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REDACCION Y ADMINISTRACION : O’Reilly, 54, entre Habana y Gompostela. jPOLÍTICO Y ITERARIO. / DIBUJANTE CARICATURISTA: Víctor P. de Landaluce (D. Junipe ro). Año IV. PRECIOS DE SUSCRICION ENLA HABANA Un mes $ i ,, I Un año $ 10 ,, Seis meses $ 5-25 | Núm. sueito..- ,, 25 Habana 2 de Marzo de 1873. PRECIOS DE STJSCRI Tres meses $ 3-75 Seis meses $ 7 ,, CION EN INTERIOR. Un año $ 12-75 Núm. sueito $ ,, 30 Núm. 9. I SUMARIO: TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—Oiga usted, por Juan de A ustria.—Cisco, por Juan Perez—¡Hallazgo! ¡Hallazgo! por Juan Ito.—Escabeche de la Prensa, por Juan Vinagre.—Viaje á Méjico, sin quemar las naves, por Juan Palomo.— Frituras, por Juan de 'luanes. Justicia á la verdad.—Epístolas á Juan Palomo: de Nueva York, por John Bull.—Boceto á la pluma de don José C. Sorní, por Juan Cualquiera.—Cosas y casos |poesía] por Pedro María Barrera.- Cuentos de Manigua: El Chavalillo, por Juan Sin-Tierra.—Revoltillo teatral, por Juan Particular.—Sartenazos. CARICATURAS. — Por Don 'lunijero. MENESTRA SEMANAL. UE....P Ni un motín? El telégrafo se empeña en dar malos ratos á los hombres de orden que temen á Dios. ¡Ni un motín! Hasta en eso se conoce que los republicanos son gente cursi; politiquillos del tres al cuarto, que no tienen sobre qué caerse muertos. Sabido es que para las sublevaciones y asonadas se necesita dinero, mucho dinero; vaya, pues ni para eso tienen una peseta....! Cuando nosotros, los hombres de orden, armemos una, verá usted qué diferencia. Porque si los republicanos han conquistado el poder con discursos y por medio de votaciones legales, es porque no tienen dinero para otra cosa, ¡gente cursi! Nosotros entraremos como Dios manda, con bravura, mucha bravura! ¿Dónde se ha visto efectuar un cambio tan radical en las instituciones sin fusilar á nadie? Confieso que he sufrido un desengaño terrible. Hombre honesto, pacífico y crédulo por naturaleza, he venido leyendo dia por dia, desde hace muchos años, La Epoca, el Diario de la Malina y algunas páginas deí Breviario. Esta lectura ha nutrido mi espíritu y ha formado mi opinión. Aquellos periódicos tan formales y seriotes han sido las amas de cria de mi inteligencia. ‘El dia que los republicanos triunfen, decían, j?y nuestras esposas! ¡ay de nuestras madres! ¡ay c e nuestros Hijos!—El dia que la demagogia con-^uiste el poder, será el dia de la destrucción de la familia.” Hablaba Castelar, y yo me echaba después al co-eto un párrafo por el estilo siguiente: Mucha poesía! Pero Casteiar no comprende ^Ue esa poesía seduce á las masas inconscientes, las arrastra, y de ahí vendrá la destrucción de la familia, de las esposas, de los hijos, de los hijastros, etc., etc. —¿A usted la han destruido ya? le pregunté la otra tarde á una vecina mia, que está rolliza y colorada. Mi vecina, léjos de verse destruida, está contenta como una pascuas, porque su marido tiene un empleo en el ramo judicial, y con eso de la inamovilidad que el Gobierno decreta no tiene miedo á una cesantía. Yo creía, visto lo que me han enseñado los periódicos sesudos, que los republicanos empezarían á dar tajos y mandobles, á destruirlo todo, á comerse los unos á los otros... . pero nada, ¡ni un motín! ¡Qué desengaño tan cruel! Y, como yo, hay muchos que han creído de buena fé las predicaciones de los diarios conservadores. Les parece á Ustedes quemo estaría de más exigirles que nos devuelvan el dinero de la suscricion, ya que nos han engañado? Pero ha surgido ya un conflicto grave, que hace temblar al Diario de la Marina y á varios amigos suyos. Porque para ser político de talla, se necesita saber extremecerse á tiempo, y á tiempo también saber cerrar la bolsa para evitar las contingencias. Ha dicho el telégrafo que los gobiernos de provincia se repartirán por mitad entre republicanos y radicales, y que donde haya gobernador radical, se pondrá secretario republicano, y vice-versa. ¡Qué horror! El Diario de la Marina, que se afana por hacer que comprendan sus suscritores los despachos telegráficos, exclama: “Pié ahí el primer conflicto: ya existe el dualismo.” Otro cualquiera, por ejemplo, un liberalote de esos sin conciencia y sin una gran cruz, cuando mé-nos, hubiera creído ver en ese arreglo amistoso un síntoma de avenencia entre dos partidos, una fusión sincera entre los hombres de distintos bandos; pero buen tonto sería pensar en semejante cosa. Después de la revolución de Setiembre, se repartieron los gobiernos y secretarías de igual modo, entre progresistas, unionistas y republicanos. Al subir al poder los sagastinos, se adoptó igual sistema entre progresistas y unionistas. Y entonces no era de temer ningún conflicto; pero ahora sí, ¡no sean ustedes bobos! ahora sí. Entre los gobernadores y sus secretarios no podría existir más que el terror. Seguro estoy de que habrá gobernador radical que al presentársele el secretario republicano le pregunte pálido y tembloroso: —¿Es usted antropófago? Nuevo conflicto! Dice el telégrafo que el cambio de la administración, de monarquía á república, se hará tranquilamente. Allává la explicación del Diario de la Marina: uSe hará, luego no se ha hecho, luego todo es interino?. ... ¡Sí, señor, interino! Ya lo vé usted, los mismos republicanos lo confiesan.... ¡Oh momento feliz.... Saca la bota, Bartolo. La gente torpe creía que cuando un ministerio sustituye á otro, lo que cambiaba de sopetón era la política, pero el cambio de la administración, de esas ruedas que forman la gobernación del Estado, se iba haciendo luego paulatinamente, modificando hoy ésto y mañana lo otro. Así lo creíamos, y por lo tanto no le encontramos nada de particular al telegrama, sino la consoladora esperanza de que habría orden y sosiego en tan radical transformación. Pero ¡no sean ustedes bobos! si piensan de esa manera, ¿qué motivo ha de haber para alarmarse y temblar?.... Lo importante es que tiemble la gente. ¡Cuidado que saben ustedes poco de diplomacia! .... Atención! Dijo el telégrafo que don José Olózaga se había visto obligado á declarar que él redactó el mensaje de la abdicación. Y exclama el Diario: “Tuvo que hacer esa declaración? pues eso. debe ser que pasa algo sobre el particular.” ¡Qué penetración! “En cuanto yo vi que le faltaba un ojo á aquel toro corniabierto y retinto, dije: ese toro es tuerto” decía un taurómaco profundo. Se cree que después de aquel descubrimiento subirán las acciones del Diario de la Marina. Han pasado los Carnavales con bastante animación. —Se ha divertido usted, vecina? —Sí, señor, muchísimo. —¿Ha estado usted en el paseo, en los bailes, en el teatro de Albisu? —No, señor, no he salido de casa. —Pues entonces, ¿cómo se ha divertido usted tanto? —He leído el Diario de la Marina y sus comentarios á los telegramas. Concluiré diciendo á ustedes cómo son los republicanos, tal como yo he podido entender. Los republicanos tienen el cútis curtido y lleno de manchas, cara de traidor, ojos atravesados, si tiene alguno la fortuna de ser tuerto ¡mejor! la barba crespa y muy sucia, ¡lo sucio es de rigor! los cabellos de punta, malas maneras y figura groserota. Yo me he visto al espejo y me encuentro idéntico al retrato anterior; pero con idea de estar más en carácter ¿qué he hecho? me he pintado un chirlo en la cara. Juan Palomo.
Object Description
Title | Juan Palomo, Año 4, Núm. 9-13, Marzo 1873 |
Translated Title | Juan Palomo, Year 4, Issue No. 9-13, March 1873 |
Variant Title | Juan Palomo, Semanario Satírico |
Contributor | Landaluze, Víctor Patricio de, 1828-1889 |
Note | Juan Palomo was illustrated by Cuban artist Victor P. de Landaluze. |
Subject | Cuban periodicals |
Genre | Periodicals |
Publication Date | 1873-03 |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Coverage Temporal | 1860-1869; 1870-1879 |
Coverage Spatial | Havana (Cuba) |
Physical Description | 1 periodical; 43 pages |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
Call Number | AP63 .J83x v.4:1-v.5:15 (Jan 1873-Apr 1874) |
OCLC No. | 437416713 |
Rights | This material is in the public domain in the United States. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Object ID | chc9998000107 |
Type | Text |
Description
Title | Page 1 |
Object ID | chc9998000107 |
Digital ID | chc99980001070001001 |
Full Text | REDACCION Y ADMINISTRACION : O’Reilly, 54, entre Habana y Gompostela. jPOLÍTICO Y ITERARIO. / DIBUJANTE CARICATURISTA: Víctor P. de Landaluce (D. Junipe ro). Año IV. PRECIOS DE SUSCRICION ENLA HABANA Un mes $ i ,, I Un año $ 10 ,, Seis meses $ 5-25 | Núm. sueito..- ,, 25 Habana 2 de Marzo de 1873. PRECIOS DE STJSCRI Tres meses $ 3-75 Seis meses $ 7 ,, CION EN INTERIOR. Un año $ 12-75 Núm. sueito $ ,, 30 Núm. 9. I SUMARIO: TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—Oiga usted, por Juan de A ustria.—Cisco, por Juan Perez—¡Hallazgo! ¡Hallazgo! por Juan Ito.—Escabeche de la Prensa, por Juan Vinagre.—Viaje á Méjico, sin quemar las naves, por Juan Palomo.— Frituras, por Juan de 'luanes. Justicia á la verdad.—Epístolas á Juan Palomo: de Nueva York, por John Bull.—Boceto á la pluma de don José C. Sorní, por Juan Cualquiera.—Cosas y casos |poesía] por Pedro María Barrera.- Cuentos de Manigua: El Chavalillo, por Juan Sin-Tierra.—Revoltillo teatral, por Juan Particular.—Sartenazos. CARICATURAS. — Por Don 'lunijero. MENESTRA SEMANAL. UE....P Ni un motín? El telégrafo se empeña en dar malos ratos á los hombres de orden que temen á Dios. ¡Ni un motín! Hasta en eso se conoce que los republicanos son gente cursi; politiquillos del tres al cuarto, que no tienen sobre qué caerse muertos. Sabido es que para las sublevaciones y asonadas se necesita dinero, mucho dinero; vaya, pues ni para eso tienen una peseta....! Cuando nosotros, los hombres de orden, armemos una, verá usted qué diferencia. Porque si los republicanos han conquistado el poder con discursos y por medio de votaciones legales, es porque no tienen dinero para otra cosa, ¡gente cursi! Nosotros entraremos como Dios manda, con bravura, mucha bravura! ¿Dónde se ha visto efectuar un cambio tan radical en las instituciones sin fusilar á nadie? Confieso que he sufrido un desengaño terrible. Hombre honesto, pacífico y crédulo por naturaleza, he venido leyendo dia por dia, desde hace muchos años, La Epoca, el Diario de la Malina y algunas páginas deí Breviario. Esta lectura ha nutrido mi espíritu y ha formado mi opinión. Aquellos periódicos tan formales y seriotes han sido las amas de cria de mi inteligencia. ‘El dia que los republicanos triunfen, decían, j?y nuestras esposas! ¡ay de nuestras madres! ¡ay c e nuestros Hijos!—El dia que la demagogia con-^uiste el poder, será el dia de la destrucción de la familia.” Hablaba Castelar, y yo me echaba después al co-eto un párrafo por el estilo siguiente: Mucha poesía! Pero Casteiar no comprende ^Ue esa poesía seduce á las masas inconscientes, las arrastra, y de ahí vendrá la destrucción de la familia, de las esposas, de los hijos, de los hijastros, etc., etc. —¿A usted la han destruido ya? le pregunté la otra tarde á una vecina mia, que está rolliza y colorada. Mi vecina, léjos de verse destruida, está contenta como una pascuas, porque su marido tiene un empleo en el ramo judicial, y con eso de la inamovilidad que el Gobierno decreta no tiene miedo á una cesantía. Yo creía, visto lo que me han enseñado los periódicos sesudos, que los republicanos empezarían á dar tajos y mandobles, á destruirlo todo, á comerse los unos á los otros... . pero nada, ¡ni un motín! ¡Qué desengaño tan cruel! Y, como yo, hay muchos que han creído de buena fé las predicaciones de los diarios conservadores. Les parece á Ustedes quemo estaría de más exigirles que nos devuelvan el dinero de la suscricion, ya que nos han engañado? Pero ha surgido ya un conflicto grave, que hace temblar al Diario de la Marina y á varios amigos suyos. Porque para ser político de talla, se necesita saber extremecerse á tiempo, y á tiempo también saber cerrar la bolsa para evitar las contingencias. Ha dicho el telégrafo que los gobiernos de provincia se repartirán por mitad entre republicanos y radicales, y que donde haya gobernador radical, se pondrá secretario republicano, y vice-versa. ¡Qué horror! El Diario de la Marina, que se afana por hacer que comprendan sus suscritores los despachos telegráficos, exclama: “Pié ahí el primer conflicto: ya existe el dualismo.” Otro cualquiera, por ejemplo, un liberalote de esos sin conciencia y sin una gran cruz, cuando mé-nos, hubiera creído ver en ese arreglo amistoso un síntoma de avenencia entre dos partidos, una fusión sincera entre los hombres de distintos bandos; pero buen tonto sería pensar en semejante cosa. Después de la revolución de Setiembre, se repartieron los gobiernos y secretarías de igual modo, entre progresistas, unionistas y republicanos. Al subir al poder los sagastinos, se adoptó igual sistema entre progresistas y unionistas. Y entonces no era de temer ningún conflicto; pero ahora sí, ¡no sean ustedes bobos! ahora sí. Entre los gobernadores y sus secretarios no podría existir más que el terror. Seguro estoy de que habrá gobernador radical que al presentársele el secretario republicano le pregunte pálido y tembloroso: —¿Es usted antropófago? Nuevo conflicto! Dice el telégrafo que el cambio de la administración, de monarquía á república, se hará tranquilamente. Allává la explicación del Diario de la Marina: uSe hará, luego no se ha hecho, luego todo es interino?. ... ¡Sí, señor, interino! Ya lo vé usted, los mismos republicanos lo confiesan.... ¡Oh momento feliz.... Saca la bota, Bartolo. La gente torpe creía que cuando un ministerio sustituye á otro, lo que cambiaba de sopetón era la política, pero el cambio de la administración, de esas ruedas que forman la gobernación del Estado, se iba haciendo luego paulatinamente, modificando hoy ésto y mañana lo otro. Así lo creíamos, y por lo tanto no le encontramos nada de particular al telegrama, sino la consoladora esperanza de que habría orden y sosiego en tan radical transformación. Pero ¡no sean ustedes bobos! si piensan de esa manera, ¿qué motivo ha de haber para alarmarse y temblar?.... Lo importante es que tiemble la gente. ¡Cuidado que saben ustedes poco de diplomacia! .... Atención! Dijo el telégrafo que don José Olózaga se había visto obligado á declarar que él redactó el mensaje de la abdicación. Y exclama el Diario: “Tuvo que hacer esa declaración? pues eso. debe ser que pasa algo sobre el particular.” ¡Qué penetración! “En cuanto yo vi que le faltaba un ojo á aquel toro corniabierto y retinto, dije: ese toro es tuerto” decía un taurómaco profundo. Se cree que después de aquel descubrimiento subirán las acciones del Diario de la Marina. Han pasado los Carnavales con bastante animación. —Se ha divertido usted, vecina? —Sí, señor, muchísimo. —¿Ha estado usted en el paseo, en los bailes, en el teatro de Albisu? —No, señor, no he salido de casa. —Pues entonces, ¿cómo se ha divertido usted tanto? —He leído el Diario de la Marina y sus comentarios á los telegramas. Concluiré diciendo á ustedes cómo son los republicanos, tal como yo he podido entender. Los republicanos tienen el cútis curtido y lleno de manchas, cara de traidor, ojos atravesados, si tiene alguno la fortuna de ser tuerto ¡mejor! la barba crespa y muy sucia, ¡lo sucio es de rigor! los cabellos de punta, malas maneras y figura groserota. Yo me he visto al espejo y me encuentro idéntico al retrato anterior; pero con idea de estar más en carácter ¿qué he hecho? me he pintado un chirlo en la cara. Juan Palomo. |
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