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El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza u otra: dígase hombre y ya se dicen todos los derechos.-José Marti. AGOSTO DE 1956 AÑO V — NUM. 56 "MAIMONIDES" G y 21, Vedado Habana, Cuba Suscripción anual: $1.20 Precio: $0.10 el número BENE BERITH FRAGMENTOS REVISTA MENSUAL — Tirada: 3,000 ejemplares. Talleres: Imp. BONDAR Obrapía No. 362 Director: Marco Pitchon © Administrador: Maximiliano Weiss Inscripta como correspondencia de segunda clase en la Administración de Correos de la Habana. DAR DE SI En una de esas asambleas en las que nos reunimos los masones para hacer resaltar las virtudes y méritos de un masón bueno, celebróse la memoria de Don Enrique Llansó Simoni. Se efectuó el Acto en la Logia "Silencio" conjuntamente con las Logias "Washington" y "Llansó" el 5 de Julio ppdo. Don Enrique Llansó Simoni fué un hombre extraordinario, bondadoso al extremo, constantemente preocupado por servir a los demás. Hace ya 24 años que falleció, y aún se le recuerda y se le cita como ejemplo. Entre sus obras de gran mérito sobresale el asilo "La Misericordia", hoy "Hogar Nacional Masónico Llansó". Mientras escuchaba los discursos, mi mente se llenó de reflexiones; me pregunté: ¿Porqué será que no abundan en el mundo personas de esa índole, bondadosas, serviciales, en constante función de hacer el bien; la vida sería mucho mejor para todos. José Martí, que fué el hombre bueno por excelencia, expresó: "El bien que en una parte se siembre, es semilla que en todas partes fructifica". El reverso del hombre de bien es el egoísta. Los que damos algún tiempo a los asuntos sociales y en ocasiones hemos estado en diligencias de recolecta para alguna obra de bien, hemos tenido que luchar con esos hombres que sólo miran hacia sí, no saben desprenderse de nada. Es inútil insistir y solamente logra uno descorazonarse. Es un ser desdichado que se encuentra en¡ todas partes. Un amigo mío, gentil, que es autor de una iniciativa para la erección de un monumento conmemorativo, se quejaba amargamente de la resistencia a contribuir que encontraba por parte de algunos hombres de dinero, que podían y debían pero no querían contribuir para que el proyecto fuera realidad; yo lo consolé diciéndole que así ocurre en todas partes y que no obstante esas abstenciones, la obra se realizaría como él quería, pues los hombres buenos y generosos suplen finalmente a los que desertan del deber. Conozco un hombre, quien cuando era joven, aunque de recursos modestos, contribuía con su óbolo y con su esfuerzo personal a obras sociales, pero con el tiempo la fortuna le favoreció y hoy, con propiedades y una vida desahoga- da, niega su concurso en todo sentido; se ha dado de baja de instituciones benéficas y hasta de una sociedad cuya cuota es de solo un peso mensual alegando que es "ya demasiado contribuir", (sinceramente, si Dios me hace rico algún día y se me va a endurecer el corazón, prefiero no serlo nunca). El Apóstol Martí clavó certeramente en la picota a los egoístas en esta forma: "No hay más viejos que los egoístas; el egoísta es dañino, enfermizo, envidioso, desdichado y cobarde". Así mismo es. El egoísta es efectivamente dañino a la sociedad, pues con su actitud, a más de negativa, da lugar a que otros se inclinen a imitarlo en lo de no dar. Son desdichados porque no conocen la íntima satisfacción de servir a lo^ demás, el estado de felicidad permanente que se crea uno al practicar el bien en todo momento. Los egoístas terminan su vida sin conocer esa satisfacción y no saben la aureola negativa, deprimente que se crean en su derredor; quizás lo saben y no les importa. Hace algún tiempo, yo presidía una institución que al igual que Bené Berith Maimónides, tenía establecido que cuando falleciere un socio, a la sesión siguiente se pronunciara su panegírico. Pues bien, hubo un caso de uno de los miembros que falleció y para el cual no se encontraba un amigo que quisiera pronunciar unas palabras en su memoria; no se le encontraba, porque nadie tenía algo que decir en su favor; el desaparecido no fué malo, pero no hizo el bien, negó su contribución a todo, aunque le sobraba el dinero. Nadie quería recordarlo. Triste epílogo de una vida; una vida que es corta y todo, todo lo material lo dejamos aquí. Se debe ayudar, dar de si en beneficio de los demás y ayudar con dinero y con el esfuerzo personal. No se cumple a cabalidad con el deber de solidaridad humana si, a más de la contribución material, no se brinda también algún esfuerzo personal. "Yo no sé que haya gusto mayor que servir a los demás", José Martí. Bené Berith celebró su sesión mensual el (segundo) miércoles 11 de Julio ppdo. Asistencia 25 miembros y 14 visitantes. Se aprobó un
Object Description
Title | Fragmentos: revista mensual, Año 5, Núm. 56, Agosto de 1956 |
Variant Title | Fragmentos |
Note | Caption title |
Subject |
Jews -- Cuba -- Periodicals Cuba -- 20th century -- Periodicals Cuba -- Social life and customs -- Periodicals |
Genre | Periodicals |
Publisher | Maimonides |
Publication Date | 1956-08 |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Coverage Temporal | 1950-1959 |
Coverage Spatial | Cuba |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
Call Number | F1789.J4 F73 v.5:49-60 (Jan-Dec 1956) + suppl. |
OCLC No. | 782121669 |
Rights | This material is protected by copyright. Copyright is held by the creator. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/InC/1.0/ |
Object ID | chc9998000234 |
Type | Text |
Description
Title | Page 1 |
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Digital ID | chc99980002340001001 |
Full Text | El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza u otra: dígase hombre y ya se dicen todos los derechos.-José Marti. AGOSTO DE 1956 AÑO V — NUM. 56 "MAIMONIDES" G y 21, Vedado Habana, Cuba Suscripción anual: $1.20 Precio: $0.10 el número BENE BERITH FRAGMENTOS REVISTA MENSUAL — Tirada: 3,000 ejemplares. Talleres: Imp. BONDAR Obrapía No. 362 Director: Marco Pitchon © Administrador: Maximiliano Weiss Inscripta como correspondencia de segunda clase en la Administración de Correos de la Habana. DAR DE SI En una de esas asambleas en las que nos reunimos los masones para hacer resaltar las virtudes y méritos de un masón bueno, celebróse la memoria de Don Enrique Llansó Simoni. Se efectuó el Acto en la Logia "Silencio" conjuntamente con las Logias "Washington" y "Llansó" el 5 de Julio ppdo. Don Enrique Llansó Simoni fué un hombre extraordinario, bondadoso al extremo, constantemente preocupado por servir a los demás. Hace ya 24 años que falleció, y aún se le recuerda y se le cita como ejemplo. Entre sus obras de gran mérito sobresale el asilo "La Misericordia", hoy "Hogar Nacional Masónico Llansó". Mientras escuchaba los discursos, mi mente se llenó de reflexiones; me pregunté: ¿Porqué será que no abundan en el mundo personas de esa índole, bondadosas, serviciales, en constante función de hacer el bien; la vida sería mucho mejor para todos. José Martí, que fué el hombre bueno por excelencia, expresó: "El bien que en una parte se siembre, es semilla que en todas partes fructifica". El reverso del hombre de bien es el egoísta. Los que damos algún tiempo a los asuntos sociales y en ocasiones hemos estado en diligencias de recolecta para alguna obra de bien, hemos tenido que luchar con esos hombres que sólo miran hacia sí, no saben desprenderse de nada. Es inútil insistir y solamente logra uno descorazonarse. Es un ser desdichado que se encuentra en¡ todas partes. Un amigo mío, gentil, que es autor de una iniciativa para la erección de un monumento conmemorativo, se quejaba amargamente de la resistencia a contribuir que encontraba por parte de algunos hombres de dinero, que podían y debían pero no querían contribuir para que el proyecto fuera realidad; yo lo consolé diciéndole que así ocurre en todas partes y que no obstante esas abstenciones, la obra se realizaría como él quería, pues los hombres buenos y generosos suplen finalmente a los que desertan del deber. Conozco un hombre, quien cuando era joven, aunque de recursos modestos, contribuía con su óbolo y con su esfuerzo personal a obras sociales, pero con el tiempo la fortuna le favoreció y hoy, con propiedades y una vida desahoga- da, niega su concurso en todo sentido; se ha dado de baja de instituciones benéficas y hasta de una sociedad cuya cuota es de solo un peso mensual alegando que es "ya demasiado contribuir", (sinceramente, si Dios me hace rico algún día y se me va a endurecer el corazón, prefiero no serlo nunca). El Apóstol Martí clavó certeramente en la picota a los egoístas en esta forma: "No hay más viejos que los egoístas; el egoísta es dañino, enfermizo, envidioso, desdichado y cobarde". Así mismo es. El egoísta es efectivamente dañino a la sociedad, pues con su actitud, a más de negativa, da lugar a que otros se inclinen a imitarlo en lo de no dar. Son desdichados porque no conocen la íntima satisfacción de servir a lo^ demás, el estado de felicidad permanente que se crea uno al practicar el bien en todo momento. Los egoístas terminan su vida sin conocer esa satisfacción y no saben la aureola negativa, deprimente que se crean en su derredor; quizás lo saben y no les importa. Hace algún tiempo, yo presidía una institución que al igual que Bené Berith Maimónides, tenía establecido que cuando falleciere un socio, a la sesión siguiente se pronunciara su panegírico. Pues bien, hubo un caso de uno de los miembros que falleció y para el cual no se encontraba un amigo que quisiera pronunciar unas palabras en su memoria; no se le encontraba, porque nadie tenía algo que decir en su favor; el desaparecido no fué malo, pero no hizo el bien, negó su contribución a todo, aunque le sobraba el dinero. Nadie quería recordarlo. Triste epílogo de una vida; una vida que es corta y todo, todo lo material lo dejamos aquí. Se debe ayudar, dar de si en beneficio de los demás y ayudar con dinero y con el esfuerzo personal. No se cumple a cabalidad con el deber de solidaridad humana si, a más de la contribución material, no se brinda también algún esfuerzo personal. "Yo no sé que haya gusto mayor que servir a los demás", José Martí. Bené Berith celebró su sesión mensual el (segundo) miércoles 11 de Julio ppdo. Asistencia 25 miembros y 14 visitantes. Se aprobó un |
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