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Año V. | PRECIOS DE 3T7SCRICION ENLAHAB ANA ' Un mes......$ i ,, Un año.........$ 10 ,, I Seis meses...$5-25 Núm. suelto______ ,, 25 ¡ Habana A de Enero de 187A. PRECIOS DE ST7SCRICION EN INTERIOR. Tres meses---$ 3—75 Un año.........$ 12^75 Seis meses.--$7,, Núm.sueito_______$ ,, 30 Núm I. STJ uVI-ARIO TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—-Problemas resueltos^ por Joan Perez.—Cxisejos para 1874, por Juan di A asina.—Géneros de avería, poesía, por Juan Diente.—Frituras, por Juan de Juanes.— Juicio del añe, pee;U, por Juan de la; Viñas,—Los polos opuestos, por Cotarelo.—Revoltillo teatral, por Juan Centellas.—Cuentos de Maniguá: El Número Trece, por Juan Sm-Tierra.—Sartenazos.—Geroglífico. CARICATURAS.—Por Don Junípero. MENESTRA SEMANAL. o quisiera tener esa facilidad asombrosa, esa paleta con tan vivos colores que posee el Diario de la Marina, para explicar, comentar y embellecer los despachos telegráficos de la Península que __________1 la. Hoy más que nun- Ca desearía yo encontrar á mano esos ingredientes proPÍos del colega de la calle de San Ignacio, por-re c°nñeso que algunos de los telegramas recibi-f°s en e^ta semana me han dejado turulato. ^guro estoy de que el órgano del Apostadero 0 Participará de mis dudas y tribulaciones. ¡ClaQ está! él coge un telegrama de esos qué dan a noticia extraña, de la cual no hay antecente al-Uno de ^os telegramas, no solamente confu-pr en fondo, sino mal traducidos aquí por la Qos T asocaa(^a> y miéntras los simples mortales el .yaPamos los sesos para descifrar el enigma, tñunf1(5<^° maranero se sonríe con la sonrisa del ^ mira con lástima á unos cuantos millares de üna i08 que estamos en Babia y sin entender p°r pa*abra, y después de pasear su superioridad a redaccion Y sus caHes limítrofes, dá jando ]Sue^taa sus sentimientos caritativos, y rao-a.plumi en el tintero, traza en el papel una gcion admirable. í^sto ] aSj ^os m*0> °lue al la lo del genio has °s sentimientos human i arios! mm DfiJ. ,dné explicación! m°do pinta las cosas el Diario de la Ma-^ tales colores presenta los cuadros, de tal W el j esrnenuza lo quo parece más complicado, ^i^ac‘Ct°r no Puede mén >s de identificarse con 0n y con los personajes. Habla, por ejemplo, el telégrafo del general Ser rano, y el feliz periódico explica con tanta claridad las concisas palabras del cable, que está uno viendo materialmente al general acabando, á toda prisa, de almorzar una costilla con patatas, para ir á encargarse del poder ó para asistir á una reunión, en la que ha de quedar fijado el porvenir de la Pátria. Y con tal verdad presenta las cosas, que el lector ménos perspicaz puede comprender, al primer golpe de vista, hasta cuanto le ha costado al cocinero el par de huevos que se ha comido en tertulia el señ >r duque. Porque ¡es indudable! la lógica del Diario de la Marina, hasta aplicada á las tortillas con patatas, es lógica; pero lógica contundente. , Lo bueno es que con tantas explicaciones aún no he dicho qué telegrama es el que yo encuentro más oscuro que las sesiones que se están dando en el teatro de Albisu. Allá vá. Asegura el corresponsa1 del Herald en Madrid que al reunirse las Córt-socupará Serrano el poder, y entonces Inglaterra, Italia y F.anoia reconocerán la República Española. Aquí te quiero, escopeta. Yo tengo necesidad de creer que es cierto lo que expresa el despacho: y lo creo por tres cosas: primera, porque lo dice un corresponsal del Herald; segunda, porque sí, y tercera, porque no lo ha desmentido el Diario de la Marina. Las tres razones son de peso; por consiguiente, las cargo sobre mis hombros, cierro los párpados, creo, y callo. Pero aunque yo esté convencido de la verdad, quiero explicarme por qué y de qué modo vá á ocurrir el suceso profetizado por el corresponsal del Herald. Vamos á ver si doy en el quid. Se teme que la Asamblea derrote al ministerio Castelar, porque la mayoría no está conforme, según parece, con que el gobierno se incline tanto al lado conservador. ¡Hombre! pues si por conservaior cae Castelar, cómo se explica que el Congreso eleve al poder al jefe de los conservadores? Ahora es cuando yo necesito la perspicacia del Diario de la Marina: porque lo anunciado por el corresponsal del Herald s ice lera irremisiblemente; ¡cómo no! los corresponsales del gran perió licoson los profetas Elias al estilo moderno, y yo no acierto á explicar el misterio. Ciertos nombramientos recaídos en personajes unionistas han disgustado á los amigos del gabinete: y esos amigos, para vengarse de Castelar, se conoce que han dicho para sí: —tú nos fastidiaste dándonos conservadores á todo pasto, pues ahora vas á fastidiarte tú, pues hasta el Presidente del Poder Ejecutivo ha de ser conservador. Si no es esa lo razón, yo no encuentro otra, y por consecuencia, ruego á usted, público respetable, que me conceda un plazo de quince dias, nada más que de quince dias, para reflexionar sobre el asunto y ver si puedo hallar otra explicación más satisfactoria. Oh! si yo tuviera las luces del Diario de la Marina! ¿Quién me tosía? ¡Qué gasómetro ni qué ocho cuartos! La crisis eonómica sigue en estudio, con la calma que requiere un asunto que no corre ninguna prisa. Un amigo de formar estadísticas ha calculado que para leer—sólo para leer—todos los proyectos que se han escrito, necesitaría un hombre de buena vista y me Canamente gordo, nueve años, once meses, veinticinco dias, siete horas y cincuenta y un» segundos. Por consiguiente, cójase usted de mi brazo, sus-critor amable, y vam os á dar un paseo miéntras se acaba la lectura. El otro dia se discutió en junta el proyecto de la comisión y se levantó á impugnarlo una voz. Una voz argentina—es decir, ex-argentina, porque ya no queda ni plata—una voz tan grata como un billete de cinco centavos, y llamó imbéciles á los autores del proyecto y puso como ropa de pascua á medio mundo. En cuanto el oro lo supo, se extremeció tanto que ha subido al noventa por ciento. ¡Si será sensible! ¡A noventa por ciento! Es decir, que le falta subir un noquirritito para que la crisis económica dé el do de pecho. En cuanto lo de, que será cuando llegue al ciento por ciento, pediremos que se repita, como el ¡madre infelice! de Tamberlick. Al entrar el año nuevo se han subido los comestibles, las casas, los hope lujes ¡todo! Los únicos que no subimos y c mtinuamos con los piés pegaditos al suelo, somos los que no especulamos en nada. De manera qie pronto nos pisará como á los que desde algunas calles de Nueva York ven marchar el ferrocarril aéreo. Ireims tranquilos por la calle, viendo á la altura de los tejados las bodegis, las tiendas de ropas, las carnicerías--- y el demonio que las alcance con la mano. Pasó el dia 2 de Enero, ¡el dia terrible anunciado por los profetas y por los periódicos más importantes de la Habana! y cuando esperábamos, ver cómo caían los republicanos muertos de repente, no ha ocurrido nada q íe digno de contar sea. ¡Qué desencanto! ¿Será que se habrá descompuesto la maquinaría para la tramoya ó que ao estarían pintados, los telones para el tablean final? Juan Palomo.
Object Description
Title | Juan Palomo, Año 5, Núm. 1-4, Enero 1874 |
Translated Title | Juan Palomo, Year 5, Issue No. 1-4, January 1874 |
Variant Title | Juan Palomo, Semanario Satírico |
Contributor | Landaluze, Víctor Patricio de, 1828-1889 |
Note | Juan Palomo was illustrated by Cuban artist Victor P. de Landaluze. |
Subject | Cuban periodicals |
Genre | Periodicals |
Publication Date | 1874-01 |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Coverage Temporal | 1860-1869; 1870-1879 |
Coverage Spatial | Havana (Cuba) |
Physical Description | 1 periodical; 32 pages |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
Call Number | AP63 .J83x v.4:1-v.5:15 (Jan 1873-Apr 1874) |
OCLC No. | 437416713 |
Rights | This material is in the public domain in the United States. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Object ID | chc9998000117 |
Type | Text |
Description
Title | Page 1 |
Object ID | chc9998000117 |
Digital ID | chc99980001170001001 |
Full Text | Año V. | PRECIOS DE 3T7SCRICION ENLAHAB ANA ' Un mes......$ i ,, Un año.........$ 10 ,, I Seis meses...$5-25 Núm. suelto______ ,, 25 ¡ Habana A de Enero de 187A. PRECIOS DE ST7SCRICION EN INTERIOR. Tres meses---$ 3—75 Un año.........$ 12^75 Seis meses.--$7,, Núm.sueito_______$ ,, 30 Núm I. STJ uVI-ARIO TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—-Problemas resueltos^ por Joan Perez.—Cxisejos para 1874, por Juan di A asina.—Géneros de avería, poesía, por Juan Diente.—Frituras, por Juan de Juanes.— Juicio del añe, pee;U, por Juan de la; Viñas,—Los polos opuestos, por Cotarelo.—Revoltillo teatral, por Juan Centellas.—Cuentos de Maniguá: El Número Trece, por Juan Sm-Tierra.—Sartenazos.—Geroglífico. CARICATURAS.—Por Don Junípero. MENESTRA SEMANAL. o quisiera tener esa facilidad asombrosa, esa paleta con tan vivos colores que posee el Diario de la Marina, para explicar, comentar y embellecer los despachos telegráficos de la Península que __________1 la. Hoy más que nun- Ca desearía yo encontrar á mano esos ingredientes proPÍos del colega de la calle de San Ignacio, por-re c°nñeso que algunos de los telegramas recibi-f°s en e^ta semana me han dejado turulato. ^guro estoy de que el órgano del Apostadero 0 Participará de mis dudas y tribulaciones. ¡ClaQ está! él coge un telegrama de esos qué dan a noticia extraña, de la cual no hay antecente al-Uno de ^os telegramas, no solamente confu-pr en fondo, sino mal traducidos aquí por la Qos T asocaa(^a> y miéntras los simples mortales el .yaPamos los sesos para descifrar el enigma, tñunf1(5<^° maranero se sonríe con la sonrisa del ^ mira con lástima á unos cuantos millares de üna i08 que estamos en Babia y sin entender p°r pa*abra, y después de pasear su superioridad a redaccion Y sus caHes limítrofes, dá jando ]Sue^taa sus sentimientos caritativos, y rao-a.plumi en el tintero, traza en el papel una gcion admirable. í^sto ] aSj ^os m*0> °lue al la lo del genio has °s sentimientos human i arios! mm DfiJ. ,dné explicación! m°do pinta las cosas el Diario de la Ma-^ tales colores presenta los cuadros, de tal W el j esrnenuza lo quo parece más complicado, ^i^ac‘Ct°r no Puede mén >s de identificarse con 0n y con los personajes. Habla, por ejemplo, el telégrafo del general Ser rano, y el feliz periódico explica con tanta claridad las concisas palabras del cable, que está uno viendo materialmente al general acabando, á toda prisa, de almorzar una costilla con patatas, para ir á encargarse del poder ó para asistir á una reunión, en la que ha de quedar fijado el porvenir de la Pátria. Y con tal verdad presenta las cosas, que el lector ménos perspicaz puede comprender, al primer golpe de vista, hasta cuanto le ha costado al cocinero el par de huevos que se ha comido en tertulia el señ >r duque. Porque ¡es indudable! la lógica del Diario de la Marina, hasta aplicada á las tortillas con patatas, es lógica; pero lógica contundente. , Lo bueno es que con tantas explicaciones aún no he dicho qué telegrama es el que yo encuentro más oscuro que las sesiones que se están dando en el teatro de Albisu. Allá vá. Asegura el corresponsa1 del Herald en Madrid que al reunirse las Córt-socupará Serrano el poder, y entonces Inglaterra, Italia y F.anoia reconocerán la República Española. Aquí te quiero, escopeta. Yo tengo necesidad de creer que es cierto lo que expresa el despacho: y lo creo por tres cosas: primera, porque lo dice un corresponsal del Herald; segunda, porque sí, y tercera, porque no lo ha desmentido el Diario de la Marina. Las tres razones son de peso; por consiguiente, las cargo sobre mis hombros, cierro los párpados, creo, y callo. Pero aunque yo esté convencido de la verdad, quiero explicarme por qué y de qué modo vá á ocurrir el suceso profetizado por el corresponsal del Herald. Vamos á ver si doy en el quid. Se teme que la Asamblea derrote al ministerio Castelar, porque la mayoría no está conforme, según parece, con que el gobierno se incline tanto al lado conservador. ¡Hombre! pues si por conservaior cae Castelar, cómo se explica que el Congreso eleve al poder al jefe de los conservadores? Ahora es cuando yo necesito la perspicacia del Diario de la Marina: porque lo anunciado por el corresponsal del Herald s ice lera irremisiblemente; ¡cómo no! los corresponsales del gran perió licoson los profetas Elias al estilo moderno, y yo no acierto á explicar el misterio. Ciertos nombramientos recaídos en personajes unionistas han disgustado á los amigos del gabinete: y esos amigos, para vengarse de Castelar, se conoce que han dicho para sí: —tú nos fastidiaste dándonos conservadores á todo pasto, pues ahora vas á fastidiarte tú, pues hasta el Presidente del Poder Ejecutivo ha de ser conservador. Si no es esa lo razón, yo no encuentro otra, y por consecuencia, ruego á usted, público respetable, que me conceda un plazo de quince dias, nada más que de quince dias, para reflexionar sobre el asunto y ver si puedo hallar otra explicación más satisfactoria. Oh! si yo tuviera las luces del Diario de la Marina! ¿Quién me tosía? ¡Qué gasómetro ni qué ocho cuartos! La crisis eonómica sigue en estudio, con la calma que requiere un asunto que no corre ninguna prisa. Un amigo de formar estadísticas ha calculado que para leer—sólo para leer—todos los proyectos que se han escrito, necesitaría un hombre de buena vista y me Canamente gordo, nueve años, once meses, veinticinco dias, siete horas y cincuenta y un» segundos. Por consiguiente, cójase usted de mi brazo, sus-critor amable, y vam os á dar un paseo miéntras se acaba la lectura. El otro dia se discutió en junta el proyecto de la comisión y se levantó á impugnarlo una voz. Una voz argentina—es decir, ex-argentina, porque ya no queda ni plata—una voz tan grata como un billete de cinco centavos, y llamó imbéciles á los autores del proyecto y puso como ropa de pascua á medio mundo. En cuanto el oro lo supo, se extremeció tanto que ha subido al noventa por ciento. ¡Si será sensible! ¡A noventa por ciento! Es decir, que le falta subir un noquirritito para que la crisis económica dé el do de pecho. En cuanto lo de, que será cuando llegue al ciento por ciento, pediremos que se repita, como el ¡madre infelice! de Tamberlick. Al entrar el año nuevo se han subido los comestibles, las casas, los hope lujes ¡todo! Los únicos que no subimos y c mtinuamos con los piés pegaditos al suelo, somos los que no especulamos en nada. De manera qie pronto nos pisará como á los que desde algunas calles de Nueva York ven marchar el ferrocarril aéreo. Ireims tranquilos por la calle, viendo á la altura de los tejados las bodegis, las tiendas de ropas, las carnicerías--- y el demonio que las alcance con la mano. Pasó el dia 2 de Enero, ¡el dia terrible anunciado por los profetas y por los periódicos más importantes de la Habana! y cuando esperábamos, ver cómo caían los republicanos muertos de repente, no ha ocurrido nada q íe digno de contar sea. ¡Qué desencanto! ¿Será que se habrá descompuesto la maquinaría para la tramoya ó que ao estarían pintados, los telones para el tablean final? Juan Palomo. |
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