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REDACCION Y ADMINISTRACION, Compostela, número 71 (entresuelos. ) Semanario Satírico. DIBUJANTE CARICATURISTA, Víctor F. de Landaluze (D. Junípero.) mCIOS ES SUSCRICIQH EH LA HABANA. 11 PRECIOS DE SUSCRICION EN EL INTERIOR. M MES, $1.—SEIS MESES, $5.25—US AÑO, $10. HABANA 3 DE JULIO BE 1810. . : TEES BESES, $3.75-SEIS MESES, $7-11,\ AÑO, $12.75 Número suelto: 2 3 Cents. Número suelto: 30 Cents. jsjo- TEXTO.-Menestra semanal, por Juan Palomo.-Obras son amores, por Juan dk Austria.-La insurrección cuevana, por Juan Soldado.-Los nóvios de roja, por Juan Dándolo.-----------------------Cuentos de manigua (conclusión), por Juan Sin- I ierra. Epístolas á «Juan Palomo:» de Nueva-York, por Jhon Bull; de Veracruz, por Juan Balandrán;-de Santa Cruz, por Juan José; de Barcelona, por Serafi Pitarra.--------Sartenazos.-Advertencias. CARICATURAS, por Don Junípero. MENESTRA SEMANAL. ¿Es posible que un cuerpo pierda dos almas á un mismo tiempo4/ Dejo a la ciencia el resolver esta cuestión complicada,y consignaré solamente mi opinión, hija de profundos estudios, y que se reduce á decir, que si las tiene, no hay ningún inconveniente. ¿Hay cuerpos que encierran más de un alma? Indudablemente: los cuerpos de guardia, por ejemplo. Pero me separo del asunto principal. El cuerpo de que hoy quiero hablar es el cuerpo del delito, es decir, del laborantismo. Acaban de escapársele á éste dos almas, por un agujero. La primera, con la muerte de su antiguo presidente, su inspirador constante, la vida de aquella reunión de momias que componen la Junta: por eso le llamo alma del laborantismo. La segunda, con ese paseo por países ignorados que han ido á hacer los ochenta y siete mil pesitos que se escaparon de las arcas de la cofradía. De lo primero no quiere Juan Palomo decir una palabra, porque ante un cadáver se olvida todo, y siempre son respetables los despojos de un hombre, quien quiera que él haya sido; pero en cuanto á lo segundo, ya es harina de otro costal y puedo hablarse no poco sobre el asunto. Ochenta y siete mil pesos que vivían tranquilos en su caja, esperando que llegase la hora <-¡3 ser cambiados por simpatías, por votos en lavor de la beligerancia ó por fusiles para arpiar voluntarios españoles, han preferido cambiarse á sí mismos en palmos de lengua, que ^s han quedado fuera de la boca á los j un teros, y en varas de narices, que les crecen como lu manigua. Acostados boca ai riba todos los laborantes, después de haber tomado tan sérias proporciones ese apéndice de la cara con los descalabros sufridos, parecería una escuadra fondeada en un puerto. Sien podemos decir que cada desiderante es una balandra, con el palo encima de la boca. Siego la hora, por lo tanto, de que la escua- dra cubera sea una verdad. Está ya flotando y se encuentra fondeada al rededor de un islote, que se eleva muchos piés sobre la superficie: el abdomen de Bramosio. Volvamos á los ochenta y siete mil del pico, ya que ellos no vuelven. Lo que yo encuentro aquí de maravilloso no es el robo de esa cantidad, sino que la junta la tuviese. ¿Cómo se explica entonces que Quesa-da se haya ausentado de Nueva-York y que ciertos y determinados organillos hablen mal de la Junta? Cosa inconcebible es que los pájaros abandonen el campo, miéntras quede trigo que picar. En fin, rarezas se ven todos los dias, y esta es una de tantas. No tenemos aún detalles de esa operación de crédito, que tiene la ventaja sobre la de los bonos de ser más rápida y decisiva. Sin embargo, se fundan en un mismo principio econó-mieo, aunque á esta última, como llegada más tarde, le corresponden las dos sílabas finales de la palabra. Todo se vá perfeccionando de tal modo en Cubita libre, que el mejor dia bastará pisar los umbrales de esas oficinas junteras para encontrarse en pelota; y, quién sabe? tal vez sea esto el origen de un descubrimiento de gran utilidad, por el ahorro de tiempo que produciría: colocado un mambí en sitio conveniente de una casa de baños, y atado, para que no echase á correr, siguiendo antiguas mañas, quedarían de un golpeen disposición de zabullirse en el agua todos los aficionados, sin necesidad de estar media hora quitándose ringorangos. Se asegura que no hubo fractura en la caja para extraer el dinero: los fracturados___por el eje han sido los que lo dieron. También es positivo que los ladrones no entraren: estaban ya dentro. Y en esto se descubre también el perfeccionamiento de la industria: de aquí á poco, los ladrones nacerán dentro de los mismos bolsillos, y entonces tendremos que emplear una policía de percalina. Los autores del robo no serán descubiertos positivamente; trabajan de incógnito y la modestia no les permite revelar sus nombres. ¿Quieren ustedes apostar á que aún tratan de hacerse pasar por robados? Los organillos desafinados, publican en letras gordas, á la cabeza de su primera columna, la noticia de que ha llegado el Upton. Sea enhorabuena y que vuelva pronto por acá. No ha naufragado, no encalló, y esto siempre es un triunfo para el laborantismo. El que naufragó en Punta Brava filé Lanza, y eso que no salió de Nueva-York. El Demócrata tuvo el atrevimiento de declarar que era cierta la captura de la primera expedición del Upton, se lamentó de este descalabro y hasta dirigió recriminaciones á los que prepararon la expedición. ¡Qué osadía! Los laborantes se alarmaron, sus periódicos soltaron un chorro de indignación sobre las costillas del pobre escapado de presidio, la salvación déla pátria, pedía á gritos una víctima, y Lanza sucumbió, quedando expulsado de la dirección de El Demócrata. Decir la verdad cuesta muy caro entre los laborantes: una sola vez se ha deslizado por ese terreno el héroe de Villanueva y por poco se lo tragan. ¡Ojalá se lo hubieran tragado! Sin embargo, lo ocurrido con Lanza no ha servido de escarmiento á uno de los corresponsales que tiene en la Habana el Diario cubano, que enjareta ésta verídica historia con pelos y señales. Trescientos soldados españoles atacaron en las inmediaciones de Holguin, un campamento rebelde, donde solo habiacincuenta insurrectos. No hay necesidad de decir que nos derrotaron, y que, como de costumbre, los vencedores se marcharon á la carrera para no verse en la triste necesidad de matar á todos los españoles; pero quedaron sobre el campo, dos, solamente dos, que hacían un mortífero fuego contra los 300 hombres. Morían como chinches los nuestros, y los dos insurrectos firmes y valerosos, sembrando en su derredor la muerte, como quien siembra patatas. El jefe de las tropas, admirado de tanto valor, se enamora de aquellos dos sujetos y empieza á echarles requiebros: ni por esas, no se rendían. Apénas quedaban ya tres ó cuatro soldados vivos, cuando á uno de los dos impávidos combatientes, se le ocurre pensar que para ser héroes del todo, necesitaban morirse, y en efecto, lo acordaron así y se murieron por su gusto. Y ahora viene lo bueno; al reconocer los cadáveres el oficial que mandaba la columna, ¿qué dirán ustedes que vió? ¡Oh, sorpresa! vió'que eran dos mujeres...!!!! IfHasta aquí alcanzan las noticias del corresponsal, que son incompletas. Yo he procurado adquirir detalles de lo que
Object Description
Title | Juan Palomo, Año 1, Núm. 35-39, Julio 1870 |
Translated Title | Juan Palomo, Year 1, Issue No. 35-39, July 1870 |
Variant Title | Juan Palomo, Semanario Satírico |
Contributor | Landaluze, Víctor Patricio de, 1828-1889 |
Note | Juan Palomo was illustrated by Cuban artist Victor P. de Landaluze. |
Subject | Cuban periodicals |
Genre | Periodicals |
Publication Date | 1870-07 |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Coverage Temporal | 1860-1869; 1870-1879 |
Coverage Spatial | Havana (Cuba) |
Physical Description | 1 periodical; 40 pages |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
Call Number | AP63 .J83x v.1:1-52 (Nov 1869-Oct 1870) |
OCLC No. | 437416713 |
Rights | This material is in the public domain in the United States. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Object ID | chc9998000089 |
Type | Text |
Description
Title | Page 1 |
Object ID | chc9998000089 |
Digital ID | chc99980000890001001 |
Full Text | REDACCION Y ADMINISTRACION, Compostela, número 71 (entresuelos. ) Semanario Satírico. DIBUJANTE CARICATURISTA, Víctor F. de Landaluze (D. Junípero.) mCIOS ES SUSCRICIQH EH LA HABANA. 11 PRECIOS DE SUSCRICION EN EL INTERIOR. M MES, $1.—SEIS MESES, $5.25—US AÑO, $10. HABANA 3 DE JULIO BE 1810. . : TEES BESES, $3.75-SEIS MESES, $7-11,\ AÑO, $12.75 Número suelto: 2 3 Cents. Número suelto: 30 Cents. jsjo- TEXTO.-Menestra semanal, por Juan Palomo.-Obras son amores, por Juan dk Austria.-La insurrección cuevana, por Juan Soldado.-Los nóvios de roja, por Juan Dándolo.-----------------------Cuentos de manigua (conclusión), por Juan Sin- I ierra. Epístolas á «Juan Palomo:» de Nueva-York, por Jhon Bull; de Veracruz, por Juan Balandrán;-de Santa Cruz, por Juan José; de Barcelona, por Serafi Pitarra.--------Sartenazos.-Advertencias. CARICATURAS, por Don Junípero. MENESTRA SEMANAL. ¿Es posible que un cuerpo pierda dos almas á un mismo tiempo4/ Dejo a la ciencia el resolver esta cuestión complicada,y consignaré solamente mi opinión, hija de profundos estudios, y que se reduce á decir, que si las tiene, no hay ningún inconveniente. ¿Hay cuerpos que encierran más de un alma? Indudablemente: los cuerpos de guardia, por ejemplo. Pero me separo del asunto principal. El cuerpo de que hoy quiero hablar es el cuerpo del delito, es decir, del laborantismo. Acaban de escapársele á éste dos almas, por un agujero. La primera, con la muerte de su antiguo presidente, su inspirador constante, la vida de aquella reunión de momias que componen la Junta: por eso le llamo alma del laborantismo. La segunda, con ese paseo por países ignorados que han ido á hacer los ochenta y siete mil pesitos que se escaparon de las arcas de la cofradía. De lo primero no quiere Juan Palomo decir una palabra, porque ante un cadáver se olvida todo, y siempre son respetables los despojos de un hombre, quien quiera que él haya sido; pero en cuanto á lo segundo, ya es harina de otro costal y puedo hablarse no poco sobre el asunto. Ochenta y siete mil pesos que vivían tranquilos en su caja, esperando que llegase la hora <-¡3 ser cambiados por simpatías, por votos en lavor de la beligerancia ó por fusiles para arpiar voluntarios españoles, han preferido cambiarse á sí mismos en palmos de lengua, que ^s han quedado fuera de la boca á los j un teros, y en varas de narices, que les crecen como lu manigua. Acostados boca ai riba todos los laborantes, después de haber tomado tan sérias proporciones ese apéndice de la cara con los descalabros sufridos, parecería una escuadra fondeada en un puerto. Sien podemos decir que cada desiderante es una balandra, con el palo encima de la boca. Siego la hora, por lo tanto, de que la escua- dra cubera sea una verdad. Está ya flotando y se encuentra fondeada al rededor de un islote, que se eleva muchos piés sobre la superficie: el abdomen de Bramosio. Volvamos á los ochenta y siete mil del pico, ya que ellos no vuelven. Lo que yo encuentro aquí de maravilloso no es el robo de esa cantidad, sino que la junta la tuviese. ¿Cómo se explica entonces que Quesa-da se haya ausentado de Nueva-York y que ciertos y determinados organillos hablen mal de la Junta? Cosa inconcebible es que los pájaros abandonen el campo, miéntras quede trigo que picar. En fin, rarezas se ven todos los dias, y esta es una de tantas. No tenemos aún detalles de esa operación de crédito, que tiene la ventaja sobre la de los bonos de ser más rápida y decisiva. Sin embargo, se fundan en un mismo principio econó-mieo, aunque á esta última, como llegada más tarde, le corresponden las dos sílabas finales de la palabra. Todo se vá perfeccionando de tal modo en Cubita libre, que el mejor dia bastará pisar los umbrales de esas oficinas junteras para encontrarse en pelota; y, quién sabe? tal vez sea esto el origen de un descubrimiento de gran utilidad, por el ahorro de tiempo que produciría: colocado un mambí en sitio conveniente de una casa de baños, y atado, para que no echase á correr, siguiendo antiguas mañas, quedarían de un golpeen disposición de zabullirse en el agua todos los aficionados, sin necesidad de estar media hora quitándose ringorangos. Se asegura que no hubo fractura en la caja para extraer el dinero: los fracturados___por el eje han sido los que lo dieron. También es positivo que los ladrones no entraren: estaban ya dentro. Y en esto se descubre también el perfeccionamiento de la industria: de aquí á poco, los ladrones nacerán dentro de los mismos bolsillos, y entonces tendremos que emplear una policía de percalina. Los autores del robo no serán descubiertos positivamente; trabajan de incógnito y la modestia no les permite revelar sus nombres. ¿Quieren ustedes apostar á que aún tratan de hacerse pasar por robados? Los organillos desafinados, publican en letras gordas, á la cabeza de su primera columna, la noticia de que ha llegado el Upton. Sea enhorabuena y que vuelva pronto por acá. No ha naufragado, no encalló, y esto siempre es un triunfo para el laborantismo. El que naufragó en Punta Brava filé Lanza, y eso que no salió de Nueva-York. El Demócrata tuvo el atrevimiento de declarar que era cierta la captura de la primera expedición del Upton, se lamentó de este descalabro y hasta dirigió recriminaciones á los que prepararon la expedición. ¡Qué osadía! Los laborantes se alarmaron, sus periódicos soltaron un chorro de indignación sobre las costillas del pobre escapado de presidio, la salvación déla pátria, pedía á gritos una víctima, y Lanza sucumbió, quedando expulsado de la dirección de El Demócrata. Decir la verdad cuesta muy caro entre los laborantes: una sola vez se ha deslizado por ese terreno el héroe de Villanueva y por poco se lo tragan. ¡Ojalá se lo hubieran tragado! Sin embargo, lo ocurrido con Lanza no ha servido de escarmiento á uno de los corresponsales que tiene en la Habana el Diario cubano, que enjareta ésta verídica historia con pelos y señales. Trescientos soldados españoles atacaron en las inmediaciones de Holguin, un campamento rebelde, donde solo habiacincuenta insurrectos. No hay necesidad de decir que nos derrotaron, y que, como de costumbre, los vencedores se marcharon á la carrera para no verse en la triste necesidad de matar á todos los españoles; pero quedaron sobre el campo, dos, solamente dos, que hacían un mortífero fuego contra los 300 hombres. Morían como chinches los nuestros, y los dos insurrectos firmes y valerosos, sembrando en su derredor la muerte, como quien siembra patatas. El jefe de las tropas, admirado de tanto valor, se enamora de aquellos dos sujetos y empieza á echarles requiebros: ni por esas, no se rendían. Apénas quedaban ya tres ó cuatro soldados vivos, cuando á uno de los dos impávidos combatientes, se le ocurre pensar que para ser héroes del todo, necesitaban morirse, y en efecto, lo acordaron así y se murieron por su gusto. Y ahora viene lo bueno; al reconocer los cadáveres el oficial que mandaba la columna, ¿qué dirán ustedes que vió? ¡Oh, sorpresa! vió'que eran dos mujeres...!!!! IfHasta aquí alcanzan las noticias del corresponsal, que son incompletas. Yo he procurado adquirir detalles de lo que |
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