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■A.* 1UHU. 14 PRECIOS DE BUBCrtIOXOM, un beso mensual en la habana v \o rs. fuertes en ei, interior. REDACCION. CALLE DEL AGUACATE. NUM . 58, íí donde se dirigirán 1AH C O M U N I C A O I O N E 8 Y reclamaciones. Este periódico llevará siempre un grabado en el frontispicio y publicará en cada número una magnífica lámina litografiada representando cuadros de costumbres, escenas de interés local, caricaturas históricas, ó historias en caricatura, figurones, figurines y cuanto para agradar al público pueda imaginare! hábil artista encargado de esta tarea. También cuando el asunto lo requiera se intercalarán en el texto preciosas viñetas que contribuirán á amenizar la lec tura, y por último, cuadros al óleo y estátuas de mármol daríamos tammenpor nuestro gusto si la pintura y la piedra se estilaran en esta clase de publicaciones y el papel pudiera soportarla». 3 !¡. F: Domingo 6 de Diciembre, 1857, ESTE PERIODICO SE PUBLICA TODOSLOS DOMINGOS CON’GRABADOS T LIT0GRAFK8. La administración está en la misma casa DE LA REDACCION Pantos de suscricion. EN LA HABANA.—Dulcería “La Dominica” Imnren ts. de M. Soler, calle de la Muralla núm. 82. Librería de Oharlnin. calle rM oi.isnn 8-»l f"v g. • i. l ibrería “del Iris” calle dei Obispo. Tienda de ropas El Pas«o: calle de A rutar. Ja-;* u mil , de D. A. P Costilla, calle del Inquisidor núm 26, yen la -riedac' eiotv' calle del Aguacate núm. 58. LSTRAMUROS.-----Dulcería del “Teatro de Tacón. “Ca- lé de Escauriza. “Imprenta de la viuda ó hijos de Barcina’ calle de la Reina número 6 PERIODICO LITERARIO, JOCO-SERIO Y CASI SENTIMENTAL, MUY PRODIGO OE BROMAS PERO NO PESADAS, Y DE CUENTOS, PERO NO DE CHISMES. MUY ABUNDANTE DE SATIRAS, CARICATURAS Y OTRAS COSAS CAPACES DE ARRANCAR LAGRIMAS A UNA VIDRIERA, DIRIGIDO POR D. J. M. ÍILLERGAS. UN HAREM PARISIENSE, Saboreando su cigarrillo, me dijo Jorge. - Cuando yo estudiaba en el colegio de An-gers, tuve por compañero de clase á un chico muy original que se llamaba Constantino Gayón: era el último vástago de Madama Guyon. —Y quién es esa Madama Guyon? —Ya me esperaba yo esa pregunta, asi como me sorprendo de que no os hayais figurado que hablaba de la actriz de la Puerta de San Martin. —Confieso que no he conocido otra celebridad de ese mismo nombre. —Pues esta es otra Guyon. La señorita Bou-vier de la Mothe, hija de un maestro de ceremonias, era una joven muy exaltada, que después de haber leído y meditado ios escritos de S. Francisco de Sales y las cartas de Madama de Chantal, abuela de madama de Sevigné, pidió un dia permiso á su familia para entrar en un convento: su padre entonces se apresuró casarla. Diez y ocho años después, esta Señorita que había pasado á ser madama de Guyon, quedó viuda y con un regimiento de chiquillos; no había olvidado sus meditaciones y sus estudios, asi es que abandonó su familia y sus negocios, para recorrer la provincia y predicar su doctrina, que reducía toda la religión al puro amor de Dios. A.poco tiempo fijó su residencia en parís, donde adquirió numerosos prosélitos; pero, corno todos los apóstoles, tuvo que sufrir Laudes persecuciones. Por último, después de haber estado encerrada en la Bastilla y en Vin-cénnes, murió en una pequeña aldea de las cercanías de Blois. Uno de sus hijos fue el abuelo de Constantino. —Dispensadme esta digresión biográfica, que por otra parte no será enteramente inútil quizás para las personas que buscan en los hijos los defectos y cualidades de sus padres; puesto que está muy estendida la vulgar preocupación de que los hijos heredan los gustos y las inclinaciones de los que les dan el ser. —Pues yo participo de esa opinión.... —Apesar de ver todos los días hijos que prodigan la fortuna creada por la avaricia de los padres? idiotas que llevan el nombre de hombres justamente célebres? y mugeres honradas que lo son precisamente porque no siguen el egemplo de sus madres? ~~ ^ —El sos son casos escepcionales. —Ya, pues si creeis en las escepciones, vale mas que continuemos la historia de mi compañero de colegio. Cuando nuestros profesores querían citarnos un modelo que debíamos evitar de seguir, nos mostraban á Constantino. Constantino pasaba por el perfecto tipo del mal estudiante. Todcs los trimestres, el profesor tenia la costumbre de remitir á las familias una nota déla conducta y capacidad de los niños. Durante nueve años, el padre de Constantino recibió constantemente cada trimestre una carta en la que se le anunciaba siempre que su hijo poseía una pereza y una incapacidad invariables: el único consuelo que podía tener este padre desdichado, leyendo estas monótomas relaciones, era que siempre veia impreso también en la columna de observaciones: salud escelente. Al cabo de dos años el pobre hombre tornó el partido mas prudente, y fué el de ií^ volver á abrir ninguna de aquellas cartas aflictivas. Constantino por su parte, á fuerza de oir á sus maestros llamarle tonto y perezoso, concluyó por participar de la misma opinión. Sin embargo puedo afirmar, que apesar de los informes, era ciertamente el mas inteligente de todos nosotros, y aun quizás el mas laborioso y aplicado; solo que tenia una manera de estudiar y de aprender enteramente opuesta á las prácticas universitarias. Una de las originalidades de su carácter consistía en no poder hacer jamas trabajo alguno por fuerza ú obligación: algunas veces procuraba vencerse; pero no solo no lo conseguía, sino que ni aun podía esplicar la causa de aquella singularidad. Los profesores empleaban en vano todos los medios correctivos: su organización rechazaba los mas violentos esfuerzos. Su naturaleza se asemejaba á esos bellos campos, en los cuales seria muy conveniente sembrar trigo, y que sin embargo no producen mas que zarzas y yerbas. Cuanto sabia, y sabia bastante, lo había a-prendido sin trabajo ni esfuerzo, y hasta ignorando él que lo aprendía: se podia comparar muy bien su inteligencia á una placa de da guerreotipo que refleja y guarda cuantos objetos se presentan delante de ella, Constantino había llegado sin saberlo á la perfección revelada por su abuela, al quietísimo; vivía en contemplación como los monges del sigL décimo, con la diferencia sin embargo de que no empleaba los dias enteros en aplicar y fijar la nariz para destellar la luz divina. Tenia un cordial aborrecimiento al colegio, asi es que no pudo jamas comprender este axioma paternal adivinado por M. Prud’homme: El colegio es el tiempo mas bello de la vida. —¿Qué porvenir me está reservado entonces, me decía él, si los castigos, los encierros, y el pan seco representan mi dicha?.... tengo deseos de gustar las penas; quizás me parezcan menos amargas. —¿Qué piensas hacer en saliendo del colé- gio? 4 . • —Mi padre quiere que sea notario: es bastante rico para pagar ciento cincuenta mil francos por un estudio, en el cual me comeré todo lo que él posea; pero yo no tengo mas que una idea, uu solo deseo. —¿Y cual es? —Marchar á Oriente. —A Oriente?
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Object ID | chc9998000151 |
Digital ID | chc99980001510001001 |
Full Text | ■A.* 1UHU. 14 PRECIOS DE BUBCrtIOXOM, un beso mensual en la habana v \o rs. fuertes en ei, interior. REDACCION. CALLE DEL AGUACATE. NUM . 58, íí donde se dirigirán 1AH C O M U N I C A O I O N E 8 Y reclamaciones. Este periódico llevará siempre un grabado en el frontispicio y publicará en cada número una magnífica lámina litografiada representando cuadros de costumbres, escenas de interés local, caricaturas históricas, ó historias en caricatura, figurones, figurines y cuanto para agradar al público pueda imaginare! hábil artista encargado de esta tarea. También cuando el asunto lo requiera se intercalarán en el texto preciosas viñetas que contribuirán á amenizar la lec tura, y por último, cuadros al óleo y estátuas de mármol daríamos tammenpor nuestro gusto si la pintura y la piedra se estilaran en esta clase de publicaciones y el papel pudiera soportarla». 3 !¡. F: Domingo 6 de Diciembre, 1857, ESTE PERIODICO SE PUBLICA TODOSLOS DOMINGOS CON’GRABADOS T LIT0GRAFK8. La administración está en la misma casa DE LA REDACCION Pantos de suscricion. EN LA HABANA.—Dulcería “La Dominica” Imnren ts. de M. Soler, calle de la Muralla núm. 82. Librería de Oharlnin. calle rM oi.isnn 8-»l f"v g. • i. l ibrería “del Iris” calle dei Obispo. Tienda de ropas El Pas«o: calle de A rutar. Ja-;* u mil , de D. A. P Costilla, calle del Inquisidor núm 26, yen la -riedac' eiotv' calle del Aguacate núm. 58. LSTRAMUROS.-----Dulcería del “Teatro de Tacón. “Ca- lé de Escauriza. “Imprenta de la viuda ó hijos de Barcina’ calle de la Reina número 6 PERIODICO LITERARIO, JOCO-SERIO Y CASI SENTIMENTAL, MUY PRODIGO OE BROMAS PERO NO PESADAS, Y DE CUENTOS, PERO NO DE CHISMES. MUY ABUNDANTE DE SATIRAS, CARICATURAS Y OTRAS COSAS CAPACES DE ARRANCAR LAGRIMAS A UNA VIDRIERA, DIRIGIDO POR D. J. M. ÍILLERGAS. UN HAREM PARISIENSE, Saboreando su cigarrillo, me dijo Jorge. - Cuando yo estudiaba en el colegio de An-gers, tuve por compañero de clase á un chico muy original que se llamaba Constantino Gayón: era el último vástago de Madama Guyon. —Y quién es esa Madama Guyon? —Ya me esperaba yo esa pregunta, asi como me sorprendo de que no os hayais figurado que hablaba de la actriz de la Puerta de San Martin. —Confieso que no he conocido otra celebridad de ese mismo nombre. —Pues esta es otra Guyon. La señorita Bou-vier de la Mothe, hija de un maestro de ceremonias, era una joven muy exaltada, que después de haber leído y meditado ios escritos de S. Francisco de Sales y las cartas de Madama de Chantal, abuela de madama de Sevigné, pidió un dia permiso á su familia para entrar en un convento: su padre entonces se apresuró casarla. Diez y ocho años después, esta Señorita que había pasado á ser madama de Guyon, quedó viuda y con un regimiento de chiquillos; no había olvidado sus meditaciones y sus estudios, asi es que abandonó su familia y sus negocios, para recorrer la provincia y predicar su doctrina, que reducía toda la religión al puro amor de Dios. A.poco tiempo fijó su residencia en parís, donde adquirió numerosos prosélitos; pero, corno todos los apóstoles, tuvo que sufrir Laudes persecuciones. Por último, después de haber estado encerrada en la Bastilla y en Vin-cénnes, murió en una pequeña aldea de las cercanías de Blois. Uno de sus hijos fue el abuelo de Constantino. —Dispensadme esta digresión biográfica, que por otra parte no será enteramente inútil quizás para las personas que buscan en los hijos los defectos y cualidades de sus padres; puesto que está muy estendida la vulgar preocupación de que los hijos heredan los gustos y las inclinaciones de los que les dan el ser. —Pues yo participo de esa opinión.... —Apesar de ver todos los días hijos que prodigan la fortuna creada por la avaricia de los padres? idiotas que llevan el nombre de hombres justamente célebres? y mugeres honradas que lo son precisamente porque no siguen el egemplo de sus madres? ~~ ^ —El sos son casos escepcionales. —Ya, pues si creeis en las escepciones, vale mas que continuemos la historia de mi compañero de colegio. Cuando nuestros profesores querían citarnos un modelo que debíamos evitar de seguir, nos mostraban á Constantino. Constantino pasaba por el perfecto tipo del mal estudiante. Todcs los trimestres, el profesor tenia la costumbre de remitir á las familias una nota déla conducta y capacidad de los niños. Durante nueve años, el padre de Constantino recibió constantemente cada trimestre una carta en la que se le anunciaba siempre que su hijo poseía una pereza y una incapacidad invariables: el único consuelo que podía tener este padre desdichado, leyendo estas monótomas relaciones, era que siempre veia impreso también en la columna de observaciones: salud escelente. Al cabo de dos años el pobre hombre tornó el partido mas prudente, y fué el de ií^ volver á abrir ninguna de aquellas cartas aflictivas. Constantino por su parte, á fuerza de oir á sus maestros llamarle tonto y perezoso, concluyó por participar de la misma opinión. Sin embargo puedo afirmar, que apesar de los informes, era ciertamente el mas inteligente de todos nosotros, y aun quizás el mas laborioso y aplicado; solo que tenia una manera de estudiar y de aprender enteramente opuesta á las prácticas universitarias. Una de las originalidades de su carácter consistía en no poder hacer jamas trabajo alguno por fuerza ú obligación: algunas veces procuraba vencerse; pero no solo no lo conseguía, sino que ni aun podía esplicar la causa de aquella singularidad. Los profesores empleaban en vano todos los medios correctivos: su organización rechazaba los mas violentos esfuerzos. Su naturaleza se asemejaba á esos bellos campos, en los cuales seria muy conveniente sembrar trigo, y que sin embargo no producen mas que zarzas y yerbas. Cuanto sabia, y sabia bastante, lo había a-prendido sin trabajo ni esfuerzo, y hasta ignorando él que lo aprendía: se podia comparar muy bien su inteligencia á una placa de da guerreotipo que refleja y guarda cuantos objetos se presentan delante de ella, Constantino había llegado sin saberlo á la perfección revelada por su abuela, al quietísimo; vivía en contemplación como los monges del sigL décimo, con la diferencia sin embargo de que no empleaba los dias enteros en aplicar y fijar la nariz para destellar la luz divina. Tenia un cordial aborrecimiento al colegio, asi es que no pudo jamas comprender este axioma paternal adivinado por M. Prud’homme: El colegio es el tiempo mas bello de la vida. —¿Qué porvenir me está reservado entonces, me decía él, si los castigos, los encierros, y el pan seco representan mi dicha?.... tengo deseos de gustar las penas; quizás me parezcan menos amargas. —¿Qué piensas hacer en saliendo del colé- gio? 4 . • —Mi padre quiere que sea notario: es bastante rico para pagar ciento cincuenta mil francos por un estudio, en el cual me comeré todo lo que él posea; pero yo no tengo mas que una idea, uu solo deseo. —¿Y cual es? —Marchar á Oriente. —A Oriente? |
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