo y > mucho interés en que mi hijo aprenda las malas mañas de V. ya que no ha podido aprender las buenas de los que le han precedido? —¿Y quién le ha dicho á V. que yo trate de enseñarle nada malo? respondió el otro compadre. Yo he manifestado mis pésimas cualidades, para probará V. que poseo en grado eminente la virtud de la franqueza, y con esta misma franqueza le aseguro que si quiere confiármela educación de su hijo, me siento capaz de enseñarle todo lo que hay en mí de bueno, sin que prenda nada de lo malo. Había tal sinceridad en las palabras de aquel hombre que mi padre iluminado por una súbita idea le dijo: —Está bien; veo que me conviene V.; diré mas, es V. el hombre que yo andaba buscando y me fundo para ello en que hasta ahora los numerosos profesores que se han presentado han sido completamente nulos apesar de haberme sido recomendados como los hombres mas virtuosos y esperirrientados de la provincia. Quiero ver si variando de rumbo podemos llegar al fin que me propongo, y para ello le voy á encomendará V. el cuidado y educación de mi hijo, pero ante todo rae ha de empeñar Y. su palabra de honor de que jamás le ha de desmoralizar con malas doctrinas y peores ejemplos. —Le empeño á V. mi palabra de honor de que nunca se arrepentirá por ese lado de ha berme confiado á su hijo. En esto llegué yo casualmente á la habitación en que se hallaban los interlocutores, y mi ! padre me presentó al futuro preceptor diciendo, que este quedaba encargado de mi educación y que había de obedecerle en cuanto rae ordenase. No dijo mas y se marchó de casa pretestando no sé que ocupación ó diligencia, y entre tanto yo, que habia concebido ya la esperanza de que no volviesen á mortificarme con el estudio, me quedé afligido y cabizbajo sin mirar á aquel hombre que me inspiraba odio y mala voluntad como todos los preceptores. Pe-r ? ' tal D. Serapis, que a sí se llamaba el indi viduo, se rae acercó diciendo: —Yen acá perillán, levanta la cabeza y mírame derecho, que no soy una fiera como los otros profesores, y mas bien debes mirarme corno amigo que como maestro. Sí. añadió viendo que yo cambiaba mi semblante al oir aquellas palabras consoladoras, yo no vengo á mortificarte con lecciones pesadas de cosas que para nada sirven. Lo que vamos á hacer nosotros es á divertirnos en grande, haciendo nuestra santa voluntad y dejemos el estudio para los ignorantes, que nosotros va lo sabemos todo y no necesitamos estudiar. Por hoy nos iremos á dar un paseo ¿qué paseo te gusta mas, el de la plaza, el de la alameda ó el del rio? —El rio, esclainé yo mirando á D. Serapio, no ya como un amigo sino como una providencia. —Ea, pues coje el sombrero y vamos á estirar las cuerdas. Salimos, en efecto, y fueron tales las ocurrencias de aquel hombre que parecía haberse vuelto á la edad de los niños, haciéndome reir mas de lo que sus predecesores me habían hecho rabiar. —\ bien me dijo, cuando estuvimos de vuelta, ¿te ha gustado la primera lección? —Yo lo creo. —Pues como esta serán todas las lecciones que yo te dé, si quieres seguir bajo mi direcion —-¿Cómo que si quiero? Deseando esiaba volverme á Fuente-Sauco para verme libre de maestros importunos; pero ahora por nada dei mundo quisiera salir de Salamanca. —‘Lo malo es que al fin y al cabo tendrás que salir, porque si no aprendes alguna cosa se cansará tu padre y acabará por despedirme como ha despedido á los otros. ¿No podríamos evitar este golpe? —Tiene V. razón, es preciso evitarlo á todo trance, pero no sé como nos hemos de componer para ello. —¡Si pudiéramoo entretener el tiempo, haciendo como que estudias, aunque en realidad no estudiases una palabra! Con unas cuantas letras que aprendieras teníamos lo bastante para hacer concebir á tu padre buenas esperanzas, y de este modo nos dejaría tranquilos mucho tiempo. —-Es verdad, dije yo y cojí la cartilla con el firme propósito de hacer lo que me aconsejaba un hombre cuya compañía no hubiera querido perder por nada del mundo, Y como en esta ocasión veia yo la utilidad que me resultaba de aprender alguna cosa, me apliqué tan decididamente que cuando mi padre volvió de sus diligencias le dejé atónito haciéndole ver que ya sabíalas letras del alfabeto. Al dia siguiente se repitió la función, mi padre se fué por un lado y yo con D. Serapio por otro. Esta vez, corno tuvimos mas tiempo para pensarlo, nos llevamos una buena merienda que nes comimos en el campo y tanto por esto cuanto por las cosas que mi compañero hacia para divertirme volví mas contento que el dia anterior. Luego que estuvimos en casa nos ocurrieron los mismos temores sobre la dificultad de prolongar la buena vida que llevábamos, si no ponía yo algo de mi parte para convencer á mi padre de la idoneidad del nuevo preceptor. Con este motivo empecé á juntar las letras que ya sabia de memoria, por la cuenta que me tenia, y aprendí á deletrear unas cuantas líneas Llegó el dia siguiente y continuamos nuestro plan NUM. SUELTO, 3 R.5 F.9 Domingo T de Octubre, Í857. ESTE PERIODICO SE PUBLICA Tonos LOS DOMINGOS; CON GRABADOS Y LITOGRAFÍA. la administración está en la misma casa DE LA REDACCIÓN; Puntos de suscricion. En la habana.—Dulcería la dominica, i mp. de M. Soler, calle de lá Muralla n.° 82. Librería de Charlain, calle del Obispo, el telescopio calle del Obispo. Tienda del paseo, calle de Aguiar. Casa de baños de D. A. P. Castilla, calle del Inquisidor n.°28yen IúredacCion, calle del Aguacate n.° 58. ESTRA M UROS.-Dulcería del teatro de Tacón, cafe de escáuriza.
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Full Text | . Ano l.°—Núm. 8.° PRECIOS bE 8USCRICION, ux PESO MENSUAL EN LA HABANA. Y 10 RS. FTS. EN EL INTERIOR. REDACCION. CALLE DEL AGUACATE, NUJI- 58. á donde se dirigirán lás comunicaciones Y RitCLEMACIONES, PERIODICO LITERARIOS JOCO-SERIO Y GAS! SENTIMENTAL, MUY PRODIGO DE BROMAS PERO NO PESADAS, Y DE CUENTOS, PERO NO DE CHISMES, MUY ABUNDANTE DE SATIRAS, CARICATURAS Y OTRAS COSAS CAPACES DE ARRANCAR LAGRIMAS A ÜÑA VIDRIERA; DMIIIDO 1*011 D. J. M.VJLLERGAS. Tanda de rigodones sobre un téma del diablo, RIGODON QUINTO, Figúrense Veis, que tripas pondría mi padre al oir el discurso de un hombre que para recomendarse como preceptor, confesaba estar dominado por todos los vicios imaginables. —¿Le parece á V., dijo, que tengo y > mucho interés en que mi hijo aprenda las malas mañas de V. ya que no ha podido aprender las buenas de los que le han precedido? —¿Y quién le ha dicho á V. que yo trate de enseñarle nada malo? respondió el otro compadre. Yo he manifestado mis pésimas cualidades, para probará V. que poseo en grado eminente la virtud de la franqueza, y con esta misma franqueza le aseguro que si quiere confiármela educación de su hijo, me siento capaz de enseñarle todo lo que hay en mí de bueno, sin que prenda nada de lo malo. Había tal sinceridad en las palabras de aquel hombre que mi padre iluminado por una súbita idea le dijo: —Está bien; veo que me conviene V.; diré mas, es V. el hombre que yo andaba buscando y me fundo para ello en que hasta ahora los numerosos profesores que se han presentado han sido completamente nulos apesar de haberme sido recomendados como los hombres mas virtuosos y esperirrientados de la provincia. Quiero ver si variando de rumbo podemos llegar al fin que me propongo, y para ello le voy á encomendará V. el cuidado y educación de mi hijo, pero ante todo rae ha de empeñar Y. su palabra de honor de que jamás le ha de desmoralizar con malas doctrinas y peores ejemplos. —Le empeño á V. mi palabra de honor de que nunca se arrepentirá por ese lado de ha berme confiado á su hijo. En esto llegué yo casualmente á la habitación en que se hallaban los interlocutores, y mi ! padre me presentó al futuro preceptor diciendo, que este quedaba encargado de mi educación y que había de obedecerle en cuanto rae ordenase. No dijo mas y se marchó de casa pretestando no sé que ocupación ó diligencia, y entre tanto yo, que habia concebido ya la esperanza de que no volviesen á mortificarme con el estudio, me quedé afligido y cabizbajo sin mirar á aquel hombre que me inspiraba odio y mala voluntad como todos los preceptores. Pe-r ? ' tal D. Serapis, que a sí se llamaba el indi viduo, se rae acercó diciendo: —Yen acá perillán, levanta la cabeza y mírame derecho, que no soy una fiera como los otros profesores, y mas bien debes mirarme corno amigo que como maestro. Sí. añadió viendo que yo cambiaba mi semblante al oir aquellas palabras consoladoras, yo no vengo á mortificarte con lecciones pesadas de cosas que para nada sirven. Lo que vamos á hacer nosotros es á divertirnos en grande, haciendo nuestra santa voluntad y dejemos el estudio para los ignorantes, que nosotros va lo sabemos todo y no necesitamos estudiar. Por hoy nos iremos á dar un paseo ¿qué paseo te gusta mas, el de la plaza, el de la alameda ó el del rio? —El rio, esclainé yo mirando á D. Serapio, no ya como un amigo sino como una providencia. —Ea, pues coje el sombrero y vamos á estirar las cuerdas. Salimos, en efecto, y fueron tales las ocurrencias de aquel hombre que parecía haberse vuelto á la edad de los niños, haciéndome reir mas de lo que sus predecesores me habían hecho rabiar. —\ bien me dijo, cuando estuvimos de vuelta, ¿te ha gustado la primera lección? —Yo lo creo. —Pues como esta serán todas las lecciones que yo te dé, si quieres seguir bajo mi direcion —-¿Cómo que si quiero? Deseando esiaba volverme á Fuente-Sauco para verme libre de maestros importunos; pero ahora por nada dei mundo quisiera salir de Salamanca. —‘Lo malo es que al fin y al cabo tendrás que salir, porque si no aprendes alguna cosa se cansará tu padre y acabará por despedirme como ha despedido á los otros. ¿No podríamos evitar este golpe? —Tiene V. razón, es preciso evitarlo á todo trance, pero no sé como nos hemos de componer para ello. —¡Si pudiéramoo entretener el tiempo, haciendo como que estudias, aunque en realidad no estudiases una palabra! Con unas cuantas letras que aprendieras teníamos lo bastante para hacer concebir á tu padre buenas esperanzas, y de este modo nos dejaría tranquilos mucho tiempo. —-Es verdad, dije yo y cojí la cartilla con el firme propósito de hacer lo que me aconsejaba un hombre cuya compañía no hubiera querido perder por nada del mundo, Y como en esta ocasión veia yo la utilidad que me resultaba de aprender alguna cosa, me apliqué tan decididamente que cuando mi padre volvió de sus diligencias le dejé atónito haciéndole ver que ya sabíalas letras del alfabeto. Al dia siguiente se repitió la función, mi padre se fué por un lado y yo con D. Serapio por otro. Esta vez, corno tuvimos mas tiempo para pensarlo, nos llevamos una buena merienda que nes comimos en el campo y tanto por esto cuanto por las cosas que mi compañero hacia para divertirme volví mas contento que el dia anterior. Luego que estuvimos en casa nos ocurrieron los mismos temores sobre la dificultad de prolongar la buena vida que llevábamos, si no ponía yo algo de mi parte para convencer á mi padre de la idoneidad del nuevo preceptor. Con este motivo empecé á juntar las letras que ya sabia de memoria, por la cuenta que me tenia, y aprendí á deletrear unas cuantas líneas Llegó el dia siguiente y continuamos nuestro plan NUM. SUELTO, 3 R.5 F.9 Domingo T de Octubre, Í857. ESTE PERIODICO SE PUBLICA Tonos LOS DOMINGOS; CON GRABADOS Y LITOGRAFÍA. la administración está en la misma casa DE LA REDACCIÓN; Puntos de suscricion. En la habana.—Dulcería la dominica, i mp. de M. Soler, calle de lá Muralla n.° 82. Librería de Charlain, calle del Obispo, el telescopio calle del Obispo. Tienda del paseo, calle de Aguiar. Casa de baños de D. A. P. Castilla, calle del Inquisidor n.°28yen IúredacCion, calle del Aguacate n.° 58. ESTRA M UROS.-Dulcería del teatro de Tacón, cafe de escáuriza. |
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