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REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: O'Reilly, 54, entre Habana y Compostela. Satírico y L ITERARIO. DIBUJANTE CARICATURISTA Víctor P. de Landaluze (D. Junípero). Año III. PRECIOS DE SUSCRICION EN LA HABANA Un mes $ i ,, I Seis meses $ 5-25 | Un año $ Núm. suelto Habana 5 de Mayo de 1872. PRECIOS DE SUSCRICION EN INTERIOR. Tres meses .... $ 3-75 I Seis meses $ 7 ,, | Un año $ 12-75 Núm suelto $ ,, 30 Núm. 18. SUMARIO: TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—Compromiso, por Juan Pérez.—Boceto á la pluma de Mazzini, por Juan Cualquiera.— —Cuentos de manigua: El Chavalillo, por Juan Sin-Tierra.—A Miguel Cervantes Saavedra (poesía), por A. Cuyas Armengol.—Epístolas á Juan Palomo: de Nueva York, por John Bull; de Madrid, por Eusebio Blasco.—El distrazado (poesía), por Juan de las Viñas —Sartenazos. —Geroglífico. —Anuncios CARICATURAS.—Por Don Junípero. MENESTRA SEMANAL. uinientas palizas han lievado los carlistas en estos tres últimos años, y por lo que se vé, están ansiosos de recibir las quinientas una. Porque carlista es sinónimo de apaleado; y levantar uno de ellos la cabeza es como decir, aunque no desplegue los labios:—-"Sacúdame usted un capirotazo;" y siempre se salen con la suya los muy «rrastrundis. Es mucha constancia la de los carlistas; ó son duchas costillas las suyas! Porque no basta para ser consecuente y tenaz defensor de una idea como la que anima á ese partido, no cejar uno y otro dia en el mismo tema; es necesario también tener los huesos á prueba de bomba para recibir zurriagazos. lie dicho, casi involuntariamente, ese partido •A>?! ojalá siempre! que de esta vez sea partido.... para He visto mucha gente preocupada con las norias de la Península; y la verdad es que no vale la pena de tomarlo muy á pecho. Dafi T^' mu^ tr*ste es 3ue se derrame sangre es- qu %en *U(ríla n'atricida: doloroso es que la ri roteza ™ País sufra un rudo golpe con tales albo- Us f sení^ble, muy sensible es que se malgasten Cu ^erzas de la nación en peloteras interiores, miu ,aun clueda en esta tierra un puñado de ene- ni H°k nuestra patria; pero el éxito no es dudoso ^e°e infundir temores. ]ea{e°ntra ios carlistas luchan, no sólo las tropas Sentid Sln° el esPlr^tu del siglo, la sana razón, el mem Comun >' la dignidad humana: á tales ¡J0*» ¿quién los vence? nan levantado en arme 'lc hombres. La mayor parte han salido al campo, seguro estoy de ello, porque el sacristán de la parroquia les ha dicho que es preciso pegar tiros á los liberales y sentar en el trono á un señorito á quien no conocen. Allí estarán muchos padres de familia expuestos á quedar perniquebrados por defender á un mozal- vete tonto. Pero no así como se quiera, sino tonto de capirote; lo cual está plenamente comprobado en varios autores que de la materia tratan. Y que no tan sólo tiene la cualidad de tonto, sino la de no haber nacido en España, ni conocer más que de oidas aquella bendita tierra, ni tener noticia de sus costumbres, y que, positivamente, ni sabrá decir " ¡ caramba!" con el empuje propio de mis paisanos. ¡Pobres ilusos, id al que os ha engañado y que os devuelva el dinero! Muchos habrá convencidísimos de que entrarán c e patitas en la gloria con sólo gritar ¡viva Carlos VII! Si tal cosa sucediese, yo sería el primero en irme á soltar tiros al aire para espantar los pájaros. Pero, aunque tenga que confesar mi ignorancia, no he conseguido averiguar de una manera segura si ha entrado algún carlista en el cielo. En ninguna parte encuentro datos, por más que los busco. ¡Seré torpe! Y digo yo: en esta época de positivismo, en la que no se fia uno ni de la camisa que lleva puesta y en la que ts preciso probar la honradez y la responsabilidad con muchos pliegos de papel sellado, escritos por las cuatro carillas, por qué no se exigen garantías á los que hacen ofrecimientos para el valle de Josafat? Que me presenten una certificaciun expedida por persona competente y legalizada por tres escribanos, justificando que un carlista cualquiera, muerto en defensa de su causa, tiene puesto en la gloria y está empadronado en una celaduría, y en seguida me alisto en la primera paxtida que mande el ama de un cura. rmas algunos centenares ó leren esos hombres? Quizás ni ellos Bismark se ha vuelto loco, ó se ha vuelto loco el telégrafo, ó me he vuelto loco yo, figurándome que he leido lo que no he leido. Mis ojos mienten, ó dice el telégrafo que Bismark ha enviado diez mil francos al rey Amadeo. ¿Se quiere usted callar? Dice también que es para ayudarlo en la campaña contra los carlistas. Digo; si se habrá ensanchad') el pecho del monarca al ver ese despilfarro! Die mil francos no llegan á ser dos mi! duros, con lo cual, si los carlistas se pudiesen comprar á duro eza, unos con otros, va se podrían qui tar ele enme lio rios mil, tm pico. NV sta noticia debe teta. Si el I gran can* diario ha l . en efecto, esa ! cantidad, moa encar- ■ güitos para su señora, >, un som- brerito de viaje, un par de ligas de las que tienen bordado ¡viva mi dueño! una arroba de pasas de Málaga, un puñal de Albacete ó cosa así. Está claro! y al hacer el encargo, se habrá acordado Bismark del cuento aquel de los pitos. Un individuo iba á la feria de un pueblo cercano al suyo. —Muchachos, les dijo á sus amigos, me voy á la feria. —Tráeme un pito, le elijo uno. —A mí otro. —A mí otro. —Otro á mí. En esto, el último del corro, acercándose á él, le dice: —Mira, tráeme un pito. Y al mismo tiempo le puso media peseta en la palma de la palma. —Tú pitarás, exclamó por lo bajo el de la feria. Que Bismark es hombre que practica este sistema no cabe duda. Ya está diciendo que la ocupación del territorio francés por los alemanes durará mucho si no le dan por adelantado la indemnización.—¿Qué tal? Un periódico de París dice que los insurrectos son dueños de las posiciones más fuertes alrededor de la Habana. Las posiciones serán fuertes, pero la noticia no es floja. Si llega a saberlo Bismark, nos manda tres pesetas para dar la segunda prueba de esplendidez. Propongo que al periodista parisiense se le fije una pensión con lo que produzcan en venta los fuertes que ocupan los insurrectos. Me parece que me voy volviendo tan rumboso como Bismark! Comprendo que un hombre tenga una pierna de palo, comprendo también que esa pierna pueda servir para tirársela á ia cabeza á un prójimo. Este prójimo, aunque sea mala la comparación, es un redactor del World. Este dichoso periodiquito ha escrito en sus columnas las siguientes líneas: "Hemos llamado á Sickles, repetida y delibera- "damente, un asesino absuelto, porque mató de un "tiró al alegado seductor de su mujer, y porque "después excitó el asco y el desprecio de todo caballero ú hombre honrado, volviendo al lecho "profanado con la misma esposa criminal, y cuya "deshonra él mismo habia denunciado ante los "tribunales para salvar su cuello de la horca." ¡Demontre, con las indirectas del World! Fáltame tan sólo averiguar si la pierna de palo de Mr. Sickles permanece aún en su sitio; porque si es así, reniego de los hombres que no saben aprovecharse de las ventajas que les proporcionan sus imperfecciones. (¿ue tome ejemplo de los carlistas: en vez de cabeza llevan una calabaza sobre ios hombros, y ya saben i al campo en la primavera, época de las hortalizas. Juan Palomo.
Object Description
Title | Juan Palomo, Año 4, Núm. 18-21, Mayo 1872 |
Translated Title | Juan Palomo, Year 3, Issue No. 18-21, May 1872 |
Variant Title | Juan Palomo, Semanario Satírico |
Contributor | Landaluze, Víctor Patricio de, 1828-1889 |
Note | Juan Palomo was illustrated by Cuban artist Victor P. de Landaluze. |
Subject | Cuban periodicals |
Genre | Periodicals |
Publication Date | 1872-05 |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Coverage Temporal | 1860-1869; 1870-1879 |
Coverage Spatial | Havana (Cuba) |
Physical Description | 1 periodical; 32 pages |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
Call Number | AP63 .J83x v.3:1-52 (Jan-Dec 1872) |
OCLC No. | 437416713 |
Rights | This material is in the public domain in the United States. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Object ID | chc9998000097 |
Type | Text |
Description
Title | Page 1 |
Object ID | chc9998000097 |
Digital ID | chc99980000970001001 |
Full Text | REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: O'Reilly, 54, entre Habana y Compostela. Satírico y L ITERARIO. DIBUJANTE CARICATURISTA Víctor P. de Landaluze (D. Junípero). Año III. PRECIOS DE SUSCRICION EN LA HABANA Un mes $ i ,, I Seis meses $ 5-25 | Un año $ Núm. suelto Habana 5 de Mayo de 1872. PRECIOS DE SUSCRICION EN INTERIOR. Tres meses .... $ 3-75 I Seis meses $ 7 ,, | Un año $ 12-75 Núm suelto $ ,, 30 Núm. 18. SUMARIO: TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—Compromiso, por Juan Pérez.—Boceto á la pluma de Mazzini, por Juan Cualquiera.— —Cuentos de manigua: El Chavalillo, por Juan Sin-Tierra.—A Miguel Cervantes Saavedra (poesía), por A. Cuyas Armengol.—Epístolas á Juan Palomo: de Nueva York, por John Bull; de Madrid, por Eusebio Blasco.—El distrazado (poesía), por Juan de las Viñas —Sartenazos. —Geroglífico. —Anuncios CARICATURAS.—Por Don Junípero. MENESTRA SEMANAL. uinientas palizas han lievado los carlistas en estos tres últimos años, y por lo que se vé, están ansiosos de recibir las quinientas una. Porque carlista es sinónimo de apaleado; y levantar uno de ellos la cabeza es como decir, aunque no desplegue los labios:—-"Sacúdame usted un capirotazo;" y siempre se salen con la suya los muy «rrastrundis. Es mucha constancia la de los carlistas; ó son duchas costillas las suyas! Porque no basta para ser consecuente y tenaz defensor de una idea como la que anima á ese partido, no cejar uno y otro dia en el mismo tema; es necesario también tener los huesos á prueba de bomba para recibir zurriagazos. lie dicho, casi involuntariamente, ese partido •A>?! ojalá siempre! que de esta vez sea partido.... para He visto mucha gente preocupada con las norias de la Península; y la verdad es que no vale la pena de tomarlo muy á pecho. Dafi T^' mu^ tr*ste es 3ue se derrame sangre es- qu %en *U(ríla n'atricida: doloroso es que la ri roteza ™ País sufra un rudo golpe con tales albo- Us f sení^ble, muy sensible es que se malgasten Cu ^erzas de la nación en peloteras interiores, miu ,aun clueda en esta tierra un puñado de ene- ni H°k nuestra patria; pero el éxito no es dudoso ^e°e infundir temores. ]ea{e°ntra ios carlistas luchan, no sólo las tropas Sentid Sln° el esPlr^tu del siglo, la sana razón, el mem Comun >' la dignidad humana: á tales ¡J0*» ¿quién los vence? nan levantado en arme 'lc hombres. La mayor parte han salido al campo, seguro estoy de ello, porque el sacristán de la parroquia les ha dicho que es preciso pegar tiros á los liberales y sentar en el trono á un señorito á quien no conocen. Allí estarán muchos padres de familia expuestos á quedar perniquebrados por defender á un mozal- vete tonto. Pero no así como se quiera, sino tonto de capirote; lo cual está plenamente comprobado en varios autores que de la materia tratan. Y que no tan sólo tiene la cualidad de tonto, sino la de no haber nacido en España, ni conocer más que de oidas aquella bendita tierra, ni tener noticia de sus costumbres, y que, positivamente, ni sabrá decir " ¡ caramba!" con el empuje propio de mis paisanos. ¡Pobres ilusos, id al que os ha engañado y que os devuelva el dinero! Muchos habrá convencidísimos de que entrarán c e patitas en la gloria con sólo gritar ¡viva Carlos VII! Si tal cosa sucediese, yo sería el primero en irme á soltar tiros al aire para espantar los pájaros. Pero, aunque tenga que confesar mi ignorancia, no he conseguido averiguar de una manera segura si ha entrado algún carlista en el cielo. En ninguna parte encuentro datos, por más que los busco. ¡Seré torpe! Y digo yo: en esta época de positivismo, en la que no se fia uno ni de la camisa que lleva puesta y en la que ts preciso probar la honradez y la responsabilidad con muchos pliegos de papel sellado, escritos por las cuatro carillas, por qué no se exigen garantías á los que hacen ofrecimientos para el valle de Josafat? Que me presenten una certificaciun expedida por persona competente y legalizada por tres escribanos, justificando que un carlista cualquiera, muerto en defensa de su causa, tiene puesto en la gloria y está empadronado en una celaduría, y en seguida me alisto en la primera paxtida que mande el ama de un cura. rmas algunos centenares ó leren esos hombres? Quizás ni ellos Bismark se ha vuelto loco, ó se ha vuelto loco el telégrafo, ó me he vuelto loco yo, figurándome que he leido lo que no he leido. Mis ojos mienten, ó dice el telégrafo que Bismark ha enviado diez mil francos al rey Amadeo. ¿Se quiere usted callar? Dice también que es para ayudarlo en la campaña contra los carlistas. Digo; si se habrá ensanchad') el pecho del monarca al ver ese despilfarro! Die mil francos no llegan á ser dos mi! duros, con lo cual, si los carlistas se pudiesen comprar á duro eza, unos con otros, va se podrían qui tar ele enme lio rios mil, tm pico. NV sta noticia debe teta. Si el I gran can* diario ha l . en efecto, esa ! cantidad, moa encar- ■ güitos para su señora, >, un som- brerito de viaje, un par de ligas de las que tienen bordado ¡viva mi dueño! una arroba de pasas de Málaga, un puñal de Albacete ó cosa así. Está claro! y al hacer el encargo, se habrá acordado Bismark del cuento aquel de los pitos. Un individuo iba á la feria de un pueblo cercano al suyo. —Muchachos, les dijo á sus amigos, me voy á la feria. —Tráeme un pito, le elijo uno. —A mí otro. —A mí otro. —Otro á mí. En esto, el último del corro, acercándose á él, le dice: —Mira, tráeme un pito. Y al mismo tiempo le puso media peseta en la palma de la palma. —Tú pitarás, exclamó por lo bajo el de la feria. Que Bismark es hombre que practica este sistema no cabe duda. Ya está diciendo que la ocupación del territorio francés por los alemanes durará mucho si no le dan por adelantado la indemnización.—¿Qué tal? Un periódico de París dice que los insurrectos son dueños de las posiciones más fuertes alrededor de la Habana. Las posiciones serán fuertes, pero la noticia no es floja. Si llega a saberlo Bismark, nos manda tres pesetas para dar la segunda prueba de esplendidez. Propongo que al periodista parisiense se le fije una pensión con lo que produzcan en venta los fuertes que ocupan los insurrectos. Me parece que me voy volviendo tan rumboso como Bismark! Comprendo que un hombre tenga una pierna de palo, comprendo también que esa pierna pueda servir para tirársela á ia cabeza á un prójimo. Este prójimo, aunque sea mala la comparación, es un redactor del World. Este dichoso periodiquito ha escrito en sus columnas las siguientes líneas: "Hemos llamado á Sickles, repetida y delibera- "damente, un asesino absuelto, porque mató de un "tiró al alegado seductor de su mujer, y porque "después excitó el asco y el desprecio de todo caballero ú hombre honrado, volviendo al lecho "profanado con la misma esposa criminal, y cuya "deshonra él mismo habia denunciado ante los "tribunales para salvar su cuello de la horca." ¡Demontre, con las indirectas del World! Fáltame tan sólo averiguar si la pierna de palo de Mr. Sickles permanece aún en su sitio; porque si es así, reniego de los hombres que no saben aprovecharse de las ventajas que les proporcionan sus imperfecciones. (¿ue tome ejemplo de los carlistas: en vez de cabeza llevan una calabaza sobre ios hombros, y ya saben i al campo en la primavera, época de las hortalizas. Juan Palomo. |
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