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NUMERO SUELTO 3 rs. ftes. PRECIOS DE LA SUSCR1CI0N. Un peso mensual en la Habana Y 10 REALES FUERTES EN EL INTERIOR. REDACCION, CALLE DEL AGUACATE NUM. 58, á donde se dirigirán las comunicaciones y reclamaciones. Este periódicolle'vará siempre un grabado en el frontispicio y publicará en cada número una magnífica lámina litografiada representando cuadros de costumbres, escenas de interés local, caricaturas históricas, ó historias en caricatura, figurones, figurines y cuanto para agradar al público pueda imaginar el hábil artista encargado de esta tarea. También cuando el asunto lo requiera se intercalarán en el texto preciosas viñeta, que contribuirán á amenizar la lecturas y por último, cuadros ai óleo y estátuas de mármol dariamos también por nuestro gusto si la pintura y la piedra se estilaran en esta clase de publicaciones y el papel pudiera soportarlas. ESTE PERIODICO se publica TODOSLOS DOMINGOS CON GRABADOS. LA ADMINISTRACION ESTA EN LA MISMA CV SA DE LA REDACCION. Puntos de suscricion. En la Habana. — Dulcería La Dominica. Imprenta de M. Soler, calle de la Muralla núm. 82. Libreria deCharlain, calle del Obispo: El Telescopi o, calle del Obispo: Librería del Iris, calle del Obispo: 'rienda de ropas: El Paseo, calle de Aguiar: Casa de baños de D. A. P. Cas tilla, calle del Inquisidor núm. 26, y en la Redacción, calle del Aguacate numero 58. Estramuros.—Dulcería del Teatro de Tacón: y en la Imprenta de la viuda ó hijos de Barcina, Reina 6. PERIODICO LITERARIO, JOCO-SERIO Y CASI SENTIMENTAL MUY PRÓDIGO DE BROMAS PERO NO PESADAS, Y DE CUESTOS, PERO NO DE CHISMES; MUY ABUNDANTE DE SÁTIRAS, CARICATURAS Y OTRAS COSAS CAPACES DE ARRANCAR LAGRIMAS A UNA VIDRIERA. DIRIGIDO POR D. JUAN M. VILLERGAS. TOMO 2o. DOMINGO 6 DE JUNiO DE 1858. NUM. 4. COSAS ESTUPENDAS. Si señor, se ven cosas estupendas; cosas que horripilan y hacen crujir los huesos y rechinar los dientes á todo eí que tenga el estómago un poco delicado y no se vaya acostumbrando á dijerirlas, porque solo la costumbre y cierta dósis de paciencia pueden hacer que uno pase por ciertas ridiculeces de. que están plagados los tristes mortales, que á su vez tienen plagado este mísero mundo; verdadera plaga, que solo puede existir en un tiempo en que la hipocresía se ha elevado á la categoría de ciencia; y asi como sucede siempre que el que mas pone pierde mas, el mas hipócrita puede estar seguro del mejor éxito en todo cuanto emprenda. Conviene hacer la vista gorda sobre esto, só pena de vivir en continuo desasosiego y ser tenido por un ente en oposición abierta á los adelantos de la época. Casi, casi, estoy seguro de no saber donde ir á parar, si dejase correr la pluma tanto como el pensamiento; pero este tono no cumple á un charanguero que debe, ante todo, sino cubrir los defectos que observe, al menos tolerarlos, para lio pasar la plaza de escéntrico, como ahora se acostumbra á decir. Repito que se ven cosas que hacen espantar á un pobre hombre como yo, y ponerse las manos en el rostro para cubrir su rubor. Se ven séres que por una funesta equivocación se sostienen solo con dos puntos de apoyo, cuando todo en ellos indica que les son absolutamente necesarios otros dos para poder conservar el equilibrio que á cada momento se ven espuestos á perder. Lo que mas admira, es que estos séres cuando caen puedan volverse á levantar y no queden en la posición que les conviene: pero, en fin, esto les ha de suce- der tarde ó temprano, ó es nna mentira aquello de que, á cada puerco le llega su San Martin. Se ven mujeres que están incluidas en el bello sexo, solo porque son mujeres; pero no porque tengan nada de bello en el cuerpo ni en el alma; verdaderas arpías mas propias para tormento y desventura de los hombres que para hacerles la vida dulce y agradable, como parece debe ser su misión sobre la tierra. Muy á menudo me pongo á considerar, y en verdad quemedá escalofríos, ¿qué hubiera sido del pobre Adan si Eva hubiese sido fea? No teniendo dondeescojer se vería el pobre, en una situación bien difícil y apurada; verdad es que no habiendo otras no podía hacer comparaciones; pero teniendo el instinto de lo bello comprendería un mas allá de lo que Eva le prometía. A pesar del Paraiso y otras cosas por el estilo, no quisiera haberme encontrado en el pellejo de Adan. Reúne pocos atractivos una mujer sola y luego se hace insoportable si es tan caprichosa como lo fué Eva: caprichos cuyas consecuencias estamos sufriendo. Se ven hombres que escriben en periódicos solo porque tienen pluma y tintero y porque el papel lo aguanta todo; y estos hombres tienen la osadia de llamarse periodistas, cuando, en conciencia, solo podrían tener alguna aceptación dedicándose á la lustrosa carrera de limpia-botas. Quisiera que por un momento dejasen algunos periódicos de insertar anuncios y veríamos los suscritores que les quedaban. Estoy seguro que pronto darían al traste con el talento de sus redactores, preconizado solo por ellos mismos, y tendrian que ocultar su ignominia tras el biombo de un memorialista; suponiendo, ante todo, que tuvieran las cualidades que se requieren para serlo. Conozco periodistas que ni ortografía saben, y el cajista, con mas instrucción que ellos, tiene que correjir sus escritos. Se ven madres lagartos; vijilantes eternos de sus hijas: haciéndose las desentendidas sobre ciertas cosas, cuando les conviene, y con- virtiéndose en verdaderos argos cuándo ven que por mas anzuelos que echan y mas carnada que prodigan, la pesca se hace algo difícil. La idea fija de estas señoras, su monomanía, digámoslo así, es pescar para sus hijas: poco importa que sea un cangrejo ó una jáiba; todo es | pesca. ¡Qué picaros y qué desvergonzados son los hombres en revelarse contra tantos medios | como se emplean para hacerlos entrar en el buen camino! Confieso que si no me han pescado hasta el dia, es porque no me han echado || buena carnada. En fin, carísimas lectoras, se ven tantas co-¡! sas mas que pueden llamarse estupendas, que si ; os las fuera á relatar, necesitaría escribir cien volúmenes; y ni yo me encuentro con fuerzas para escribirlos, ni vosotras los leeríais, porque seria ¡| cuento de nunca acabar: por ahora lo que mas me horripila, lo queme tiene bufando de impaciencia y hablando solo, es el verme en el pueblo de Jibara, en marcha para Holguin, después de estar tres dias zureando las azules ondas y separado de mis queridas habaneras, cuyo grato recuerdo alhagará siempre mi sensible corazón. El pueblo de Jibara, aunque pequeño, es bello, y situado de una manera pintoresca; sus habitantes han estado conmigo amables hasta lo sumo. Desde él os dirijo estas líneas y haga el cielo que las léais con tanto placer como yo las escribo, y las encontréis tanto atractivo como yo os encuentro á vosotras* El imperecedero y agradable recuerdo que de vosotras tengo hace correr mi pluma. Que de diversas maneras aunque aquí gracias admiro, siempre lanzaré un suspiro por las bellas habaneras. Juan Antonio de Calderón
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Title | Page 1 |
Object ID | chc9998000158 |
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Full Text | NUMERO SUELTO 3 rs. ftes. PRECIOS DE LA SUSCR1CI0N. Un peso mensual en la Habana Y 10 REALES FUERTES EN EL INTERIOR. REDACCION, CALLE DEL AGUACATE NUM. 58, á donde se dirigirán las comunicaciones y reclamaciones. Este periódicolle'vará siempre un grabado en el frontispicio y publicará en cada número una magnífica lámina litografiada representando cuadros de costumbres, escenas de interés local, caricaturas históricas, ó historias en caricatura, figurones, figurines y cuanto para agradar al público pueda imaginar el hábil artista encargado de esta tarea. También cuando el asunto lo requiera se intercalarán en el texto preciosas viñeta, que contribuirán á amenizar la lecturas y por último, cuadros ai óleo y estátuas de mármol dariamos también por nuestro gusto si la pintura y la piedra se estilaran en esta clase de publicaciones y el papel pudiera soportarlas. ESTE PERIODICO se publica TODOSLOS DOMINGOS CON GRABADOS. LA ADMINISTRACION ESTA EN LA MISMA CV SA DE LA REDACCION. Puntos de suscricion. En la Habana. — Dulcería La Dominica. Imprenta de M. Soler, calle de la Muralla núm. 82. Libreria deCharlain, calle del Obispo: El Telescopi o, calle del Obispo: Librería del Iris, calle del Obispo: 'rienda de ropas: El Paseo, calle de Aguiar: Casa de baños de D. A. P. Cas tilla, calle del Inquisidor núm. 26, y en la Redacción, calle del Aguacate numero 58. Estramuros.—Dulcería del Teatro de Tacón: y en la Imprenta de la viuda ó hijos de Barcina, Reina 6. PERIODICO LITERARIO, JOCO-SERIO Y CASI SENTIMENTAL MUY PRÓDIGO DE BROMAS PERO NO PESADAS, Y DE CUESTOS, PERO NO DE CHISMES; MUY ABUNDANTE DE SÁTIRAS, CARICATURAS Y OTRAS COSAS CAPACES DE ARRANCAR LAGRIMAS A UNA VIDRIERA. DIRIGIDO POR D. JUAN M. VILLERGAS. TOMO 2o. DOMINGO 6 DE JUNiO DE 1858. NUM. 4. COSAS ESTUPENDAS. Si señor, se ven cosas estupendas; cosas que horripilan y hacen crujir los huesos y rechinar los dientes á todo eí que tenga el estómago un poco delicado y no se vaya acostumbrando á dijerirlas, porque solo la costumbre y cierta dósis de paciencia pueden hacer que uno pase por ciertas ridiculeces de. que están plagados los tristes mortales, que á su vez tienen plagado este mísero mundo; verdadera plaga, que solo puede existir en un tiempo en que la hipocresía se ha elevado á la categoría de ciencia; y asi como sucede siempre que el que mas pone pierde mas, el mas hipócrita puede estar seguro del mejor éxito en todo cuanto emprenda. Conviene hacer la vista gorda sobre esto, só pena de vivir en continuo desasosiego y ser tenido por un ente en oposición abierta á los adelantos de la época. Casi, casi, estoy seguro de no saber donde ir á parar, si dejase correr la pluma tanto como el pensamiento; pero este tono no cumple á un charanguero que debe, ante todo, sino cubrir los defectos que observe, al menos tolerarlos, para lio pasar la plaza de escéntrico, como ahora se acostumbra á decir. Repito que se ven cosas que hacen espantar á un pobre hombre como yo, y ponerse las manos en el rostro para cubrir su rubor. Se ven séres que por una funesta equivocación se sostienen solo con dos puntos de apoyo, cuando todo en ellos indica que les son absolutamente necesarios otros dos para poder conservar el equilibrio que á cada momento se ven espuestos á perder. Lo que mas admira, es que estos séres cuando caen puedan volverse á levantar y no queden en la posición que les conviene: pero, en fin, esto les ha de suce- der tarde ó temprano, ó es nna mentira aquello de que, á cada puerco le llega su San Martin. Se ven mujeres que están incluidas en el bello sexo, solo porque son mujeres; pero no porque tengan nada de bello en el cuerpo ni en el alma; verdaderas arpías mas propias para tormento y desventura de los hombres que para hacerles la vida dulce y agradable, como parece debe ser su misión sobre la tierra. Muy á menudo me pongo á considerar, y en verdad quemedá escalofríos, ¿qué hubiera sido del pobre Adan si Eva hubiese sido fea? No teniendo dondeescojer se vería el pobre, en una situación bien difícil y apurada; verdad es que no habiendo otras no podía hacer comparaciones; pero teniendo el instinto de lo bello comprendería un mas allá de lo que Eva le prometía. A pesar del Paraiso y otras cosas por el estilo, no quisiera haberme encontrado en el pellejo de Adan. Reúne pocos atractivos una mujer sola y luego se hace insoportable si es tan caprichosa como lo fué Eva: caprichos cuyas consecuencias estamos sufriendo. Se ven hombres que escriben en periódicos solo porque tienen pluma y tintero y porque el papel lo aguanta todo; y estos hombres tienen la osadia de llamarse periodistas, cuando, en conciencia, solo podrían tener alguna aceptación dedicándose á la lustrosa carrera de limpia-botas. Quisiera que por un momento dejasen algunos periódicos de insertar anuncios y veríamos los suscritores que les quedaban. Estoy seguro que pronto darían al traste con el talento de sus redactores, preconizado solo por ellos mismos, y tendrian que ocultar su ignominia tras el biombo de un memorialista; suponiendo, ante todo, que tuvieran las cualidades que se requieren para serlo. Conozco periodistas que ni ortografía saben, y el cajista, con mas instrucción que ellos, tiene que correjir sus escritos. Se ven madres lagartos; vijilantes eternos de sus hijas: haciéndose las desentendidas sobre ciertas cosas, cuando les conviene, y con- virtiéndose en verdaderos argos cuándo ven que por mas anzuelos que echan y mas carnada que prodigan, la pesca se hace algo difícil. La idea fija de estas señoras, su monomanía, digámoslo así, es pescar para sus hijas: poco importa que sea un cangrejo ó una jáiba; todo es | pesca. ¡Qué picaros y qué desvergonzados son los hombres en revelarse contra tantos medios | como se emplean para hacerlos entrar en el buen camino! Confieso que si no me han pescado hasta el dia, es porque no me han echado || buena carnada. En fin, carísimas lectoras, se ven tantas co-¡! sas mas que pueden llamarse estupendas, que si ; os las fuera á relatar, necesitaría escribir cien volúmenes; y ni yo me encuentro con fuerzas para escribirlos, ni vosotras los leeríais, porque seria ¡| cuento de nunca acabar: por ahora lo que mas me horripila, lo queme tiene bufando de impaciencia y hablando solo, es el verme en el pueblo de Jibara, en marcha para Holguin, después de estar tres dias zureando las azules ondas y separado de mis queridas habaneras, cuyo grato recuerdo alhagará siempre mi sensible corazón. El pueblo de Jibara, aunque pequeño, es bello, y situado de una manera pintoresca; sus habitantes han estado conmigo amables hasta lo sumo. Desde él os dirijo estas líneas y haga el cielo que las léais con tanto placer como yo las escribo, y las encontréis tanto atractivo como yo os encuentro á vosotras* El imperecedero y agradable recuerdo que de vosotras tengo hace correr mi pluma. Que de diversas maneras aunque aquí gracias admiro, siempre lanzaré un suspiro por las bellas habaneras. Juan Antonio de Calderón |
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