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REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: O'Reilly, 54, entre Habana y Compostela. Político y jterario. DIBUJANTE CARICATURISTA: Víctor P. de Landaluze (D. Junípero.) Año V. PRECIOS DE STJSCRICION ENLA HABANAj $ io , Un mes $ i ,, I Seis meses $ 5-25 j Un año , Núm. sueito. 25 Habana Io de Febrero de 1874. ¡PRECIOS DE STJSCRICION EN INTERIOR. I ¡Tres meses $ 3-75 ¡Seis meses $ 7 ,, Un año 1$ 12-75 Núm. sueito $'„ 30 Núm 5. STJJVXAJRIO: TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—Otra vez don Fermín, por Juan Pérez.—Confesión, poesía, por Juan Centellas.— Convicto y confeso, por Juan de Atístria.—El Mundo, poesía, por F. Moja y Bolívar.—Cosas del dia, por Juan Diente.—Receta, poesía, por Juan Cualquiera.— Epístolas á Juan Palomo: vde Nueva York, por John Bitll.—La Africana, por Juan Tenorio.—Monólogo de un desocupado, por el otro Juan.—Tipos y topos, por M. Ramos Carrion.—Sartenazos. —Geroglífico.—Boletín bibliográfico. CARICATURAS.—Por Don junípero. MENESTRA SEMANAL. E lo dicho no hay nada! ¡Por vida de ! Hemos pasado una semana haciendo conjeturas sobre lo de Santander, y discurrí riendo cómo habia pasado la cosa, y hasta gastando saliva en referir con pelos y señales la entrada de los carlistas y el efecto que produjo su aire de ^co en las santanderinas, cuando ei telégrafo viene á decirnos que todo fué grilla ¡Parece imposible que se pueda mentir con ese descaro, tratándose de una cosa tan santa! ¿Quién ha dado la noticia?—Los carlistas, ¡claro está! porfíe no se comprende que ios republicanos (¿somos aun republicanos?) inventasen una nueva tan favorable á sus enemigos. Entonces, quiere decir, jimios carlistas ¡Jesús, María y José! Quién habia de pensar que fuesen capaces de mentir esos hombres que, según ellos dicen, y yo creo, están más Cerca de Dios que ninguno de los mortales; que tie- Gen todo el apoyo de la Santa Madre Iglesia y que s?ft tan religiosos, ¡tan religiosos! que sólo por ser- vtt bien á Dios le pegan fuego á una casa, ó por las j^nos beatíficas de un padre (metafóricamente liando), de un padre cura le encajan un tiro á cual- ^Ulera liberal, que lo parte por en medio! ¡Mentir los carlistas! Ahora me explico por qué dicen que es carlista 1(1 Voz de Cuba. hablar de estas cosas y comete irreverencias. Y en seguidita freiremos á media población de la isla de Cuba. Todo aquel que no sea suscritor á nuestro periódico; el que no oiga misa todos los dias—y no por lo que la misa representa, sino porque allí se vé quién entra y quién sale, y se puede sorprender en los rostros lo que pasa en el interior de las personas;—y el que no haya tenido relaciones con dos amas de cura, cuando menos, será quemado por hereje. En fin, el cuento de la lechera. Ingenuamente declaro que deseo la reaparición del|peiiód\co de Cienfuegos, que en su desgracia habrá podido aprender lo que puede esperarse de ciertas individualidades. Sé yo de un periódico, muy amigo mio, y que Pira á heredarme, según las ganas que tiene de ^e me muera, que estaba ya formando sus planes Rra el dia del triunfo. <^Ya están en Sa tauder, decía; en un periquete ^Plantan en Madrid, y por consiguiente, cogeré- 1 0s aquí la sartén, por el mango. Lo primerito que t^r m°S sera fundar aqrá la inquisición la San- lnquisicion: vá uno perdien lo la costumbre de El Diario de Cienfuegos ha dejado de publicarse por no haber podido reunir los quinientos pesos para el depósito. ¡Lagrimas, corred! No voy á mapifestar alegría por la muerte de aquel colega. Sinceramente digo que le siento. El Diario de Cienfuegos era un periódico sensato, y aunque yo no podia estar conforme con sus ideas, sin embargo, reconocía sus buenos deseos, y he creido siempre que era útil su publicación. Algunas veces se fué por los Cerros de Ubeda, pero ¡qué diantre! sabido es que los perió lieos conservadores necesitan de cuando en cuando meter barullo y declamar con voz hueca para poder vivir. Lamento la falta del adversario leal, y al propio tiempo no será malo hacer constar la ingratitud de los hombres, cuyos intereses é ideas ha defendido con calor el Diario de Cienfuegos. Abre los ojos, ¡oh joven amable! si piensas sentar plaza de conservador, como los que por aquí se estilan. Ei Diario ha puesto sus fuerzas, su inteligencia, su nombre en la lucha, y cuando ba llegado un momento de apuro ¡se acabaron los amigos! Porque estos conservadores son délo más curioso que yo he visto. Nosotros somos los más, gritan con voz de trueno. Somos los mejores. Somos los más bonitos. Tenemos más pesetas que nadie. ¡Quién nos tose! Todo eso dicen, y si se miran las cosas con frialdad, se vé que no pueden sostener un periódico, á excepción del Diario de la Marina. La Constancia murió en medio de una glacial in* diferencia. La Voz de Caba, sabido es que se sostiene porque unos cuantos amigos cubren el déficit. Pancho Toymil aún sigue publicándose, pero los caseros podrán informar. El Diario de la Marina ha tenido que subir el precio de suscricion. ¡Cáspita! para qué entonces tanto de somos los que tenemos más pesetas, y atamos los perros con longanizas, y nos desayunamos con monedas de á cinco duros, y escupimos por el colmillo onzas mejicanas? ¡Me quiere usted decir! ¿Ustedes saben que la comisión que entiende en el estudio de la situación financiera ha terminado sus trabajos? Sí; ya se publicó el informe. ¡Ya nadie se acuerda! Cayó como de las nubes y todo el mundo lo ha visto como quien oye llover. Los diarios conservadores, que estaban obligados por gratitu i y otros excesos á defender la obra, se callan como muertos. El Diario de la Marina, después de mucho tiempo, se ha desembozado un poco del manto en que está envuelto y ha soltado una andanada al proyecto de la comisión. El decano hace pinito5? de independencia desde que ha visto que ha vuelto á ía vaina el sable de caballería. Pero no le arriendo la ganancia, si no lo aplaude todo. ¿Me quieren ustedes decir si los periódicos conservadores tienen otra misión que aplaudir á los amigos? Si no es así, agradeceré que me saquen ustedes de mi error y prometo devolver elJ dinero al que me ha dado la noticia. Por lo demás, la semana se ha pasado bastante tranquila. Ya sabemos que Topete ha vuelto á Madrid y que el gobierno vá á pasar una nota á las potencias; ¿qué nos importa, pues, ni el altojprecio deí^ oro ni la desaparición del tenor Veratti? Poraue, es el caso, que un tenor bastante gordi- to, se traspapeló el miércoles por ía noche. Busca por aquí, busca por allá; el extraviado no parecía. El público ocupaba sus localidades en el teatro de Tacón, la hora de empezar habia pasado y la empresa iba con una luz buscando dentro de los escaparates, en los cajones de las mesas, en los baúles, hasta en los bolsillos del chaleco, al tenor, y el tenor hizo eclipse total. El presidente se puso fosco y mandó que metiesen en la cárcel al fugitivo. La empresa mandó á paseo á los espectadores y no hubo función. De suerte que el mejor dia esperamos ver que sale á la escena á cantar un aria el tenor entre dos guardias civiles. ¡Bendito sea Dios! como no tenemos nada que hacer ni en qué pensar, nos dedicaremos á perseguir tenores por mandato del presidente del teatro y á perseguir cura liberales por orden de La Yoz. de Cuba. ¡Bendito sea Dios! ■?•> \. Juan Palomo.
Object Description
Title | Juan Palomo, Año 5, Núm. 5-8, Febrero 1874 |
Translated Title | Juan Palomo, Year 5, Issue No. 5-8, February 1874 |
Title Variation | Juan Palomo, Semanario Satírico |
Contributors | Landaluze, Víctor Patricio de, 1828-1889 |
Note | Juan Palomo was illustrated by Cuban artist Victor P. de Landaluze. |
Subject | Cuban periodicals |
Genre | Periodicals |
Publication Date | 1874-02 |
Publication Place | Havana (Cuba) |
Coverage Temporal | 1860-1869; 1870-1879 |
Coverage Spatial | Havana (Cuba) |
Physical Description | 1 periodical; 31 pages |
Language | spa |
Repository | University of Miami. Library. Cuban Heritage Collection |
Collection Title | CHC Periodicals |
Collection No. | CHC9998 |
Call Number | AP63 .J83x v.4:1-v.5:15 (Jan 1873-Apr 1874) |
OCLC No. | 437416713 |
Rights | This material is in the public domain in the United States. For additional information, please visit: http://merrick.library.miami.edu/digitalprojects/copyright.html |
Standardized Rights Statement | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Object ID | chc9998000118 |
Type | Text |
Description
Title | Page 1 |
Object ID | chc9998000118 |
Digital ID | chc99980001180001001 |
Full Text | REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: O'Reilly, 54, entre Habana y Compostela. Político y jterario. DIBUJANTE CARICATURISTA: Víctor P. de Landaluze (D. Junípero.) Año V. PRECIOS DE STJSCRICION ENLA HABANAj $ io , Un mes $ i ,, I Seis meses $ 5-25 j Un año , Núm. sueito. 25 Habana Io de Febrero de 1874. ¡PRECIOS DE STJSCRICION EN INTERIOR. I ¡Tres meses $ 3-75 ¡Seis meses $ 7 ,, Un año 1$ 12-75 Núm. sueito $'„ 30 Núm 5. STJJVXAJRIO: TEXTO.—Menestra semanal, por Juan Palomo.—Otra vez don Fermín, por Juan Pérez.—Confesión, poesía, por Juan Centellas.— Convicto y confeso, por Juan de Atístria.—El Mundo, poesía, por F. Moja y Bolívar.—Cosas del dia, por Juan Diente.—Receta, poesía, por Juan Cualquiera.— Epístolas á Juan Palomo: vde Nueva York, por John Bitll.—La Africana, por Juan Tenorio.—Monólogo de un desocupado, por el otro Juan.—Tipos y topos, por M. Ramos Carrion.—Sartenazos. —Geroglífico.—Boletín bibliográfico. CARICATURAS.—Por Don junípero. MENESTRA SEMANAL. E lo dicho no hay nada! ¡Por vida de ! Hemos pasado una semana haciendo conjeturas sobre lo de Santander, y discurrí riendo cómo habia pasado la cosa, y hasta gastando saliva en referir con pelos y señales la entrada de los carlistas y el efecto que produjo su aire de ^co en las santanderinas, cuando ei telégrafo viene á decirnos que todo fué grilla ¡Parece imposible que se pueda mentir con ese descaro, tratándose de una cosa tan santa! ¿Quién ha dado la noticia?—Los carlistas, ¡claro está! porfíe no se comprende que ios republicanos (¿somos aun republicanos?) inventasen una nueva tan favorable á sus enemigos. Entonces, quiere decir, jimios carlistas ¡Jesús, María y José! Quién habia de pensar que fuesen capaces de mentir esos hombres que, según ellos dicen, y yo creo, están más Cerca de Dios que ninguno de los mortales; que tie- Gen todo el apoyo de la Santa Madre Iglesia y que s?ft tan religiosos, ¡tan religiosos! que sólo por ser- vtt bien á Dios le pegan fuego á una casa, ó por las j^nos beatíficas de un padre (metafóricamente liando), de un padre cura le encajan un tiro á cual- ^Ulera liberal, que lo parte por en medio! ¡Mentir los carlistas! Ahora me explico por qué dicen que es carlista 1(1 Voz de Cuba. hablar de estas cosas y comete irreverencias. Y en seguidita freiremos á media población de la isla de Cuba. Todo aquel que no sea suscritor á nuestro periódico; el que no oiga misa todos los dias—y no por lo que la misa representa, sino porque allí se vé quién entra y quién sale, y se puede sorprender en los rostros lo que pasa en el interior de las personas;—y el que no haya tenido relaciones con dos amas de cura, cuando menos, será quemado por hereje. En fin, el cuento de la lechera. Ingenuamente declaro que deseo la reaparición del|peiiód\co de Cienfuegos, que en su desgracia habrá podido aprender lo que puede esperarse de ciertas individualidades. Sé yo de un periódico, muy amigo mio, y que Pira á heredarme, según las ganas que tiene de ^e me muera, que estaba ya formando sus planes Rra el dia del triunfo. <^Ya están en Sa tauder, decía; en un periquete ^Plantan en Madrid, y por consiguiente, cogeré- 1 0s aquí la sartén, por el mango. Lo primerito que t^r m°S sera fundar aqrá la inquisición la San- lnquisicion: vá uno perdien lo la costumbre de El Diario de Cienfuegos ha dejado de publicarse por no haber podido reunir los quinientos pesos para el depósito. ¡Lagrimas, corred! No voy á mapifestar alegría por la muerte de aquel colega. Sinceramente digo que le siento. El Diario de Cienfuegos era un periódico sensato, y aunque yo no podia estar conforme con sus ideas, sin embargo, reconocía sus buenos deseos, y he creido siempre que era útil su publicación. Algunas veces se fué por los Cerros de Ubeda, pero ¡qué diantre! sabido es que los perió lieos conservadores necesitan de cuando en cuando meter barullo y declamar con voz hueca para poder vivir. Lamento la falta del adversario leal, y al propio tiempo no será malo hacer constar la ingratitud de los hombres, cuyos intereses é ideas ha defendido con calor el Diario de Cienfuegos. Abre los ojos, ¡oh joven amable! si piensas sentar plaza de conservador, como los que por aquí se estilan. Ei Diario ha puesto sus fuerzas, su inteligencia, su nombre en la lucha, y cuando ba llegado un momento de apuro ¡se acabaron los amigos! Porque estos conservadores son délo más curioso que yo he visto. Nosotros somos los más, gritan con voz de trueno. Somos los mejores. Somos los más bonitos. Tenemos más pesetas que nadie. ¡Quién nos tose! Todo eso dicen, y si se miran las cosas con frialdad, se vé que no pueden sostener un periódico, á excepción del Diario de la Marina. La Constancia murió en medio de una glacial in* diferencia. La Voz de Caba, sabido es que se sostiene porque unos cuantos amigos cubren el déficit. Pancho Toymil aún sigue publicándose, pero los caseros podrán informar. El Diario de la Marina ha tenido que subir el precio de suscricion. ¡Cáspita! para qué entonces tanto de somos los que tenemos más pesetas, y atamos los perros con longanizas, y nos desayunamos con monedas de á cinco duros, y escupimos por el colmillo onzas mejicanas? ¡Me quiere usted decir! ¿Ustedes saben que la comisión que entiende en el estudio de la situación financiera ha terminado sus trabajos? Sí; ya se publicó el informe. ¡Ya nadie se acuerda! Cayó como de las nubes y todo el mundo lo ha visto como quien oye llover. Los diarios conservadores, que estaban obligados por gratitu i y otros excesos á defender la obra, se callan como muertos. El Diario de la Marina, después de mucho tiempo, se ha desembozado un poco del manto en que está envuelto y ha soltado una andanada al proyecto de la comisión. El decano hace pinito5? de independencia desde que ha visto que ha vuelto á ía vaina el sable de caballería. Pero no le arriendo la ganancia, si no lo aplaude todo. ¿Me quieren ustedes decir si los periódicos conservadores tienen otra misión que aplaudir á los amigos? Si no es así, agradeceré que me saquen ustedes de mi error y prometo devolver elJ dinero al que me ha dado la noticia. Por lo demás, la semana se ha pasado bastante tranquila. Ya sabemos que Topete ha vuelto á Madrid y que el gobierno vá á pasar una nota á las potencias; ¿qué nos importa, pues, ni el altojprecio deí^ oro ni la desaparición del tenor Veratti? Poraue, es el caso, que un tenor bastante gordi- to, se traspapeló el miércoles por ía noche. Busca por aquí, busca por allá; el extraviado no parecía. El público ocupaba sus localidades en el teatro de Tacón, la hora de empezar habia pasado y la empresa iba con una luz buscando dentro de los escaparates, en los cajones de las mesas, en los baúles, hasta en los bolsillos del chaleco, al tenor, y el tenor hizo eclipse total. El presidente se puso fosco y mandó que metiesen en la cárcel al fugitivo. La empresa mandó á paseo á los espectadores y no hubo función. De suerte que el mejor dia esperamos ver que sale á la escena á cantar un aria el tenor entre dos guardias civiles. ¡Bendito sea Dios! como no tenemos nada que hacer ni en qué pensar, nos dedicaremos á perseguir tenores por mandato del presidente del teatro y á perseguir cura liberales por orden de La Yoz. de Cuba. ¡Bendito sea Dios! ■?•> \. Juan Palomo. |
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