Page 1 |
Save page Remove page | Previous | 1 of 38 | Next |
|
small (250x250 max)
medium (500x500 max)
Large
Extra Large
full size
Full Resolution
All (PDF)
|
This page
All
|
Loading content ...
REDACCION Y ADMINISTRACION: CPReilly, 54, entre Habana y Compostela. Y DIBUJANTE CARICATURISTA: pATÍRico y Literario. Víctor P. de Landaluze (D. Junípero.) Año III. PRECIOS DE SUSCRICION EN LA HABANA $ 10 U n mes......$ i ,, I Seis meses...$ 5-25 | Un año........ Núm. suelto., 25 Habana I? de Setiembre de 1872. PRECIOS DE SUSCRICION EN INTERIOR. Tres meses____$ 3-75 ¡ Seis meses....$ 7 ,, J U n año.........$ 12-75 Núm suelto______$ „ 30 Núm. 35 STJAI^ÜIO: TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—Armonías puerto-riqueñas, por Juan Perez.—Frituras, por Juan de Juanes.—Cuentos de manigua: El Chavalillo, por Juan Sin-Tierra.—El que no te conozca... [poesía], por Juan Camama.—Epístolas á Juan Palomo: de Saratoga, por John Bull.—Boceto á la pluma de don Eugenio Montero Ríos, por Juan Diente.—Tipos y topos, por Juan Cualquiera.—Sartenazos. — Geroglífico. —Boletín bibligráfico. CARICATURAS.—Por Don rluníJ>ero. MENESTRA SEMANAL. ran cosa está ocurriendo en la Habana de algunos dias á esta parte. El brazo de la ley, vestido con su más lujosa manga y extendiéndose por aquí, por allá, por la derecha y la izquierda, se vá apoderando de cuantos ca • balleros particulares encuentra mano sobre mano, y sin oficio ni beneficio. Hay limpia general de vagos. La medida es buena, excelente, excelentísima (aunque no tenga Gran Cruz), pero puede dar lugar á escenas originales. Vaya un ejemplo, aunque parezca descortesía. Supongamos que cae en el garlito uno de esos pejes que escupen por el colmillo y saben más gramática parda que el que la inventó. —¿Por qué me prenden? puede preguntar á la autoridad. —Por vago. —Yo no soy vago; tengo mi oficio. —¿Pues que oficio es el tuyo? —Ahumar cristales para mirar los eclipses del sol. ¿Qué culpa tengo yo de que haya tan pocos eclipses? Resuelvan ustedes esta cuestión, señores jurisconsultos. Conozco á un individuo que decía la otra tarde. —Desde que ocurren estas cosas, le pego todos los dias á mi mujer, para que vean que me ocupo en aigo. —Hombre, pero pueden decir que la ocupación tiene bastante de censurable, repuso otro prójimo; yo también le pego á mi mujer, y después me impongo la obligación de curarle las heridas y chichones que le resultan de cada paliza. De este modo puedo pasar por practicante de medicina. -^Ya lo creo! el oficio de usted es más honroso que el mió, pero el mió es más modesto y tiene mé-bos malicia. Lo cierto es que merece plácemes la autoridad que ha decretado tan saludable medida. Nada, nada! es preciso que todo el mundo trabaje. ¿No tienen que hacer? pues que se metan á profetizar como aquel sábio de Marras, que el mundo se hundirá tal dia, á tal hora y tantos minutos. 0 que se conviertan en adoradores de cualquier príncipe en agraz. ¡Cuantísimo vago existe hoy en la tierra española que oculta su vagancia so capa de estar aguardando el triunfo de sus ideas! 1 María Santisiiiiimita, cuántos! Ochenta y nueve emigrados arrepentidos, según todas las trazas, han dicho desde Nueva Orleans en letras de molde, que quieren volver al seno de la madre pátria. Que empiece una nueva .era de paz y ventura. Que volvamos á recordar que todos somos hermanos. No más sangre, no más lucha, y ancha Castilla! Bienvenidos sean los que tales propósitos alientan. España desea siempre tener más ocasiones de perdonar que de imponer castigos. Creo que eso es lo que se debería contestar á los firmantes del manifiesto. Como creo también que es este un documento que no deja de tener importancia y que merecía que la prensa diaria, sesuda é instruidita, le dedicara alguna atención. Exceptuando La Constancia, los demás se callaron como muertos. Según el periódico La Revolución de Cuba, ya se dan batallas entre los españoles y los insurrectos. ¡Aprieta, manco! Solferino, Sedan, Waterloo son niños de tetas al lado de Remanganaguas. ¡Hasta el nombre se presta á batallas sangrientas, rasgos heroicos y otros excesos! Cuarenta hombre se baten contra cuatrocientos, y los cuatrocientos salen huyendo. Estas cosas no las han visto jamás ni Napoleón el grande, ni el chico, ni el mediano, ni Moltke, ni nadie. Pero Warteloo y Sedan no son Remanganaguas, ni mucho ménos, ¡qué han de ser! ¡Vivan los héroes de Remanga__________ ¿Remanga------------------------------------qué? Las batallas que nos cuenta La Revolución se libran por el orden siguiente: Un insurrecto escondido entre matorrales saca el cuerpo fuera de su escondite. Su traje es sencillo, pero histórico. El de Adan, exceptuando la hoja de parra, y con algunos rasguños en la piel para que luzca más la carne. Armamento: un machete atravesado por los riñones y atado con un cordel de esparto, escopeta y una cara muy fea. Esta última arma es la que más miedo mete. Saca el cuerpo, como he dicho ántes, y al ver una columna de soldados españoles, suelta un tiro. Ya se trabó la batalla!. Pim.... pom-------- pum, algunos tiritos más, y huye. Al reunirse á los suyos, lo coronan de hojas de' zapote. ¡Gran batalla! Por parte de los insurrectos han entrado en fuego las tres armas. El miedo, la prudencia y el cerote. Dije el domingo pasado que en la Península habría corrido el palo con motivo de las elecciones. Los electores y los partidos se han empeñado en. dejarme mal. Yo me alegro de esto, y usted, amigo lector, se alegra, y su mujer de usted también, y su tio y su abuelo, si lo tiene (y si no lo tiene, sospecho que no se alegrará) y su primo, y hasta el novio de su cuñada, vamos al decir, todos nos quedamos con que impere el orden. Pero ¿quiére usted apostar á que hay en España quien siente que no hayan ocurrido disturbios? Porque la política es así, el partido derrotado, el que nos quiere restaurar, estará furioso porque no ha habido brazos rotos y piernas averiadas. Lá cuestión es tener derecho para gritar: —¡Dónde se ha visto que no mandando nosotros se puedan hacer elecciones sin muertos, heridos, ni perros de presa en vez de banderillas de fuego! ¡Ya no hay clases! El resultado de las elecciones dá las cifras siguientes: Alfonsistas, once. ¡Gran puñado! Sagastinos, tres. ¡Mayoría absoluta! Montpensieristas, dos. ¿Pues no eran ya todos unos? Republicanos, ochenta. “El hombre que se casa vive escamado!” ¿Habrá subido el precio del petróleo? Independiente----- ¡la mar! que nos tragará á todos. Dicen que en Puerto Rico han triunfado los candidatos radicales, á excepción del general Sanz. Pero entre esos radicales figura el general Córdoba, Mosquera y Alvarez Osorio, que son radicales de buena ley. De esos no se puede esperar nada qué no sea patriótico, noble y digno. Pero también figuran Blanco, Padial y Labra,. ¡Puf! Aparta, que apesta! Juan Palomo.
Object Description
Title | Juan Palomo, Año 3, Núm. 35-39, Septiembre 1872 |
Translated Title | Juan Palomo, Year 3, Issue No. 35-39, September 1872 |
Variant Title | Juan Palomo, Semanario Satírico |
Contributor | Landaluze, Víctor Patricio de, 1828-1889 |
Note | Juan Palomo was illustrated by Cuban artist Victor P. de Landaluze. |
Subject | Cuban periodicals |
Genre | Periodicals |
Publication Date | 1872-09 |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Coverage Temporal | 1860-1869; 1870-1879 |
Coverage Spatial | Havana (Cuba) |
Physical Description | 1 periodical; 38 pages |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
Call Number | AP63 .J83x v.3:1-52 (Jan-Dec 1872) |
OCLC No. | 437416713 |
Rights | This material is in the public domain in the United States. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Object ID | chc9998000101 |
Type | Text |
Description
Title | Page 1 |
Object ID | chc9998000101 |
Digital ID | chc99980001010001001 |
Full Text | REDACCION Y ADMINISTRACION: CPReilly, 54, entre Habana y Compostela. Y DIBUJANTE CARICATURISTA: pATÍRico y Literario. Víctor P. de Landaluze (D. Junípero.) Año III. PRECIOS DE SUSCRICION EN LA HABANA $ 10 U n mes......$ i ,, I Seis meses...$ 5-25 | Un año........ Núm. suelto., 25 Habana I? de Setiembre de 1872. PRECIOS DE SUSCRICION EN INTERIOR. Tres meses____$ 3-75 ¡ Seis meses....$ 7 ,, J U n año.........$ 12-75 Núm suelto______$ „ 30 Núm. 35 STJAI^ÜIO: TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—Armonías puerto-riqueñas, por Juan Perez.—Frituras, por Juan de Juanes.—Cuentos de manigua: El Chavalillo, por Juan Sin-Tierra.—El que no te conozca... [poesía], por Juan Camama.—Epístolas á Juan Palomo: de Saratoga, por John Bull.—Boceto á la pluma de don Eugenio Montero Ríos, por Juan Diente.—Tipos y topos, por Juan Cualquiera.—Sartenazos. — Geroglífico. —Boletín bibligráfico. CARICATURAS.—Por Don rluníJ>ero. MENESTRA SEMANAL. ran cosa está ocurriendo en la Habana de algunos dias á esta parte. El brazo de la ley, vestido con su más lujosa manga y extendiéndose por aquí, por allá, por la derecha y la izquierda, se vá apoderando de cuantos ca • balleros particulares encuentra mano sobre mano, y sin oficio ni beneficio. Hay limpia general de vagos. La medida es buena, excelente, excelentísima (aunque no tenga Gran Cruz), pero puede dar lugar á escenas originales. Vaya un ejemplo, aunque parezca descortesía. Supongamos que cae en el garlito uno de esos pejes que escupen por el colmillo y saben más gramática parda que el que la inventó. —¿Por qué me prenden? puede preguntar á la autoridad. —Por vago. —Yo no soy vago; tengo mi oficio. —¿Pues que oficio es el tuyo? —Ahumar cristales para mirar los eclipses del sol. ¿Qué culpa tengo yo de que haya tan pocos eclipses? Resuelvan ustedes esta cuestión, señores jurisconsultos. Conozco á un individuo que decía la otra tarde. —Desde que ocurren estas cosas, le pego todos los dias á mi mujer, para que vean que me ocupo en aigo. —Hombre, pero pueden decir que la ocupación tiene bastante de censurable, repuso otro prójimo; yo también le pego á mi mujer, y después me impongo la obligación de curarle las heridas y chichones que le resultan de cada paliza. De este modo puedo pasar por practicante de medicina. -^Ya lo creo! el oficio de usted es más honroso que el mió, pero el mió es más modesto y tiene mé-bos malicia. Lo cierto es que merece plácemes la autoridad que ha decretado tan saludable medida. Nada, nada! es preciso que todo el mundo trabaje. ¿No tienen que hacer? pues que se metan á profetizar como aquel sábio de Marras, que el mundo se hundirá tal dia, á tal hora y tantos minutos. 0 que se conviertan en adoradores de cualquier príncipe en agraz. ¡Cuantísimo vago existe hoy en la tierra española que oculta su vagancia so capa de estar aguardando el triunfo de sus ideas! 1 María Santisiiiiimita, cuántos! Ochenta y nueve emigrados arrepentidos, según todas las trazas, han dicho desde Nueva Orleans en letras de molde, que quieren volver al seno de la madre pátria. Que empiece una nueva .era de paz y ventura. Que volvamos á recordar que todos somos hermanos. No más sangre, no más lucha, y ancha Castilla! Bienvenidos sean los que tales propósitos alientan. España desea siempre tener más ocasiones de perdonar que de imponer castigos. Creo que eso es lo que se debería contestar á los firmantes del manifiesto. Como creo también que es este un documento que no deja de tener importancia y que merecía que la prensa diaria, sesuda é instruidita, le dedicara alguna atención. Exceptuando La Constancia, los demás se callaron como muertos. Según el periódico La Revolución de Cuba, ya se dan batallas entre los españoles y los insurrectos. ¡Aprieta, manco! Solferino, Sedan, Waterloo son niños de tetas al lado de Remanganaguas. ¡Hasta el nombre se presta á batallas sangrientas, rasgos heroicos y otros excesos! Cuarenta hombre se baten contra cuatrocientos, y los cuatrocientos salen huyendo. Estas cosas no las han visto jamás ni Napoleón el grande, ni el chico, ni el mediano, ni Moltke, ni nadie. Pero Warteloo y Sedan no son Remanganaguas, ni mucho ménos, ¡qué han de ser! ¡Vivan los héroes de Remanga__________ ¿Remanga------------------------------------qué? Las batallas que nos cuenta La Revolución se libran por el orden siguiente: Un insurrecto escondido entre matorrales saca el cuerpo fuera de su escondite. Su traje es sencillo, pero histórico. El de Adan, exceptuando la hoja de parra, y con algunos rasguños en la piel para que luzca más la carne. Armamento: un machete atravesado por los riñones y atado con un cordel de esparto, escopeta y una cara muy fea. Esta última arma es la que más miedo mete. Saca el cuerpo, como he dicho ántes, y al ver una columna de soldados españoles, suelta un tiro. Ya se trabó la batalla!. Pim.... pom-------- pum, algunos tiritos más, y huye. Al reunirse á los suyos, lo coronan de hojas de' zapote. ¡Gran batalla! Por parte de los insurrectos han entrado en fuego las tres armas. El miedo, la prudencia y el cerote. Dije el domingo pasado que en la Península habría corrido el palo con motivo de las elecciones. Los electores y los partidos se han empeñado en. dejarme mal. Yo me alegro de esto, y usted, amigo lector, se alegra, y su mujer de usted también, y su tio y su abuelo, si lo tiene (y si no lo tiene, sospecho que no se alegrará) y su primo, y hasta el novio de su cuñada, vamos al decir, todos nos quedamos con que impere el orden. Pero ¿quiére usted apostar á que hay en España quien siente que no hayan ocurrido disturbios? Porque la política es así, el partido derrotado, el que nos quiere restaurar, estará furioso porque no ha habido brazos rotos y piernas averiadas. Lá cuestión es tener derecho para gritar: —¡Dónde se ha visto que no mandando nosotros se puedan hacer elecciones sin muertos, heridos, ni perros de presa en vez de banderillas de fuego! ¡Ya no hay clases! El resultado de las elecciones dá las cifras siguientes: Alfonsistas, once. ¡Gran puñado! Sagastinos, tres. ¡Mayoría absoluta! Montpensieristas, dos. ¿Pues no eran ya todos unos? Republicanos, ochenta. “El hombre que se casa vive escamado!” ¿Habrá subido el precio del petróleo? Independiente----- ¡la mar! que nos tragará á todos. Dicen que en Puerto Rico han triunfado los candidatos radicales, á excepción del general Sanz. Pero entre esos radicales figura el general Córdoba, Mosquera y Alvarez Osorio, que son radicales de buena ley. De esos no se puede esperar nada qué no sea patriótico, noble y digno. Pero también figuran Blanco, Padial y Labra,. ¡Puf! Aparta, que apesta! Juan Palomo. |
Archive | chc99980001010001001.tif |
Tags
Comments
Post a Comment for Page 1