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Anol.Núm, 34, Núm. suelto, 3 rs, fs, DOMINGO 4 DE ABRIL DE 1858, PRECIOS DE LA SUSCRICION. Un peso mensual en la Habana. UERTES EN EL INTERIOR. REDACCION. CALLE DEL AGUACATE. NUM 58, doncl^ se dirigirán las comunicaciones reclamaciones. periódicollevará siempre un grabado en el frontispicio y publicará en cada numero una magnífica lámina litografiada representando cuadros de costumbres, escenas de interés local, caricaturas históricas, ó historias en caricatura, figurones, figurines y cuanto para agradar al público pueda imaginar el hábil artista encargado de esta tarea. También cuando el asunto lo requiera se intercalarán en el texto preciosas viñetas que Contribuirán á amenizar la lectura, y por último, cuadros al óleo y e státuas de mármol daríamos también por nuestro gustó si la pintura y la piedra se estilaran én esta clase de publicaciones y el papel pudiera soportarlas. ESTE PERIODICO SE PUBLICA TODOSLOS DOMINGOS CON GRABADOS La administración está en lamisma casa DE LA REDACCION. Puntos de suscricion. En la Habana.—Dulcería La Dominica. Imprenta de M. Soler, calle de la Muralla núm. 82. Librería deCharlain, calle del Obispo: El Telescopio, calle del Obispo: Librería del Iris, calle del Obispo: Tienda de ropas: El paseo, calle de Aguiar: Casa de baños de D. A. P. Castilla, calle del Inquisidor núm. 26, yen la Redacción, calle del Aguacate numero 58. Estramuros.—Dulcería del Teatro de Tacón: y en la Imprenta de la viuda é hijos de Barcina, Reina 6. LA CHARANGA PERIODICO LITERARIO, JOCO SERIO Y CASI SENTIMENTAL, muy pródigo de bromas pero no pesadas, y de cuentos, pero no de chismes, muy abundante de sátiras, CARICATURAS Y OTRAS COSAS CAPACES OE ARRANCAR LAGRIMAS A UNA VIDRIERA, DIRIGIDO POR D. J, M. VILLERGAS. YO TAMBIEN ME DIVIERTO. Cosa que encuentro muy justa y muy natural, por que divirtiéndose los demas, aun cuando yo no me divierta con lo que ellos se divierten, solo el verlos divertirse puede proporcionarme á mi alguna diversión; y en efecto hay personas tan dispuestas á divertirse que me admira el ver la facilidad con que lo consiguen sin buscarlo. Mi amigo Hiraldez se divierte al ver la gravedad con que un periódico tan grave como la Prensa trata ciertas cuestiones: á mí no me divierte esto, pero si me divierte y mucho el considerar lo satisfechos que deben quedar sus redactores cuando dicen alguna cosa que pueda divertir al público en general y á Hiraldez en particular. Villergas no se divierte con ver tanto soneto que se escapa de un sinsonte que á su vez se escapó de la enramada, y á mí me divierte el que á Villergas no le divierta esa tenacidad á prueba de indirectas, pero esto consiste en que yo trato de divertirme cuanto puedo, por supuesto sin agraviar á nadie. Actualmente me ocupo con una constancia digna de mejor éxito de llevar y conducir yo mismo mi persona á los parajes donde pueda divertirse mas, por que considero y trato muy bien á esta personita, que aunque pequeña, sobre todo comparada con la de mi amigo Cisneros, no por eso deja de ser tan buena como cualquiera otra. Hay cierta clase de diversiones de las que ya me voy cansando. Decia cierto amigo mió, á quien tengo por hombre de gusto, que el primer mueble que uno debe procurarse cuando llega á cualquier pueblo, es una novia, por que así tiene asegurada su diversión mientras permanezca en él. Yo he hecho esto repetidas veces, pero ya no le encuentre gran aliciente, y solo me divierte una novia cuando la dejo para tomar otra. El tener muchas novias á un tiempo puede ser que me divirtiera algo, aunque fuera solo viendo la cara que ponia cada cual cuando supiera que no era la dueña esclusiva de mi tierno y sensible corazón. Un hombre enamorado es el ente que mas diversión me causa; pero cuando le hallo mas divertido es cuando tiene la ‘candidez de creer en los juramentos y protestas de su amor. No he probado las. dulzuras del matrimonio, pero creo que debe ser la situación mas amena y divertida de la vida; si yo fuera casado estoy seguro que me habia de divertir con esceso, y tal vez desearía el dejar de serlo por que me llegaria á empalagar tanta diversión. Si alguna bella frunce el entrecejo cuando.lea lo que estoy escribiendo, solo por no hallar con que divertirme, tenga presente que en este picaro siglo en que vivimos, cuyo espíritu es el fósforo y el carbón de piedra, la hipocresía marcha á la cabeza de todos los a-delantos, luego es un mérito el que yo me esplique con la franqueza con que lo hago; aquí no hay engaño. El que diga que parece que digo algo y no digo nada, no eche en olvido que aun con ese nada, me consta, sé de positivo y de buena tinta, que mortifico á algunos; calculen lo que sucedería si dijera algo De la nada se puede ir al todo, eso es muy claro: á veces hay que contentarse con no decir nada por no poderlo decir todo. Antes me divertia una mujer con Malacoff, ahora me divierte mas si se lo quita. Voy al teatro solo con el objeto de divertirme, como le sucederá á cada hijo de su padre, pero ya comprenderán ustedes que es de todo punto imposible el que me diviertan producciones como Juan Diente y los Caballeros de la Niebla, aunque sí me divierte en grado he-róico y eminente ver que á muchos les divier- ¡I tan estas atrocidades y las aplaudan con el mismo fervor con que un gazzaniguista aplaudia jj á la Gazzaniga en aquellos buenos tiempos en h que teniamos ópera y que, sea dicho de paso sabe Dios cuando volverán. Mucho me divierten las pretensiones de algunos actores aunque hay quien crea que deba criticárseles con severidad. El señor Solá, por ejemplo, me divierte cuando quiere dar á ciertas situaciones un carácter que no les corresponde y que se hermana muy poco con la clase de papeles que suele tener á su cargo. Aconsejo á este actor que se modere algo y no tenga maneras tan exageradas como acostumbra. Este es un aviso nacido de no querer divertirme con ciertas cosas. También me ha divertido mucho la opinión que el Sr. Tagliáfico tiene del público habanero. Si este público no fuera tan indulgente como es, el Sr. Tagliáfico no se hubiera divertido con su paciencia, que verdaderamente la tuvo, en no haberse permitido cierta clase de diversiones á que en mas de una ópera | se hizo acreedor aquel cantante.. Lo confieso, muchas veces me divierto j conmigo mismo, por que yo también tengo alagunas cosas que cuando á mi me divierten, calculen ustedes si podrán divertir á los demas: pero lo que mas me divierte en este momento es calcular los gestos que haran algunos al leer estos renglones. Solo el pensarlo me | remuñera del mucho tiempo que he pasado sin divertirme y me dá diversión para un año mas, que es cuanto podía apetecer. El despedirme de mis amables lectoras no es diversión, es un sentimiento el que tengo al abandonarlas, pero me divierte la esperanza de que en el próximo número volveré áencontrarme entre ellas con la misma dósis de amor que ahora las tengo; por que en teniendo faldas, ya se sabe, todas me gustan; es una diversión que nunca dejará de agradarme. J. A. de Calderón.
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Full Text | Anol.Núm, 34, Núm. suelto, 3 rs, fs, DOMINGO 4 DE ABRIL DE 1858, PRECIOS DE LA SUSCRICION. Un peso mensual en la Habana. UERTES EN EL INTERIOR. REDACCION. CALLE DEL AGUACATE. NUM 58, doncl^ se dirigirán las comunicaciones reclamaciones. periódicollevará siempre un grabado en el frontispicio y publicará en cada numero una magnífica lámina litografiada representando cuadros de costumbres, escenas de interés local, caricaturas históricas, ó historias en caricatura, figurones, figurines y cuanto para agradar al público pueda imaginar el hábil artista encargado de esta tarea. También cuando el asunto lo requiera se intercalarán en el texto preciosas viñetas que Contribuirán á amenizar la lectura, y por último, cuadros al óleo y e státuas de mármol daríamos también por nuestro gustó si la pintura y la piedra se estilaran én esta clase de publicaciones y el papel pudiera soportarlas. ESTE PERIODICO SE PUBLICA TODOSLOS DOMINGOS CON GRABADOS La administración está en lamisma casa DE LA REDACCION. Puntos de suscricion. En la Habana.—Dulcería La Dominica. Imprenta de M. Soler, calle de la Muralla núm. 82. Librería deCharlain, calle del Obispo: El Telescopio, calle del Obispo: Librería del Iris, calle del Obispo: Tienda de ropas: El paseo, calle de Aguiar: Casa de baños de D. A. P. Castilla, calle del Inquisidor núm. 26, yen la Redacción, calle del Aguacate numero 58. Estramuros.—Dulcería del Teatro de Tacón: y en la Imprenta de la viuda é hijos de Barcina, Reina 6. LA CHARANGA PERIODICO LITERARIO, JOCO SERIO Y CASI SENTIMENTAL, muy pródigo de bromas pero no pesadas, y de cuentos, pero no de chismes, muy abundante de sátiras, CARICATURAS Y OTRAS COSAS CAPACES OE ARRANCAR LAGRIMAS A UNA VIDRIERA, DIRIGIDO POR D. J, M. VILLERGAS. YO TAMBIEN ME DIVIERTO. Cosa que encuentro muy justa y muy natural, por que divirtiéndose los demas, aun cuando yo no me divierta con lo que ellos se divierten, solo el verlos divertirse puede proporcionarme á mi alguna diversión; y en efecto hay personas tan dispuestas á divertirse que me admira el ver la facilidad con que lo consiguen sin buscarlo. Mi amigo Hiraldez se divierte al ver la gravedad con que un periódico tan grave como la Prensa trata ciertas cuestiones: á mí no me divierte esto, pero si me divierte y mucho el considerar lo satisfechos que deben quedar sus redactores cuando dicen alguna cosa que pueda divertir al público en general y á Hiraldez en particular. Villergas no se divierte con ver tanto soneto que se escapa de un sinsonte que á su vez se escapó de la enramada, y á mí me divierte el que á Villergas no le divierta esa tenacidad á prueba de indirectas, pero esto consiste en que yo trato de divertirme cuanto puedo, por supuesto sin agraviar á nadie. Actualmente me ocupo con una constancia digna de mejor éxito de llevar y conducir yo mismo mi persona á los parajes donde pueda divertirse mas, por que considero y trato muy bien á esta personita, que aunque pequeña, sobre todo comparada con la de mi amigo Cisneros, no por eso deja de ser tan buena como cualquiera otra. Hay cierta clase de diversiones de las que ya me voy cansando. Decia cierto amigo mió, á quien tengo por hombre de gusto, que el primer mueble que uno debe procurarse cuando llega á cualquier pueblo, es una novia, por que así tiene asegurada su diversión mientras permanezca en él. Yo he hecho esto repetidas veces, pero ya no le encuentre gran aliciente, y solo me divierte una novia cuando la dejo para tomar otra. El tener muchas novias á un tiempo puede ser que me divirtiera algo, aunque fuera solo viendo la cara que ponia cada cual cuando supiera que no era la dueña esclusiva de mi tierno y sensible corazón. Un hombre enamorado es el ente que mas diversión me causa; pero cuando le hallo mas divertido es cuando tiene la ‘candidez de creer en los juramentos y protestas de su amor. No he probado las. dulzuras del matrimonio, pero creo que debe ser la situación mas amena y divertida de la vida; si yo fuera casado estoy seguro que me habia de divertir con esceso, y tal vez desearía el dejar de serlo por que me llegaria á empalagar tanta diversión. Si alguna bella frunce el entrecejo cuando.lea lo que estoy escribiendo, solo por no hallar con que divertirme, tenga presente que en este picaro siglo en que vivimos, cuyo espíritu es el fósforo y el carbón de piedra, la hipocresía marcha á la cabeza de todos los a-delantos, luego es un mérito el que yo me esplique con la franqueza con que lo hago; aquí no hay engaño. El que diga que parece que digo algo y no digo nada, no eche en olvido que aun con ese nada, me consta, sé de positivo y de buena tinta, que mortifico á algunos; calculen lo que sucedería si dijera algo De la nada se puede ir al todo, eso es muy claro: á veces hay que contentarse con no decir nada por no poderlo decir todo. Antes me divertia una mujer con Malacoff, ahora me divierte mas si se lo quita. Voy al teatro solo con el objeto de divertirme, como le sucederá á cada hijo de su padre, pero ya comprenderán ustedes que es de todo punto imposible el que me diviertan producciones como Juan Diente y los Caballeros de la Niebla, aunque sí me divierte en grado he-róico y eminente ver que á muchos les divier- ¡I tan estas atrocidades y las aplaudan con el mismo fervor con que un gazzaniguista aplaudia jj á la Gazzaniga en aquellos buenos tiempos en h que teniamos ópera y que, sea dicho de paso sabe Dios cuando volverán. Mucho me divierten las pretensiones de algunos actores aunque hay quien crea que deba criticárseles con severidad. El señor Solá, por ejemplo, me divierte cuando quiere dar á ciertas situaciones un carácter que no les corresponde y que se hermana muy poco con la clase de papeles que suele tener á su cargo. Aconsejo á este actor que se modere algo y no tenga maneras tan exageradas como acostumbra. Este es un aviso nacido de no querer divertirme con ciertas cosas. También me ha divertido mucho la opinión que el Sr. Tagliáfico tiene del público habanero. Si este público no fuera tan indulgente como es, el Sr. Tagliáfico no se hubiera divertido con su paciencia, que verdaderamente la tuvo, en no haberse permitido cierta clase de diversiones á que en mas de una ópera | se hizo acreedor aquel cantante.. Lo confieso, muchas veces me divierto j conmigo mismo, por que yo también tengo alagunas cosas que cuando á mi me divierten, calculen ustedes si podrán divertir á los demas: pero lo que mas me divierte en este momento es calcular los gestos que haran algunos al leer estos renglones. Solo el pensarlo me | remuñera del mucho tiempo que he pasado sin divertirme y me dá diversión para un año mas, que es cuanto podía apetecer. El despedirme de mis amables lectoras no es diversión, es un sentimiento el que tengo al abandonarlas, pero me divierte la esperanza de que en el próximo número volveré áencontrarme entre ellas con la misma dósis de amor que ahora las tengo; por que en teniendo faldas, ya se sabe, todas me gustan; es una diversión que nunca dejará de agradarme. J. A. de Calderón. |
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